10 RAZONES PARA NO GRITAR A LOS HIJOS
Cuando gritas, estás enseñando a tus hijos a no prestarte atención cuando hablas en voz normal.
Cuando gritas, estás enseñando a tus hijos a gritar.
Cuando gritas, estás faltándoles al respeto (jamás le gritarías así a tus amigas, a tus compañeros de trabajo, etc.)
Cuando gritas, te rebajas a su nivel y dejas de ser un buen ejemplo a seguir.
Cuando gritas, estás transmitiendo este mensaje: “No te valoro lo suficiente como para hablar contigo calmadamente y con respeto. Te mereces que te griten.”
Cuando gritas, tus hijos ya no te ven como alguien en quien confiar.
Cuando gritas, no solucionas el problema (por ejemplo, si no encuentras su zapato, ¿de qué te sirve gritar?)
Cuando gritas, tus hijos se sienten rencorosos, recelosos, frustrados, agresivos, tristes, etc.
Cuando gritas, dejas de estar en su equipo. En lugar de estar en su bando, estás en el contrario.
Después de gritarles, te sentirás mal y desearás no haberlo hecho.
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