Una vez un hombre rico le entregó una canasta de basura a un hombre pobre. El hombre pobre sonrió y corrió con la canasta, la vació, la lavó, la llenó de flores y se la dio de regreso. El hombre rico se asombró y le preguntó: "¿Por qué me ha dado flores, si yo le di basura?". El hombre pobre dijo: "Porque cada uno da lo que tiene en el corazón".
AnÓnimo.