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 CUIDADO Y GRATITUD



Enero 14, 2012, 08:02:09 pm
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CUIDADO Y GRATITUD
« en: Enero 14, 2012, 08:02:09 pm »


Siempre he pensado que el cuidado es tan importante como el amor, porque el cuidado es precisamente la demostración del amor.

Nuestra vida hasta el momento nos da razón de que hubo quien nos amara aún antes de nacer. Alguien que se cuidó por cuidarnos, y después se desvivió en cuidados, para que fuéramos creciendo y desarrollando los propios dones y aptitudes.
Claro, me refiero a la madre como el ser por antonomasia  dedicada al cuidado, sin descartar que hubo también un padre, unos abuelos, y otros seres que nos dieron su amor traducido en cuidado, a través de todos esos años de nuestro crecimiento, hasta que fuimos capaces de cuidarnos a nosotros mismos.


Cuando se trata de agradecer el regalo de la vida, no olvidemos que ese don nos fue otorgado por el Ser Supremo a través de nuestros padres. ¿Que hubiera sido de nosotros sin el esmero de sus cuidados?

Estar agradado (agradecido) con los regalos que hemosrecibido a lo largo de nuestro camino por el mundo, no es decirlo solo de palabra.

De niños nos enseñaron a decir “gracias” como mera forma de cortesía.

La gratitud es otra cosa, es un sentimiento que nace si le damos cabida en nuestro corazón; es una capacidad por desarrollar con la práctica y en actitud despierta.   

 “No basta con dar las gracias, sin dar lo que las merezca”. Cuando leí por primera vez estas palabras, me parece que en un salmo, no las entendía.

Ahora me las explico de esta manera: la mejor forma de gratitud por un valioso regalo es apreciarlo, disfrutarlo y cuidarlo.

Hay tantas cosas que han maravillado nuestras vidas, hay tanto para agradecer, y así mismo hay tantas cosas que están puestas a nuestro cuidado.

Lo primero que esta puesto a tu cuidado eres tú mismo.

Agradezco y cuido este cuerpo, organismo único, inigualable y perfecto, integrado por distintos sistemas, funcionando armoniosamente desde los mandatos de un cerebro maravilloso.

Cuidar de mi cuerpo es ser consciente que es la parte de mí ser por medio del cual me hago presente en el mundo con todas mis potencialidades. Si el cuerpo es una maravilla, lo que en el habita es lo que somos y podemos desarrollar a plenitud.

Amarnos es el mayor acto de agradecimiento hacia la vida.

Estamos en el mundo para ser, cuidar y agradecer.

Hay tantos motivos para practicar el cuidado y la gratitud, aunque nunca la gratitud es un deber sino un poder.
Podemos aprender a ser agradecidos.
La gratitud es un valor.


La gratitud la concibo como un sentimiento agradable de calidez y de simpatía: es como un “amor con amor se paga” espontáneo hacia alguien que nos ha tratado con generosidad, sin pedirlo, sin esperarlo.

Pero la gratitud no sólo se enfoca a los momentos positivos, también incluye los significativos: las enfermedades, los errores cometidos en el pasado, los desamores.

(“Te doy gracias Señor por haberme colocado frente a estos obstáculos, pues ellos han forjado mi ser, y por los momentos turbadores, cuando no sabía a qué clavo agarrarme. Porque así primero perdí mi acomodo, y luego encontré mi resistencia”.)

Es un hecho que en estos casos, con el paso del tiempo te das cuenta que el dolor que en su momento te provocaron  te dejó también un regalo: mucho aprendizaje y madurez.

La gratitud es un sentimiento delicado a veces sutil muchas veces sin palabras, hacia la naturaleza, el universo, el ser supremo.

Puedo agradecer las cosas grandes y maravillosas que me ofrece la vida.  Hay otras cosas sencillas y sutiles que a veces me pasan desapercibidas, pero si vuelvo a mirar no puedo menos que agradecer los momentos felices que me han hecho vivir.

Los beneficios del cuidado y la gratitud son innumerables lo mismo que los motivos para practicarlos.

Te conecta con tus prioridades y valores verdaderos.

Entre más te enfocas en la gratitud, menos te apegas a lo material, a las posesiones, y a la sensación de que algo falta en tu vida.

Comienzas a ver la vida no solo con los ojos sino con el corazón.

Te ayuda a descubrir regalos en los lugares menos esperados.

Aprecias más lo que tienes aquí y ahora.

Podemos empezar a practicar la gratitud en las cosas cotidianas, que por parecer sencillas no dejan de ser maravillosas.
La comida que llega a mi mesa, y agradecer el cuidado y el esfuerzo de tanta gente, desde el que cultivó las legumbres y los granos, hasta las manos que la prepararon.

Gratitud por los placeres pequeños y momentáneos de la vista, el olfato, el sonido, y el tacto, entre los cuales se encuentran el cielo, las nubes, la luz y el calor del sol, el viento que me acaricia, los árboles, y las flores.

Agradecer el  hecho de tener una casa, porque en ella me siento abrigada y protegida, y por la comodidad que me brinda.

Agradecer por las personas que me aman y me aprecian, porque ellas me han hecho conocer el valor de la amistad.

Agradecer por ese amigo especial que yo sé que me comprende. Agradecimiento por lo que ha aportado a mi vida.

Gratitud por la música que me deleita, me trasporta y me hace soñar.

Gratitud por la agradable sensación de la risa. Porque por ella sé que existe la alegría.

Agradecimiento por tanta gente buena que hay en el mundo. Las que se preocupan por el cuidado de la naturaleza, las que me hacen tomar consciencia de cuidar de mi entorno y de que mi aportación de cuidado es necesaria.

Y la lista podría seguir, cada quien podrá hacer la propia.


El esfuerzo por cuidar, por saborear, por apreciar, por agradecer las vivencias pequeñas y agradables con que nos encontramos nos sintonizan con las resonancias de placer que nos producen.

Entre más agradeces, más atraes aquello que agradeces.

Estar al pendiente del cuidado y el agradecimiento es la mejor terapia del mundo. Tus niveles de optimismo, confianza, y entusiasmo se elevan: es imposible agradecer y estar deprimido.

“Oh, Dios, haz que yo pueda mirar y repasar el recuerdo de los favores y de los regalos. Que no me detenga en la muralla de las malas acciones realizadas o sufridas, sino que ante las bondades del mundo que pusiste a mi cuidado y para mi deleite, ponga siempre en práctica mi capacidad de agradecer”



Enero 13 de 2012

 

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