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 INCONSCIENTE, PRECONSCIENTE Y CONCIENCIA O CONSCIENTE.



Julio 30, 2015, 05:29:33 pm
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INCONSCIENTE, PRECONSCIENTE Y CONCIENCIA O CONSCIENTE.
« en: Julio 30, 2015, 05:29:33 pm »
INCONSCIENTE, PRECONSCIENTE Y CONCIENCIA O CONSCIENTE.



Según Freud la mente humana estaba dividida en tres grandes regiones mentales, el consciente y el inconsciente y el preconsciente. 
El nivel consciente o conciencia es todo aquello que ocurre en nuestra mente de lo que nos damos perfecta cuenta; lo consciente es aquello que percibimos de  lo que tenemos un conocimiento pleno, nuestros pensamientos, sentimientos, ideas... etc que reconocemos como nuestros y nos damos cuenta en el momento que los tenemos. La conciencia, que es el nivel consciente del que habla Freud es, al fin y al cabo todo lo que ocurre dentro de nuestra mente
que aceptamos y que somos capaces de comunicar a los demás verbalmente. 
El nivel inconsciente o subconsciente coincide con los contenidos mentales que quedan fuera de la conciencia, es decir, aquellos pensamientos, ideas, sentimientos, percepciones etc, de los que no nos damos cuenta que los tenemos, pero que los tenemos. Estos contenidos inconscientes suelen ser impulsos, deseos, recuerdos olvidados y sentimientos que nos resultan tan inaceptables y repugnantes que, a pesar de tenerlos, preferimos ocultarlos de forma inconsciente y no hacerlos presentes en la conciencia... permanecen ocultos en el inconsciente.



Generalmente la psicología ha tratado el inconsciente desde un punto de vista negativo y le ha restado importancia; lo inconsciente era únicamente lo que caía fuera de la conciencia pero no tenía un peso específico dentro de la psique. El psicoanálisis va a cambiar esta idea y va a hacer del inconsciente el núcleo central de la mente humana. Para Freud y sus seguidores es el inconsciente el motor real de nuestra conducta.



Según Freud todos nuestros actos tienen su origen en lo más profundo de nuestro inconsciente. Lo que ocurre es que los verdaderos motivos de estos actos no se presentan en la conciencia de la misma forma que lo hacen en el inconsciente; los instintos, recuerdos e ideas,  presentes en nuestro inconsciente pasan a la conciencia convertidos en emociones y sensaciones de menor intensidad.

Así, por ejemplo, Un impulso sexual se vive como una emoción amorosa o un impulso agresivo se traduce y  se vive como una emoción colérica. La teoría psicoanalítica considera que los procesos psíquicos son esencialmente inconscientes y que antes de llegar a conscientes deben sufrir un complicado proceso de transformación.

Los procesos inconscientes no tienen las mismas leyes que el resto de los procesos mentales, sino que se gobiernan según leyes propias. Por ejemplo, pensamientos y sentimientos que se daban unidos se  dividen o desplazan fuera de su contexto original; un sentimiento de deseo sexual puede desplazarse y presentarse como un sentimiento de agresividad; dos imágenes
o ideas dispares pueden ser reunidas (condensadas)  en una sola; los pensamientos pueden ser dramatizados formando imágenes y símbolos, en vez de expresarse como conceptos abstractos, y ciertos objetos pueden ser sustituidos y representados simbólicamente por imágenes de otros, aun cuando el parecido entre el símbolo y lo simbolizado sea vago, o explicarse sólo por su coexistencia en momentos alejados del presente. Las leyes de la lógica, básicas en el pensamiento consciente, dejan de ejercer su dominio en el inconsciente.



El  preconsciente es más fácil de explicar; podemos entenderlo como  un lugar de tránsito, de paso entre la conciencia y el inconsciente. En el preconsciente se sitúan todos aquellos deseos e ideas que, aún sin estar constantemente en la conciencia, pueden aflorar a ella sin ningún problema. No tienen que sufrir un proceso de transformación. Por ejemplo gran parte de nuestros  recuerdos no son inconscientes porque podemos acceder a ellos siempre que queramos, pero tampoco son conscientes completamente porque podemos reservarlos sin cecesidad de estar todo el tiempo rememorándolos. Además el sistema preconsciente garantiza cierta comunicación de la conciencia al subconsciente; aquí está la razón por la cual durante la noche, muchas veces soñamos con algo que hemos vivido durante el día. Estas vivencias desaparecen de nuestra conciencia pero se quedan de forma latente en el preconsciente y de ahí pasan al inconsciente donde forman parte de un sueño.

 

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