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 80 FRASES DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ



Octubre 24, 2017, 07:45:19 am
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Desconectado Irene Zambrano

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80 FRASES DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
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80 FRASES DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ


Gabriel García Márquez (1927-2014) fue un eminente novelista colombiano, editor, guionista y periodista, conocido cariñosamente como Gabo o Gabito en toda América Latina.
Considerado uno de los autores más significativos del siglo XX y uno de los mejores escritores en idioma español, fue galardonado con el Premio Internacional de Literatura Neustadt 1972 y el Premio Nobel de Literatura 1982.
Desde el principio, no mostró inhibiciones en su crítica a la política colombiana y extranjera. Fue famoso tanto por su genialidad como escritor como por su postura política. Su amistad con el líder cubano Fidel Castro fue bastante conocida en el mundo literario y político.
Traemos hoy aquí una exquisita recopilación de sus mejores frases literarias, ¡no te las pierdas!

Las mejores citas de Gabriel García Márquez
Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar.
Siento que la conozco menos cuanto más la conozco.
La sabiduría nos llega cuando ya no nos sirve de nada.
Siempre he dicho que uno envejece más rápido en los retratos que en la vida real.
La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir.
No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad.
Preescribir es adquirir una propiedad por el transcurso del tiempo.
Lo único que llega con seguridad es la muerte.
El cambio de personalidad es una lucha cotidiana en la que uno se rebela contra su propia determinación de cambiar, y quiero seguir siendo uno mismo.
Me desconcierta tanto pensar que Dios existe, como que no existe.
-La ilusión no se come -dijo ella. -No se come, pero alimenta -replicó el coronel.
El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo.
Es inútil que siga rezando. Hasta Dios se va de vacaciones en agosto.
No hay anuncios de cometas ni eclipses, que yo sepa, ni tenemos culpas tan grandes como para que Dios se ocupe de nosotros.
Dice que se está muriendo por mí, como si yo fuera un cólico miserable.
Era un desconocido más en la ciudad de los desconocidos ilustres.
La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.
… lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites.
Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no.
Si no le temes a Dios, témele a la sífilis.
Un buen escritor puede ganar buen dinero. Sobre todo si trabaja con el gobierno.
…si yo hubiera sabido que mi hijo iba a ser presidente de la república, lo hubiera mandado a la escuela…
Me alquilo para soñar. En realidad, era mi único oficio.
El amor es eterno mientras dura.
El problema de la vida pública es aprender a dominar el terror, el problema de la vida conyugal es aprender a dominar el tedio.
Poco a poco fue idealizándola, atribuyéndole virtudes improbables, sentimiento imaginarios, y al cabo de dos semanas ya no pensaba más en ella. Así que decidió mandarle una esquela simple escrita por ambos lados con su letra de escribano.
El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.
El cuerpo humano no está hecho para los años que uno podría vivir.
El corazón tiene más cuartos que un hotel de putas.
Se hundió en una amable geografía, en un mundo fácil, ideal; un mundo como diseñado por un niño, sin ecuaciones algebraicas, sin despedidas amorosas y sin fuerzas de gravedad.
El amor es tan importante como la comida. Pero no alimenta.
Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.
Y padeció la certidumbre espantosa de que no volvería a dormir en el resto de su vida.
El primer síntoma de la vejez es que uno empieza a parecerse a su padre.
¿Por qué tendría que estar en el limbo? ¿Acaso había muerto? No. Simplemente fue un cambio de estado, un tránsito normal de un mundo físico a un mundo más fácil, descomplicado, en el que habían sido eliminadas todas las dimensiones.
La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla.
El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.
La vida es la cosa mejor que se ha inventado.
… aprendieron que las obsesiones dominantes prevalecen contra la muerte, y volvieron a ser felices con la certidumbre de que ellos seguirían amándose con sus naturalezas de aparecidos, mucho después de que otras especies de animales futuros les arrebataran a los insectos el paraíso de miseria que los insectos estaban acabando de arrebatarles a los hombres.
Sólo la poesía es clarividente.
Mi hijo nunca salía por la puerta de atrás cuando estaba bien vestido.
El mar crecerá con mis lágrimas.
Sin darse cuenta, a través del cuerpo incorrupto de su hija, llevaba ya veintidós años luchando en vida por la causa legítima de su propia canonización.
Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor.
La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.
Hay que ser infiel, pero nunca desleal.
No tenemos otro mundo al que podernos mudar.
Nunca seré viejo –le dije entonces-. Ella lo interpretó como un propósito heroico de luchar sin cuartel contra los estragos del tiempo, pero él fue más explícito: tenía la determinación irrevocable de quitarse la vida a los sesenta años.
Cuídate el corazón… te estás pudriendo vivo.
En alguna ciudad del mundo, en todas las paredes, tienen que estar escritas esas palabras: ‘Ojos de perro azul´ -dije-. Si mañana las recordara iría a buscarte.
Las cosas tienen vida propia, todo es cuestión de despertarle el ánima.
… recordó un viejo adagio español: “que no nos dé Dios lo que somos capaces de soportar”.
Ningún lugar en la vida es más triste que una cama vacía.
Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra.
Recuerda siempre que lo más importante de un matrimonio no es la felicidad sino la estabilidad.
Es un triunfo en la vida que la memoria de los viejos se pierda para las cosas que no son esenciales.
No esperaba nada –mintió. Volvió hacia el médico una mirada enteramente infantil-. Yo no tengo quien me escriba.
Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.
A mí me hubiera gustado morirme por mi cuenta, pero si mi destino era ese yo tenía que asumirlo.
Si tienes ganas de cantar, canta –dijo el coronel-. Esto es bueno para la bilis.
Se necesita tener esa capacidad de buey que tú tienes para esperar una carta durante quince años.
Soy libre y me vendo yo misma.
En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.
En realidad, el único momento de la vida en que me siento ser yo mismo es cuando estoy con mis amigos.
La creación intelectual es el más misterioso y solitario de los oficios humanos.
El cuerpo humano no está hecho para los años que uno podría vivir.
Volverán –dijo-. La vergüenza tiene mala memoria.
Todos los sueños con pájaros son de buena salud.
La palabra mestizaje significa mezclar las lágrimas con la sangre que corre. ¿Qué se puede esperar de semejante brebaje?
Era bella, elástica, con una piel tierna del color del pan y los ojos de almendras verdes, y tenía el cabello liso y negro y largo hasta la espalda y un aura de antigüedad que lo mismo podía ser de Indonesia que de los Andes.
El amor se hace más grande y noble en la calamidad.
El escritor escribe su libro para explicarse a sí mismo lo que no se puede explicar.
…hicieron un amor tranquilo y sano, de abuelos percudidos, que iba a fijarse en su memoria como el mejor recuerdo de ese viaje lunático… Era como si se hubieran saltado el arduo calvario de la vida conyugal, y hubieran ido sin más vueltas al grano del amor.
Hace un siglo me cagaron la vida con ese pobre hombre porque éramos demasiado jóvenes, y ahora nos los quieren repetir porque somos demasiado viejos.
Pues habían vivido juntos lo bastante para darse cuenta de que el amor era el amor en cualquier tiempo y en cualquier parte, pero tanto más denso cuanto más cerca de la muerte.
Lo que pasa es que en este país no hay una sola fortuna que no tenga a la espalda un burro muerto.
Creo que las mujeres sostienen el mundo en vilo, para que no se desbarate mientras los hombres tratan de empujar la historia. Al final, uno se pregunta cuál de las dos cosas será la menos sensata.
El mundo habrá acabado de joderse el día en que los hombres viajen en primera clase y la literatura en el vagón de carga.


 

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