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 ALGO FÁCIL QUE PODEMOS HACER POR EL BIEN DE LOS OTROS



Diciembre 01, 2015, 08:12:14 am
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Desconectado Francisco de Sales

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ALGO FÁCIL QUE PODEMOS HACER POR EL BIEN DE LOS OTROS
« en: Diciembre 01, 2015, 08:12:14 am »
ALGO FÁCIL QUE PODEMOS HACER POR EL BIEN DE LOS OTROS



A veces pensamos que hacer algo por los otros requiere de gran esfuerzo y renuncia. Por ejemplo, haciéndose sacerdote, monja, miembro activo de una ONG en un país extranjero, etc.

Otras veces pensamos que es algo que podría estar a nuestro alcance, y hasta nos hacemos el propósito –más tambaleante que firme- de ponerlo desde ya en marcha, pero lo vamos posponiendo para otro momento. Que no llega nunca. Curiosamente, siempre se encuentra una razón para aplazarlo.

En otras ocasiones acallamos nuestra conciencia dando una limosna, haciendo un pequeño favor, o pensando en que somos más buenos de lo que en realidad somos.

En cambio, hay muchas cosas que podríamos hacer por los otros –de lo que también nosotros seríamos beneficiarios- y son cosas sencillas, muchas de ellas sin coste económico. Son cosas que a nosotros nos gustaría recibir si estuviéramos en el caso del otro.

Una de ellas, muy importante, es POTENCIAR LA AUTOESTIMA DEL OTRO. Te garantizo que todos andamos necesitados de Autoestima. Y te recuerdo, porque tú ya has tenido más de una ocasión de comprobarlo, que cuando recibes del otros una caricia –física o verbal- siempre es emocionante, siempre se siente una sensación agradable que se paga con una sonrisa que nace espontánea. En realidad es una emoción indescriptible que no voy a tratar de narrar porque es mejor que tú la recuerdes. Por eso, al hacerle saber al otro que hay alguna característica personal suya que es especial, y al manifestárselo –para que se dé cuenta de ello- contribuimos a reforzar la imagen positiva que tenga de sí mismo.

También es cierto que todos tenemos cosas buenas, pero generalmente las personas no valoramos nuestras cosas buenas porque estamos habituados a ellas y nos parecen normales. Esas mismas cosas vistas en otras personas las valoramos especialmente. Y se trata de que hagamos ver al otro –sin exagerar y sin mentir- que tiene cualidades, y que las apreciamos y valoramos. Y es tan sencillo decir “eres muy amable…”, “eres muy cuidadora…”, “eres una gran persona…”, etc.

Asimismo, es muy bueno DAR SINCERAMENTE LAS GRACIAS cada vez que recibamos algo del otro, cada vez que alguien haga algo por nosotros; dar las gracias pero no por compromiso, que no sea la repetición rutinaria inanimada de la palabra, sino que sea –preferiblemente- mirándole a los ojos –y si es alguien con  quien se tiene confianza, mejor todavía cogiéndole las manos o tocándole-, dedicando especial atención a lo que se está haciendo en ese momento –no mientras se sigue prestando atención hacia otra cosa- y logrando que la otra persona sea muy consciente de ello; modificando el tono de voz o ralentizándola si es necesario para que se dé cuenta de cada una de las palabras.

 SER AMABLES, correctos, educados, cordiales, cariñosos, simpáticos, dulces, agradables, afectuosos, bondadosos, sociables, acogedores, sencillos, nobles, encantadores, gentiles… son muchos adjetivos, y es mejor no leerlos de carrerilla como has hecho, sino pararte en cada uno de ellos, en revisar cómo los tienes de incorporados y de actualizados, cuánto los usas –y por qué no los utilizas más a menudo-, cuánto les puede gustar a los otros que seas de esos modos y qué poco te costaría a ti… Y tú serás también beneficiado: te encantará verte ser de esos modos. Eso sí, ya lo sabes, la condición indispensable e innegociable es que sea de corazón. Si no es así, no te molestes porque conseguirás el efecto contrario: te llamarán falso, artificial, mentiroso…

ESCUCHAR. Algo tan aparentemente normal es realmente grandioso. Escuchar –que no es lo mismo que oír- quiere decir dedicar toda la atención en exclusiva al otro, con lo cual se le está demostrando que interesa lo que dice y que se entiende como algo valioso, y con eso se le está haciendo un homenaje. Y para valorar en su justa medida lo importante que es escuchar, sólo tienes que pensar en cómo te sientes cuando alguien no te presta toda la atención –que es una forma de desprecio- y cómo te sientes cuando alguien te presta toda su atención.

SONREÍR. No cuesta nada, pero siempre es agradable ver sonrisas, y siempre –siempre, siempre- agradecemos que alguien nos ofrezca su sonrisa.

DEDICARLE PARTE DE NUESTRO TIEMPO, que es nuestra vida, a alguien, es un ofrecimiento muy valioso. “Yo te doy una parte de mi vida en este tiempo que estoy contigo, y no hay nada más apreciado que te pueda ofrecer. Estoy contigo. Esto es lo que hago por ti. Sí, me cuesta una parte de mi vida, pero elijo hacerlo así. Esto puedo hacer por ti”. La compañía, sobre todo en los momentos en que uno está necesitado de ella, es un bien impagable y más apreciado que cualquier otra cosa.

Hay personas que están solas y que tienen necesidad de comunicarse, de integrarse, de tener amistades, alguien en quien confiar o con quien compartir, y, si nos merece toda la confianza el otro y puede encajar con alguna de nuestras amistades, SERÍA ESTUPENDO PRESENTARLES A NUESTROS AMIGOS, integrarles en nuestro grupo. Puede ser interesante para ambos.

Dependiendo del grado de confianza que se tenga con el otro -y esto solo es viable si no se malinterpreta-, se puede TOCAR –el contacto físico es una necesidad humana- o se puede ABRAZAR, o ACARICIAR, porque eso transmite mucho más que lo que pueden decir las palabras. La necesidad de contacto físico no siempre se puede complacer, por falta de costumbre y familiaridad en muchos casos, o por temor a que el otro interprete inadecuadamente el gesto, pero en las situaciones en que hay confianza, un abrazo sincero, de alma a alma, con los brazos cariñosos del corazón, transmite y aporta amor, empatía, amistad, fe, compañerismo, y confirma una relación que va más allá por la carga de humanidad que conlleva.

Igualmente es gratificante DAR UNA SORPRESA y presentarse en un instante inesperado, o cuando se sabe que el otro está pasando un mal momento y necesita apoyo o compañía. CUIDAR al otro es una grandiosa generosidad. 

Ser generoso en cualquiera de las cosas enumeradas, y en otras más que se te ocurrirán, es una manifestación de la grandiosidad del Ser Humano que es capaz de la nobleza más sublime, de la magnanimidad más desprendida, del altruismo más elevado, y posee un corazón que es una fuente inagotable de amor y caridad.

Y a quien sea generoso en estos aspectos, le garantizo que lo recibirá centuplicado siempre y cuando lo haga por su propia naturaleza y grandeza.

Recibir más de lo que se da es algo que sucede, porque es una voluntad divina.


Te dejo con tus reflexiones…




Agosto 10, 2016, 09:33:44 am
Respuesta #1

Desconectado luz

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Re: ALGO FÁCIL QUE PODEMOS HACER POR EL BIEN DE LOS OTROS
« Respuesta #1 en: Agosto 10, 2016, 09:33:44 am »
¡Cuánta verdad en sus palabras!
Namasté

 

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