Claudia, aunque nos resulte más asequible concebir a Dios como una entidad ajena a nosotros, cuando lo percibimos puede que no sea más que esa parte nuestra que es divina, que es el Amor, más que notar la presencia de algo ajeno a nosotros. Quiero decir que nuestra naturaleza, nuestro Ser, es Amor. Y si decimos que sentimos a Dios, tal vez no sea más que el Amor que nos constituye simplemente fluye.
Si no sientes a Dios o te parece que está alejado de ti, posiblemente no sea más que una forma de expresar que tu Amor se encuentra parado, retenido, que no fluye. Y puede entenderse si has padecido sentimientos de culpa como expresas. En ese momento, desde el sentimiento de culpa, hay una parte de ti que no acepta a la otra, con lo que se interrumpe el proceso de amarte a ti misma. Lo que tú expresas como pérdida de autoestima.
No te preocupes, Claudia. Todo está bien.
La herramienta es el perdón. Hacia ti y hacia lo ajeno a ti.
Muy probablemente aún arrastres sentimientos de culpa por hechos pasados, así como rabia, frustración, etcétera. Tranquila que no pasa nada. Forma parte del pasado y ya no existe, sólo que los sentimientos asociados a esas experiencias siguen vigentes en ti, impidiéndote fluir en el presente.
No se trata de desplazar la culpa de ti hacia otro u otros, sino de entender que no hay culpables. Cuando te sientes culpable aceptas las reglas del juego de quien te culpa, adoptas el papel que otro te atribuye, papel que no procede del amor y la comprensión, sino del ego y de la mente. De la inconsciencia. Por lo que, entendiendo y comprendiendo ésto, has de sentirte liberada de ese rol que tanto sufrimiento conlleva, a cambio de nada.
Intenta comprender y perdonar a los otros desde el amor que hay en ti, aunque tu mente no lo perciba: está ahí. En cada uno de los hechos que tu recuerdo te traiga como dañinos. Intenta aliviarte de esa carga para sentirte ligera. E, igualmente, hazlo contigo, intenta comprenderte y perdonarte en lo que sientas que produce división en ti. Intenta conseguir que en el momento presente no lleves lastres ni deudas. Propias ni ajenas. Te sentirás muy aliviada.
No es que a Dios no lo encuentres, sino que no puede fluir desde tu interior.
Y no pierdas la fe. Vuelve a recuperar esa confianza que tenías. Como bien dices, "nada es por casualidad, y que Dios se comunica con nosotros a traves de señales que debemos identificar".
Siento la situación por la que has pasado, Claudia, pero te dejo en la confianza que remontarás de nuevo, con mucha más fuerza que antes, el vuelo. Tu vuelo.