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 77 – LA SENCILLEZ – LA HUMILDAD



Julio 29, 2020, 06:19:59 am
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Desconectado Francisco de Sales

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77 – LA SENCILLEZ – LA HUMILDAD
« en: Julio 29, 2020, 06:19:59 am »
CAPÍTULO  77 – LA SENCILLEZ – LA HUMILDAD

Este es el capítulo 77 de un total de 82 -que se irán publicando- en los que se explicarán los conocimientos necesarios acerca de TODO LO QUE HAY QUE CONOCER PARA HACER BIEN UN PROCESO DE DESARROLLO PERSONAL Y ESPIRITUAL.


“La sencillez hace de una persona común una persona excepcional”.

“En la sencillez está el secreto de lo verdaderamente grande”.

“Sólo es grande en la vida quien sabe ser pequeño”.

“Lo sabio es sencillo y claro”.

“En carácter, en comportamiento, en estilo, en todas las cosas,
 la suprema excelencia es la sencillez".

“Hay situaciones en la vida en que la verdad
 y la sencillez forman la mejor pareja”.
(Jean de la Bruyere)

“La sencillez consiste en hacer el viaje por la vida
sólo con el equipaje necesario”.
(Charles Dugley Wamer)

“No hay grandeza donde faltan la sencillez, la bondad y la verdad”.
(León Tolstói)

“Para todo lo bueno la sencillez es la clave”.



LA SENCILLEZ ES LA CLARA MANIFESTACIÓN DE LA HUMILDAD

La sencillez es una de las cualidades más difíciles de desarrollar, porque desde todas las partes nos invitan y animan a lo contrario.
Parece ser que estamos en una sociedad donde tenemos que ser “algo”, puesto que nos miden en función de unos éxitos sociales y la competitividad está presente en cada acto; el hecho de no tener un sello que nos haga ser más o mejor en cualquier aspecto, nos condena al anonimato vulgar, a ser una parte poco válida de la masa.

La sencillez es un asunto interno que luego se manifiesta en lo exterior.
No es ser austero, tener o necesitar poco, ni ser cándido o ingenuo, sino que es un estado y un modo de ser y de mostrarse al que se llega por eliminación de las necesidades del ego, por la comprensión del sentido de la vida, por el descubrimiento de lo innecesarias que son de muchas de las cosas que parecen tan necesarias, por la comprensión de la interrelación con el resto de la humanidad, o por la muerte paulatina en uno de la soberbia, el orgullo, la vanidad, la presunción, la altivez y la insolencia.

Ser sencillo no es fácil, requiere integridad, porque es Ser Uno Mismo en la esencia, sin dejarse afectar por nada.
Ser sencillo es estar en contacto natural con la realidad interna.
Ser sencillo es ser y mostrar lo que somos antes de añadirnos los abalorios y disfraces que nos exige la sociedad.
Ser sencillo es haber encontrado un equilibrio tal que no se preocupa de seguir las apariencias.
Ser sencillo es un modo de expresión sereno, sincero e inmaculado.
Ser sencillo es un estado imperecedero que nunca llega a cansar, porque en él no hay que hacer ningún esfuerzo, sino, simplemente, SER.

Lo más fácil es ser llamativo, espectacular, extravagante, ruidoso… sólo hace falta vestirse de cierta forma, llamar la atención, hablar y hablar, inventar, buscar los aplausos… pero todo ello es una invención, algo montado sobre una situación de mentira que en cualquier momento se puede desmoronar.

Lo difícil es Ser Uno Mismo, sin adjetivos.
Lo difícil es hacer y no protestar.
Lo difícil es renunciar a los halagos, al brillo social; así que confundimos sencillo con mediocre, con gris, vulgar, pobre, ingenuo… pero ser sencillo es reconocer la inutilidad de la ostentación, de los adornos, y de lo artificioso.


¿QUÉ ES SER SENCILLO?

Ser sencillo es ser… simplemente ser.
Mostrarse sin esfuerzo y sin máscara.
Llano y sin recovecos.
Sin doblez ni engaño.
La grandeza de un ser humano se manifiesta claramente en el respeto que tiene consigo mismo y la sencillez con que trata a sus semejantes.
Es la naturalidad en su máxima pureza.
Está lejos de cualquier fingimiento o actuación.
El sencillo lo tiene todo porque no aspira a nada.


¿CÓMO SER SENCILLO?

No pretendas aparentar lo que no eres.
Admite tus errores con naturalidad.
Sé accesible a los demás.
Deshazte de tu ego.
Reconoce tus límites.
Usa el modo más llano de hacer o decir las cosas.
Sé siempre sincero. Siempre.
Mantén tu alma limpia.
Que tu generosidad nunca espere una recompensa.
Sé humilde.
Deja de juzgar a las personas. Cada uno es como es.
Elimina todo lo superfluo. Vacía tu mochila.
La sencillez se demuestra en el respeto a los otros.


SI ERES SENCILLO, ERES EXTRAORDINARIO

La sencillez habita en lo pequeño, en lo humilde.
La sencillez es una virtud que permite a la persona ser accesible y mostrarse dispuesta a establecer relación, de igual a igual, con el otro.
Es lo natural, lo fácil, lo comprensible, lo que puede llegar a todos sin oscuros obstáculos: es la dulzura, lo simple y la sabiduría.
Las personas que representan la sencillez están libres de pensamientos extenuantes, complicados y extraños.
En la sencillez hay altruismo. El que personifica esa virtud generalmente está libre de los deseos materiales que distraen el intelecto haciéndolo divagar hacia territorios inútiles.
Sencillez es ser el niño inocente y el maestro sabio. En su simplicidad se asienta una forma de pensar elevada.

Si uno reflexiona acerca de las personas que considera elevadas, de los maestros verdaderos, de las persona ejemplares, observará algo que es común en todos ellos: su sencillez.


RESUMIENDO

En la naturalidad está lo correcto.
En ser y mostrarse como uno es, y no como le han dicho que tiene que aparentar.
El que ya sabe quién es no tiene que hacer ruido para que se le note.


Francisco de Sales




 

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