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 CUIDANDO AL CUIDADOR



Enero 22, 2018, 06:50:58 am
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Desconectado Irene Zambrano

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CUIDANDO AL CUIDADOR
« en: Enero 22, 2018, 06:50:58 am »
CUIDANDO AL CUIDADOR


El cuidado de un familiar que depende de nuestra ayuda para satisfacer sus necesidades puede ser una experiencia conmovedora y satisfactoria.

Puede hacer que en las numerosas tareas que implica descubramos en nosotros mismos cualidades, aptitudes o talentos que de otra forma habrían pasado desapercibidas. Asimismo, puede estrechar la relación con la persona que cuidamos o con otros familiares y conseguir que descubramos en ellos facetas interesantes que hasta entonces habían permanecido ocultas para nosotros. Una gran parte de los cuidadores, pese a posibles sinsabores, descubre la íntima satisfacción de ser útiles a sus familiares más próximos.

La vida de aquellas personas que atienden a una persona mayor dependiente puede verse afectada de muchas maneras. Es frecuente que experimenten cambios en las relaciones familiares, el trabajo y su situación económica, su tiempo libre, su salud o su estado de ánimo. El carácter de estas transformaciones también puede ser positivo, aunque se tienda a considerar sus consecuencias como exclusivamente negativas. Estas suelen ser:

•   Cambios en las relaciones familiares (asumir nuevos roles, conflictos…)
•   Cambios en el trabajo y en la situación económica (absentismo, aumento de los gastos…)
•   Cambios en el tiempo libre (disminución del tiempo dedicado al ocio, la familia, los amigos…)
•   Cambios en el estado de salud (fatiga,…)
•   Cambios en el estado de ánimo (sentimientos de tristeza, de irritabilidad, de preocupación, de culpa…)

Se considera que en las personas que cuidan a un familiar o allegado con dependencia puede desarrollarse a causa de la sobrecarga el llamado síndrome del cuidador, provocado por la dificultad que comporta para el cuidador el cambio radical de su modo de vida y el desgaste que provoca ver cómo un ser querido va perdiendo progresivamente sus facultades físicas y mentales conforme avanza el curso de la enfermedad.

Cuidar a alguien acarrea una gran carga física y psíquica; se adquieren responsabilidades con respecto a la vida del enfermo: medicación, higiene, cuidados, alimentación, etc. El cuidador va perdiendo paulatinamente su independencia, porque el enfermo cada vez es más dependiente. Se desatiende a sí mismo: no dedica el tiempo libre necesario para su ocio, abandona sus aficiones, no sale con sus amistades, etc.

 LOS SÍNTOMAS Y PROBLEMAS QUE PUEDEN PRESENTAR LOS CUIDADORES SON:

•   A nivel físico: cansancio crónico, cefaleas, dolores articulares, problemas digestivos.
•   A nivel psíquico: depresión, trastornos del sueño, ansiedad, irritabilidad.
•   A nivel social: pérdida del tiempo libre, soledad, aislamiento.

SE PUEDE SOSPECHAR QUE EXISTE YA SOBRECARGA EN EL CUIDADOR DE UNA PERSONA DEPENDIENTE CUANDO APAREZCAN LAS SIGUIENTES SITUACIONES:

•   Problemas de sueño (despertar de madrugada, dificultad para conciliar el sueño, demasiado sueño,…).
•   Pérdida de energía, fatiga crónica, sensación de cansancio continuo, etc.
•   Aislamiento.
•   Consumo excesivo de bebidas con cafeína, alcohol o tabaco, así como abuso de pastillas para dormir u otros medicamentos.
•   Problemas físicos: palpitaciones, temblor de manos, molestias digestivas, etc.
•   Problemas de memoria y dificultad para concentrarse.
•   Menor interés por actividades y personas que anteriormente eran objeto de interés.
•   Aumento o disminución del apetito.
•   Enfadarse fácilmente.
•   Dar demasiada importancia a pequeños detalles.
•   Cambios frecuentes de humor o del estado de ánimo.
•   Propensión a sufrir accidentes.
•   Dificultad para superar sentimientos de depresión o nerviosismo.
•   Tratar a otras personas de la familia de forma menos considerada que habitualmente.
PARA TRATAR ESTA SOBRECARGA Y SOBRE TODO PARA PREVENIRLA ES IMPORTANTE QUE EL CUIDADOR TENGA EN CUENTA LOS SIGUIENTES CONSEJOS:

•   En primer lugar, hacer una reflexión y darse cuenta de que se tiene derecho a llevar una vida propia.
•   Es importante delegar algunas de las responsabilidades en los miembros que componen el entorno social (familiares, amigos, vecinos, etc.).
•   Conviene informarse sobre las ayudas sociales públicas a las que se puede tener acceso.
•   Resulta fundamental comunicar al resto de la familia los sentimientos y los temores para hacerles partícipes del problema, y evitar sentirse culpable cuando se dedica tiempo a sí mismo.
•   No aislarse. Se debe mantener contacto con amigos o vecinos y participar en reuniones sociales.
•   Contactar con personas que estén en la misma condición. El cuidador necesita tener amigos y también nuevos amigos que pueden estar viviendo una situación similar.
•   Mantener actividades que siempre le hayan divertido: leer, coser, maquetismo, pasear, etc.
•   Hacer ejercicio con regularidad.
•   Procurar buscar personas, cosas, situaciones y actividades que le satisfagan.
•   Dejar un tiempo semanal para uno mismo, desconectar periódicamente de las obligaciones.
•   Buscar a un familiar o vecino que cuide del enfermo unas horas a la semana para que pueda salir y relajarse.
•   Hacer todo lo que se pueda para conservar la propia salud. Se deberá acudir al médico periódicamente. Si el cuidador se enferma la situación puede empeorar.
•   Descansar cada día lo suficiente. Aprovechar los periodos en que el enfermo descanse y, si es posible, organizar turnos por la noche.
•   Aprender a decir “NO” ante peticiones no razonables y “ESPERA” ante solicitudes no urgentes si se está ocupado con otra actividad. Conviene fomentar la autonomía.
•   Informarse sobre la enfermedad y la dependencia del familiar. Esto permite saber qué se puede esperar con el tiempo y organizar los cuidados a largo plazo, planificar el futuro.
•   Crear alternativas y “planes B” por si no se puede dar los cuidados por cualquier circunstancia imprevista.
•   Buscar información sobre las técnicas necesarias para un mejor cuidado: higiene, movilización, alimentación, etc. Conviene consultar al equipo médico sin miedo, pues son profesionales que pueden informar y asesorar.
•   Transmitir armonía e intentar sonreír para relajar el ambiente. El enfermo vivirá mejor con alegría a su alrededor.


Dra. Montse Queralt
Especialista en Medicina de Familia y Geriatría


 

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