Buscandome

Bienvenido(a), Visitante. Por favor, ingresa o regístrate.

Ingresar con nombre de usuario, contraseña y duración de la sesión

 


Traductor Google

 ADIÓS A MI EX MARIDO - 1ª parte



Febrero 02, 2019, 07:09:27 am
Leído 703 veces

Desconectado Irene Zambrano

  • Hero Member
  • *****

  • 1223
    Mensajes

  • Karma: 0

ADIÓS A MI EX MARIDO - 1ª parte
« en: Febrero 02, 2019, 07:09:27 am »


ADIÓS A MI EX MARIDO: 11 pasos con los que cerré el ciclo sin olvidar el aprendizaje adquirido


PARA EMPEZAR....¿QUÉ ES UN CICLO?

Un ciclo es una serie de momentos en nuestra vida impregnados de ciertos sentimientos (agradables o desagradables) a los cuales solemos apegamos. (Sí, desafortunadamente también tenemos el mal hábito de  apegarnos a lo desagradable).

"Déjalo ir", "Olvida ese pasaje de tu vida", "Ya no tiene caso que te acuerdes" "¿Para qué hablar de lo que ya pasó?", "Comienza de nuevo sin esos recuerdos",  "Suelta el pasado", etc, etc... ¿Cuántas veces no hemos escuchado este tipo de frases ante situaciones adversas y dolorosas por las que hemos atravesado, especialmente, cuando se trata de relaciones de pareja que han llegado a su fin? Seguramente nosotras también nos hemos repetido incansablemente esas expresiones, o bien, hemos aconsejado a otras personas que dejen atrás los amargos recuerdos del pasado.  Sí, son frases de aliento que sirven para motivarnos a superar alguna experiencia dolorosa, con el  único objetivo de permitirnos avanzar a la siguiente etapa de nuestra vida, dejando atrás lo lastimoso.

Cuando los negocios, los proyectos de vida y los amores no se concluyen bien, tarde o temprano pasan la cuenta. Saber cerrar ciclos es fundamental para seguir adelante, sólo así podemos avanzar a otro nivel y a otro espacio de nuestra vida en una actitud plena sin ningún tipo de deuda o resentimiento, especialmente hablando de las relaciones de pareja.

Sí, es importante saber cerrar etapas; decir adiós a lo que ya no resuena con uno; tirar lo viejo, limpiar los recuerdos que impiden ver y disfrutar el presente, tratando de desprendernos con generosidad y agradecimiento..... sin embargo,  todo toma su tiempo.  Cerrar etapas o ciclos significa SOLTAR para volver a recibir, pero para lograrlo hay que atravesar por un proceso en el que  cada persona tiene sus propios  tiempos y  espacios con el fin de  desprenderse de lo que ya no le sirve.

En ocasiones no resulta tan fácil dar vuelta a la hoja, por lo que recurrimos a buscar opciones que nos ayuden, por ejemplo, acudir con profesionales en la materia (psicólogos).  Ellos trabajan con terapias que nos ayudarán a “soltar”, “deja ir” o “desapegarnos” de aquellas personas o de determinadas experiencias vividas, sobre todo, de las que representan algún dolor o sufrimiento para nosotras. Pero aún así, muchas veces nos cuesta trabajo conseguir pasar a la siguiente etapa, tal vez porque a veces confundimos y mal interpretamos  los términos, por ejemplo, entendemos que “soltar” es sinónimo de “borrar automáticamente de nuestra mente y de nuestro corazón” aquellos momentos de angustia o que nos han lastimado, y eso no es posible.  Lamentablemente,   borrar los recuerdos y las malas experiencias de forma inmediata y absoluta resulta imposible,   por más que nos aconsejen o nos propongamos hacerlo. No podemos forzar a nuestra mente ni a nuestras emociones a olvidar o superar de forma inmediata nuestro pasado.  Nuestra mente y nuestras emociones no funcionan como la tecla <DELETE>, que con solo apretarla... ¡¡¡PUUUM!! desaparece todo lo indeseable. Pensar que "soltar" o "dejar atrás" el pasado funcionará así es un grave error, pues no debemos olvidar que toda experiencia vivida (buena o mala) ha influido para que hoy seamos lo que somos y, por tanto, no puede ser eliminada de forma tajante.

Pero, ¿qué pasa cuando se trata de dejar atrás las emociones y recuerdos de una relación pasada? ¿Cómo podemos cerrar el ciclo con esa persona que fue especial para nosotras en determinado momento?, ¿Se puede "soltar" definitivamente y comenzar de nuevo?  Veamos:
¿QUÉ NO ES CERRAR UN CICLO?

•   Pensar que eso que viviste ya no existe más o que fue parte de otra vida tuya en esta Tierra
•   Esperar que jamás volverás a pensar en cierta persona, o esperar que realmente la olvidarás para siempre.
•   Pensar que lo que viviste fue una farsa y necesitas quemarlo y destruirlo
•   Querer hacer un “reset” en tu mente y empezar de cero o ser  quien eras antes
•   Empezar una nueva relación de pareja inmediatamente después de terminar la pasada
•   
¿Qué sí es cerrar un ciclo?
•   Observar quién fuiste dentro de esa relación y descubrir aspectos tuyos que no conocías
•   Asimilar la evolución dentro de ti y crecer con esa experiencia para crear una nueva, diferente y con un mayor nivel de conciencia
•   Volver a despertar los sentimientos positivos que te generó esa relación dentro de ti (no porque ya no está la persona significa que dejas de sentir amor)
•   Agradecer por lo que sí viviste y sí recibiste
•   Recordar a tu ex en la medida precisa, sin idealizarlo ni tampoco con resentimientos que solo te causarán más daño a ti.
•   Fortalecerte a partir de esa relación y determinar qué deseas para la próxima, si es el caso, o para tu vida en general
•   Recordar para vivir, en lugar de olvidar para respirar



De antemano debemos estar conscientes sobre una de las  reglas básicas de supervivencia emocional: CERRAR UN CICLO NO ES SINÓNIMO DE OLVIDAR. Cuando decidimos "dejar atrás" lo pasado, no significa que forzosamente debamos olvidarnos de lo relevante ni de aquello que nos ha marcado, ya sea para bien o para mal, por el contrario, se trata de recordar eventualmente nuestras experiencias sin dolor, sin rencor, sin sentir esa letal impotencia ante algo que ya pasó, pero que al fin y al cabo, sucedió, así que debemos aceptar cada experiencia tal y como ocurrieron porque forman parte de nosotras.

Porque ¿Acaso se puede olvidar el pasado cuando somos el producto de aquello que fuimos y de lo que hicimos (o no hicimos), y de lo que dolorosamente (o no) hemos aprendido?

Debo confesar que yo nunca me he empeñado en olvidar nada de lo que he vivido, ya sea bueno o malo, al contrario, siempre he entendido que todo lo que he padecido o gozado, al final forma parte de mí; todas las decisiones que he tomado, acertadas o erróneas,  han tenido consecuencias que he tenido que enfrentar de cualquier  forma, procurando no olvidar las lecciones que me han dejado.

Hablar y compartir mis experiencias ha sido una forma de madurar lo que he vivido, de recordar sin dolor, de pasar la hoja pero sin olvidar el origen de la historia... Pero eso sí, siempre anteponiendo el aprendizaje adquirido en cada una de  mis vivencias. Esta actitud resulta, a veces,  poco comprensible para quienes me rodean, pues en ciertas ocasiones genera que  expresen: Ya deja de hablar sobre eso, no lo recuerdes, ya pasó, te lastimas, sigue tu vida y olvida lo demás, etc, etc, sin tomar en cuenta que, seguramente, ellos tampoco han olvidado algunos pasajes de su vida, tal vez ni siquiera los han superado, pero prefieren ocultar sus temores antes que enfrentar su realidad, les da miedo aceptar que son experiencias que les pertenecen y que forman parte de su vida.  Se esfuerzan  por aparentar que son excelentes "soltadores" de sus pasados, cuando en realidad no han soltado nada, solo han aprendido a esconderse de su dolor.

Tal vez esté equivocada, no lo sé, pero creo que alguien que se niega a hablar con naturalidad o a reconocer algunas fases de su pasado con el pretexto de que es algo que ya pasó y que no tiene caso mencionarlo o recordarlo, es alguien que no ha superado el dolor que le causa haberlo vivido. Respeto cada idea y acepto la forma de ser y de pensar de cada persona, pero mi intención solo es transmitir que muchas veces es mejor tomar las cosas con naturalidad y espontaneidad, que esforzarse por callarlas u ocultarlas de uno mismo. Aún así, cada quien es libre de reciclar su vida de la forma que mejor le parezca.

Mantener frescas las experiencias del pasado no significa que no haya cerrado mis ciclos de la mejor forma, al contrario, he aprendido a enfrentarlos y  a cerrarlos con aceptación, con convicción, con agradecimiento y con mucho respeto a mi misma y a quienes me rodearon en cierto momento, y también asumiendo que mis decisiones, erróneas o no,  me han traído a este presente, donde soy la mujer que, simplemente, soy.

A lo largo de mi vida he aprendido a recordar sin dolor, de repente sobre las cosas (buenas y malas) que me han sucedido, e intento transmitir al mismo tiempo el aprendizaje que adquirí,  me empeño en hacerlo de forma natural, y aunque he vivido cosas muy dolorosas y angustiantes, he aprendido a tomarlas en su justa medida. Por ejemplo,  aquella experiencia que tuve a los 8 años, cuando mi profesor de 3er. grado de primaria abusó sexualmente de varias niñas, entre ellas, yo. Poco a poco aprendí a entender que ese suceso fue un crimen hasta cierto punto irremediable, y que aunque esos actos ocurren con más frecuencia de lo que uno cree, no por eso son justificables ni deben quedar impunes, pero sí pueden tomarse medidas de prevención para evitarlos en la medida de lo posible.   Con base a dicha experiencia, en cuanto mi hija cumplió 5 años, me di a la tarea de  alertarla de la manera más conveniente para su edad, por más doloroso que me resultara recordar dicho pasaje, nunca opté por quedarme callada, preferí prevenirla de manera acorde a su mentalidad, para que en cualquier momento ella supiera lo que podía sucederle si confiaba en cualquier persona que no fuera su madre o su padre.

Si yo hubiera dejado atrás esa amarga experiencia, nunca me hubiera atrevido a poner en alerta a mi hija de una forma objetiva. Sin embargo, hoy puedo dar mi testimonio y hablar de eso abiertamente, como de muchos temas más. Porque además,  si yo hubiera "soltado" mis amargas experiencias, como mucha gente entiende lo que es soltar, hoy no me dedicaría a la labor social de prevención y de difusión que día a día realizo, pues el principal motor que me conduce a hacerlo, es compartir las experiencias vividas y no por eso estoy atrapada en mi pasado ni vivo amargada, llorando o enojada. Todo lo contrario, he trabajado para convertir mis vivencias en un medio que sirva para transmitir mis aprendizajes y evitar que otras mujeres, principalmente, cometan errores similares o se mantengan alerta ante ciertas situaciones.

Por lo anterior, me atrevo a afirmar que realmente los ciclos en sí no se cierran, estamos en un constante ciclo de ciclos que están interconectados entre sí, gracias a uno empieza gradualmente el que le sigue. Los ciclos forman prácticamente una cadena donde cada eslabón depende del anterior. El problema es que muchas veces nos quedamos mentalmente atoradas en el ciclo pasado y frenamos nuestro propio avance hacia el presente.

¿Y tú, mujer, sabes cuando cerrar un ciclo?
Por lo que se refiere a las relaciones de pareja, sabemos que toda mujer merece ser amada, respetada y valorada, y cuando no recibimos eso,  dolorosamente vemos que nuestro mundo se derrumba: se llora, se sufre, pero debemos buscar el momento para pensar en nuestro propio bien y, en su caso, en el de nuestros hijos que no merecen un hogar sin respeto ni amor. Muchas veces nos quedamos soportando los abusos, malos tratos o infidelidades por el "bien" de ellos, por miedo o por falta de recursos y de apoyo, pero pensemos ¿no es peor vivir en un hogar así?


En un ambiente violento y sin respeto, lo mejor es enfrentar la realidad, admitir que la relación está destruida y, por tanto, optar por separarte. La separación, en muchos casos,  no es un fracaso, es un paso a una vida mejor, donde podrás pensar en tí, en tu bienestar y, sobre todo, para valorarte en toda tu extensión.  Cuando se termina una relación, lo ideal es proseguir con la vida, buscar nuevas alternativas, salvaguardar nuestra integridad ante todo y, principalmente, encontrar la felicidad y el respeto que nos merecemos.

Cabe resaltar que durante el proceso de separación los primeros días serán los más difíciles,  pero con el tiempo te darás cuenta que alejarte de todo aquello que te causaba daño es la mejor decisión. El proceso de separación emocional (y legal, en su caso) suele ser duro, pero por más complicado que sea, no olvidemos que lo que hemos vivido forma parte de una etapa de nuestra vida, y que todo lo que está por venir debemos enfrentarlo y aceptarlo.

Ahora bien, una vez que la relación se dio por terminada, hay que pensar en cómo cerrar ese ciclo, sin dejar de tomar lo mejor de esa experiencia.  Recuerda, los tiempos para "soltar" son distintos para cada persona, así que no te presiones pero tampoco lo pienses tanto.

IMPORTANTE: Deja de esforzarte por olvidar. Olvidar es para las personas con problemas de memoria (amnesia), y como probablemente tú no tienes ese problema, deja de esperar que olvidarás a tu ex. Tu ex fue real, lo que viviste con esa persona fue real, y no se trata de que lo olvides, se trata de que agradezcas que existió, tomes lo que recibiste, te fortalezcas, y tomes fuerzas para estar contigo misma y, en el futuro,  poder estar con alguien más.

Cerrar un ciclo no significa olvidar por completo, significa que descubres la evolución dentro de ti a partir de dar por terminada esa relación y continuar con el siguiente eslabón.

PASOS PARA CERRAR UN CICLO DE FORMA POSITIVA

Para aceptar y asumir que nuestro pasado forma parte de nuestra vida, debemos cerrar positivamente cada ciclo vivido en algún momento determinado de nuestras vidas. Para conseguirlo, algunos expertos recomiendan seguir los siguientes pasos y, paulatinamente,  pasar de un eslabón (ciclo) a otro:

1. No debemos aferrarnos a nada ni nadie. Debemos tener consciencia de que la vida es un constante cambio, por lo que siempre encontraremos nuevas formas de vivir. A veces pensamos que nos enamoramos de nuestro ex porque tenía ciertas cualidades físicas o de personalidad, y creemos que solamente de esa manera nos podremos volver a enamorar, o que el enamoramiento siempre lleva una secuencia dentro de nosotros. Eso no es así, cada vez es diferente, y si sigues aferrada a encontrar lo mismo de antes, tan sólo te frustrarás.

2. Admitir que lo que fue o no, en gran parte fue responsabilidad nuestra, así como del papel que jugamos para que las cosas hayan sido de tal o cual forma; esta es la mejor manera de aprender. Confía en la realidad de que si terminó es porque tenía que ser así, por más que para ti todo estuviera perfecto, si para la otra persona no era así, es porque había algo en la relación que no estaba funcionando. Confía en ti misma en cuanto a que eres capaz de volver a generar esos sentimientos dentro de ti. Confía de nuevo en las personas que te rodean en cuanto a que no porque una te lastimó, significa que las demás harán lo mismo. El que una persona te lastime significa que basabas tu felicidad en ella, y si fue así, entonces es momento de reubicar en qué basas tu realidad. Los demás sólo tienen el poder de lastimarte si tú lo permites, si tú les entregas ese poder.

3. Aceptar que todo lo que nos ocurre es parte de la experiencia, ya sea positiva o negativa. Toda experiencia nos ayuda a crecer y por ello debemos ser agradecidas con la vida. Así es que comprende lo que realmente sucedió, simplemente con consciencia para poder aprender y hacerlo diferente la próxima vez.

4. Libérate, crea una lista con todos aquellos recuerdos y sentimientos que deseas sacar de tu vida. Toma la decisión de liberarte de aquellas cosas que te afectan en el presente y escribe al lado de cada una de ellas cómo puedes resolverlas.

5. Aprender a decir adiós es fundamental. Muchas veces podemos hacerlo a través de un “ritual”, ya sea una carta de despedida o simbolizar de alguna manera el cierre de ese ciclo, sin olvidar la importancia de agradecer la experiencia.

6. Celebra la vida, reconoce cada pequeño a gran regalo que hayas recibido a lo largo de tu vida y siéntete agradecido por su presencia en tu vida. Si te es posible busca la manera de hacerle llegar tu gratitud y buenos sentimientos a todas las personas que fueron un instrumento para que la prosperidad, la ayuda o la respuesta llegara a ti.

7. Suelta el remordimiento, no mires hacia atrás para resaltar tus errores ni para pensar en lo que pudiste hacer, piensa que los errores forman parte de tu proceso de crecer y alcanzar el éxito. Asume el compromiso de corregirlos uno a uno para estar atento de no volverlos a cometer.

8. Rodéate de personas positivas, es tiempo de renovar un poco tu círculo social para acercarte a otras personas que sean más positivas, entusiastas y optimistas frente a la vida. Hacer esto te ayudará a mejorar tu actitud. Sana tus relaciones personales, toma la decisión de perdonar a todas aquellas personas que de una u otra forma te hayan afectado, y de ser necesario, pide perdón para que puedas sanar las heridas del alma. Libérate del pasado doloroso y conserva sólo el aprendizaje que te dejó.

9. Enamórate de ti misma y todo va estar bien, a pesar de todo lo duro que haya sido la situación que atravesaste haz el esfuerzo de sonreír. Conéctate a la música, canta, baila y recuerda los episodios de tu vida que ta han brindado alegría.Quizás suene cursi o demasiado optimista, pero realmente la mejor manera de superar a tu ex, es enamorándote de ti misma. Si contigo estás completa dejas de necesitar de alguien más, y el estar en pareja se convierte en un compartir de tu felicidad, más no en un requisito para ser feliz.

10. Valórate y Emprende nuevos proyectos. Aumenta tu autoestima, se honesta contigo misma y con la relación, abre los ojos a las señales, aprende técnicas de comunicación para llegar a acuerdos, se auténtica, date valor a ti misma. Si te das valor a ti misma desde el principio en una relación, permanecerás en una relación positiva, y seguramente no saldrás lastimada. Pero si desde el inicio de la relación estás al servicio del otro y te olvidas de ti misma, aumentan las probabilidades de que salgas lastimada.

11. Avanza. La mejor manera de avanzar es simplemente actuando, moviéndote, accionándote. Si ya lo estás haciendo y sientes que no te ha dado resultados, observa lo que sí has estado recibiendo, quizás no es tu expectativa, quizás no es lo que esperas, pero seguramente sí estás avanzando, reconócete por eso. Avanzar no es tener una nueva relación o volverte a enamorar, avanzar es sentirte libre y tranquila contigo misma, y entonces en el momento que menos lo esperes, llegará la persona que resuene con tu energía.


 

TinyPortal 1.6.5 © 2005-2020