EL SECRETO PARA AGRADAR A LOS DEMÁS.
Años atrás, un maestro de Detroit USA le pidió a un chico llamado Steve que le ayudara a buscar un ratoncito que se había escapado en el aula de clase. El maestro apreciaba el hecho de que la naturaleza le había dado a Steve algo que ningún otro de sus compañeros tenía: un notable par de oídos para compensar la ceguera de sus ojos. Esa fue la primera ocasión en que Steve sintiera que se apreciara la fineza de su oído. Años después, dijo que ese acto de aprecio fue el comienzo de una nueva vida. Desde ese entonces desarrolló su don del oído hasta convertirse, bajo el nombre artístico de Steve Wonder, en uno de los grandes músicos populares de la década de los 70 (1)
Decir un elogio sincero es algo simple, genuino y poderoso, como la risa de un bebé. Ilumina a todo aquel que lo vea, sienta y escuche.
¿Te ha pasado alguna vez que has tenido la oportunidad de decir un elogio sincero pero te retuviste por el que dirán?
Créeme, lo PEOR PEOR que puede pasar al decir un elogio sincero es la indiferencia, y al igual que no das otro pan al perro que se acerca a tu mesa si no se comió el primero, no das un segundo a aquel que no lo apreció.
Y en esta sociedad, llena de estrés, críticas y quejas, encontrar a alguien que diga un elogio sincero es como que un sediento deambulando por el desierto encuentre un vaso con agua. Lo beberá, no sólo por gusto, sino por lo NECESITA.
Una persona amable expresa elogios sinceros. ¡Ojo! No adular con falsedad, sino con SINCERIDAD. Lo que ves que te gusta de otra persona, no guardárselo sino expresarlo, porque un elogio sincero es una expresión de amor, y como Dios es amor, expresar el amor es expresar a Dios. Así que un elogio sincero es expresar a Dios, comunicar a Dios. (2)
¿A quién puedes elogiar? ¿A quién puedes demostrarle el amor que sientes?
Una estrategia que te servirá es la de hacer una lista de personas que aprecias (y sería muy interesante que también pongas las que no aprecias) y que escribas diez cosas que te gustan de esa persona, que admiras. La próxima vez que las veas, conviértelas en un hermoso elogio sincero.
Para probar el poder del elogio, hace poco tomé un papel de chicle que realmente me hizo recordar a una persona. Al verla dije: «Te regalo este papel de todo corazón, su frescura, dulzura y lo hermoso me hicieron acordarme de ti, tu persona contiene todas esas virtudes. Gracias por ser mi amiga». Al día de hoy, más de un año después, ella sigue conservando ese papel que normalmente tiramos a la basura pero que, junto a un elogio sincero, vale más que mucho dinero.
Así como el viento hace danzar las hojas de los árboles. Te animo a que tu elogio sincero sea el viento que hará danzar el alma de quien lo escuche.
Utilízalo hoy. Elogia cada cosa buena que veas en tu prójimo y notarás como tu realidad cambia de una manera hermosa.
David López Larenas.
Fuentes:
(1) Como ganar amigos e influir sobre las personas. Dale Carnegie
(2) La Revolución de Dios. Fénix
