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 APRENDE A AYUDAR CORRECTAMENTE



Febrero 01, 2018, 06:59:18 am
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Desconectado juan vega

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APRENDE A AYUDAR CORRECTAMENTE
« en: Febrero 01, 2018, 06:59:18 am »
APRENDE A AYUDAR CORRECTAMENTE



El sentido de ayuda al prójimo es un valor esencial del ser humano

Desde niños nos inculcan la empatía y el sentido de ayuda desinteresada hacia otros. Sin embargo, debemos ser cuidadosos de no olvidarnos de nosotros mismos al ayudar.

Como sociedad que aspira a ser funcional y comunitaria, es fundamental entender y practicar la forma correcta de ayudar a otros. Un esquema de pensamiento que se enfoca en ayudar desinteresadamente, es muy valioso, pero eventualmente será también incompleto o ineficiente, si no tomamos en cuenta que ayudar, como cualquier otra cosa en la vida, debe tener límites y plantearse bajo una estructura psicológica y emocional sana.

Hemos ya hablado anteriormente, de la importancia de depurar nuestras pertenencias y donar todo aquello que no necesitamos o que tenemos de sobra. También hemos enfatizado la trascendencia de no valorar el dinero más allá de sus fines prácticos y de compartir nuestros recursos con aquellos menos afortunados. Así como las actividades altruistas en las que podemos invertir un poco de nuestro tiempo para ayudar y armonizar las vidas de los demás.


Comparte tu abundancia y obtendrás grandes satisfacciones

El problema surge cuando nuestro afán de ayudar se torna caótico. Es muy probable que en un inicio no te des cuenta, pero ciertas actividades en pro de ayudar, pueden desequilibrar tu vida, si no eres objetivo y analizas tus acciones.

Hace algunos días, mi vecina de junto, vino a mi casa muy preocupada buscando mi consejo. Resulta que ella tiene una compañera de trabajo que hace aproximadamente un año quedó viuda y tiene cuatro hijos pequeños que sostener. Dicha compañera, para procurarse un poco más de ingresos, realiza ventas por catálogo de diferentes artículos, entre ellos, recipientes plásticos para cocina. Mi vecina, viendo la terrible situación de su compañera y en un honesto afán de ayudarla, cada semana compra un juego de recipientes nuevos. Hasta aquí la historia suena muy bien. Todos podríamos opinar de ella que es una persona capaz de ayudar a sus semejantes.

Pero ahora mi vecina tiene problemas con su esposo y sus hijos, pues literalmente ya no caben los recipientes en su casa. Ella me ha contado que su familia le ha puesto un ultimátum: o deja de comprar recipientes o se irán de casa. Mi vecina ahora se ha generado un conflicto grave, pues no cuenta con un esquema mental de ayuda, bien organizado y prudente. Es muy importante que recordemos que, ayudar, es algo que debemos hacer. Pero antes hay que analizar nuestras capacidades y las circunstancias de nuestra propia vida.


Dar al prójimo un poco de las bendiciones que tenemos, fomenta nuestra espiritualidad.

Aprender a ponernos límites mentales y emocionales, es el primer paso para aprender a ayudar de forma correcta. De lo contrario, sólo estaremos creando caos en nuestro futuro

Sí. Sabemos bien que ayudar desinteresadamente, hace brillar nuestra luz interna y nos hace dar pasos concretos hacia una espiritualidad armónica. Pero no debemos descuidar detalles paralelos, que pueden desequilibrar nuestras circunstancias y nuestra energía vital.

En el caso de mi vecina, podemos concluir que ayudar a su compañera es importante, pero hay que aprender a establecer límites, cuando entendemos que ayudar, está perjudicando a otras personas o a nosotros mismos.

Recuerdo también el caso de mi amigo Fidel. Él siempre ha sido un hombre altamente responsable y previsor. Siempre ahorra y paga sus cuentas a tiempo. Un día una de sus hermanas, fue asaltada y le robaron su vehículo. Mi amigo, viendo la necesidad de su hermana, que ocupaba el auto para su negocio de entregas de pasteles, le compró uno nuevo y se lo regaló. El problema empezó cuando Fidel gastó prácticamente todos sus ahorros, pudiendo haber comprado un auto menos costoso, que igualmente le hubiera sido de mucha utilidad a su hermana. Un par de meses después, hubo un recorte de personal en la empresa donde trabajaba y Fidel se quedó sin empleo. Y tuvo serios problemas para pagar las mensualidades de su hipoteca, mientras encontró otro empleo. Tan terrible circunstancia lo llevó dos veces al hospital con conatos de infarto.

Ayudar siempre nos llena de alegría y gozo.

Antes de pensar en los problemas de otras personas, es necesario que entendamos las capacidades concretas y sobre todo realistas, que tenemos nosotros mismos. Si quieres ayudar, debes hacerlo, sólo bajo un esquema bien estructurado de límites y siempre y cuando no te genere ningún problema a futuro.

Como podemos ver, no analizar nuestros alcances realistas, antes de ayudar, puede crearnos situaciones complejas más adelante. Entendamos que conceptos como “desinteresadamente”, son valiosísimos, pero deben de estás bien estructurados. Sí, ayudar nos brinda gratas satisfacciones emocionales, sin embargo, hemos de ser previsores y tratar de anticipar los resultados de ayudar sin razonar.

A nivel energético, la ayuda que proporcionemos a otros elevará nuestras vibraciones, pero cuando ese afán de ayudar genera conflictos a quienes nos rodean o a nosotros mismos, es momento de analizar nuestros esquemas mentales. Mi vecina, mi amigo Fidel o cualquiera de nosotros, ha experimentado en carne propia, los efectos de ayudar sin pensar. Expertos en psicología social, aseguran que el punto clave para aprender a ayudar de la forma correcta, es instalarnos honestamente en nuestra realidad, evaluar pros y contras y, sobre todo, establecer límites sanos, que permitan una convivencia dentro de la comunidad, armónica y de valores.

Enfoquemos el tema en entender que, ayudar debe ser un concepto integral. Yo te ayudo siempre y cuando (o hasta) que dicha ayuda no signifique crear problemáticas de otro tipo a terceros o mí mismo. De ese modo, la ayuda en términos energéticos es eficiente. Cuando decimos que la ayuda debe ser integral, nos referimos a pensar en la otra persona, sin dejar de pensar en nosotros mismos. La búsqueda del equilibrio de todas tus acciones, es la meta.
 
 
AUTOR: Kikio, redactora en la gran familia hermandadblanca.org


 

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