LOS ABRAZOS
Pocas cosas hay que sean más reconfortantes, y más humanas, que los abrazos sinceros.
Un abrazo nos pone en comunión con la humanidad.
Nos confirma el sentimiento de hermanamiento que no somos capaces de mostrar o recibir en la relación cotidiana con el resto de los humanos.
En ese contacto de abrazo, es tal la humanidad que lo motiva y preside que se omite la connotación sexual que pudiera darse, sobre todo cuando se abrazan dos personas de distinto sexo. El calor del otro, el ritmo de su latido si se llega a captar, sentir que el otro es también una persona, como uno mismo, pero sintiéndolo con el alma, con la lágrima conteniéndose, con la sensación inhabitual de abandonar la soledad o la unicidad para formar parte de algo más grande, son impresiones que suceden y que llenan fácilmente de estremecimientos, de emoción, y de fraternidad.
Durante el abrazo, el otro está poniendo su corazón junto al nuestro para que entre ellos se comuniquen.
Ese hecho de sentirse acogido incondicionalmente -que es la condición indispensable para que un abrazo sea un abrazo y no un acto protocolario-, proporciona una especie de relajo, de descanso, como si en ese contacto traspasáramos al otro la mitad de nuestras preocupaciones.
Eso es porque uno se siente admitido en el lazo íntimo que proporciona el abrazo. Sabe que en ese momento se ha convertido en algo importante para el otro, y el otro le está brindando su protección, su empatía, el cuidado con que es capaz de amparar y proteger.
El abrazo es símbolo de conciliación, de armonía emocional o sentimental, de sellar un compromiso de amistad, de igualdad, de unión.
OFRECER ABRAZOS
Nos veremos en más de una ocasión en situaciones que tendrán tal carga emocional (entierros, accidentados, desgracias…) que no encontraremos palabras que puedan expresar nuestro sentimiento.
Te recomiendo que lo resuelvas con un abrazo.
Quien esté viviendo esa situación pesarosa no necesitará tanto las palabras -que seguramente no sea capaz de entender porque su mente estará en otro sitio- como un abrazo que sabrá transmitirle, mejor y más directamente, nuestro pesar, nuestra empatía, nuestra condolencia…
Cuando alguien se encuentre triste, decaído, perdido, o en un mal momento, un abrazo será una fuente de energía y apoyo que le alentará y le ayudará a confiar en la gente y en el futuro.
RECIBIR ABRAZOS
Cuando alguien te ofrezca un abrazo, con toda su mejor voluntad, acéptalo.
Déjate reposar en ese abrazo.
Descansa en él y que descanse tu pesar.
Vive el momento con la intensidad que requiere.
Haz un alto en tu vida, y que pare el mundo si hace falta, porque lo tienes que apreciar y aprovechar con toda tu atención y todas tus capacidades.
PEDIR ABRAZOS
No conozco a ninguna persona que haya negado alguna vez un abrazo –esto no quiere decir que no las haya- así que la recomendación es que, cuando necesites un abrazo, busques a alguien que te dé tan grandioso premio.
ABRAZOS GRATIS:
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