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 NO ES NECESARIO OLVIDAR TODO



Marzo 07, 2016, 07:05:14 am
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Desconectado Francisco de Sales

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NO ES NECESARIO OLVIDAR TODO
« en: Marzo 07, 2016, 07:05:14 am »
NO ES NECESARIO OLVIDAR TODO



En mi opinión, hay un empeño grande e innecesario en querer “olvidar todo”. Sobre todo lo desagradable.

Es evidente que “lo bueno” nadie quiere olvidarlo, ni siquiera cuando la no existencia actual de “lo bueno” pueda llevar a añorar su ausencia y eso pueda ser causa de sufrimiento. Me refiero a los seres queridos que ya no están o a aquellas cosas gratificantes que ahora no se tienen.

Nadie quiere olvidar las cosas que le han hecho feliz, los mejores momentos de su vida, aquellos sitios encantadores, la gente importante de su vida… aunque hay que tener cuidado con esto, debido a que algunas personas comparan su presente con su pasado y eso lo convierten en motivo de desesperación. La única realidad es el presente y el pasado ya sólo forma parte de algo que hubo, que existió, pero que, como todo, acabó su ciclo y es mejor no aferrarse a lo que no existe. Porque es imposible. Y contraproducente.

Las cosas dolientes del pasado, aquellas cosas duras por las que se ha tenido que atravesar, o aquellas que nos llevan a la frustración o el desencanto, incluso aquellas que no hicimos y por ello acabamos en una situación indeseada, no conviene siempre olvidarlas.

Su presencia continuada sólo tiene un beneficio: recordarnos lo que no queremos que vuelva a suceder. Todo –sí, todo- tiene una enseñanza que sólo pueden extraer los que están dispuestos a hacerlo. Los que se niegan, y lo niegan, sólo se quedarán con la parte negativa sufriente y no disfrutarán de lo que pueden aprender. Se quedarán con la cáscara y no comerán el fruto.

Las cosas desapacibles del pasado no hay que olvidarlas. Son otras las cosas que hay que hacer con ellas.

ACEPTARLAS

Este es el primer paso. Ocurrió. El hecho en sí, lo que sucedió, es la realidad histórica y por tanto es innegable. Otra cosa es el adjetivo o el sentimiento que le añadimos, la carga emocional, el dolor magnificado, la rabia de no querer aceptarlo… son cosas que se le incrementan al hecho en sí y que lo cargan, a veces, de un dramatismo que no les corresponde. Con el paso del tiempo, y la evolución personal, uno acaba viendo que las cosas no eran tanto como aparentaban en su momento. Y ya sé que estoy generalizando y generalizar es un disparate. Algunas personas que apliquen lo escrito a sus casos reales graves seguirán teniendo razón. No es lo mismo quien tuvo abusos en su infancia que quien vio algo que no le gustó. Pero la gravedad del hecho no ha de impedir que se admita, y no refunfuñando desde una rendición desganada sino como un acto de comprensión, y siendo una aceptación humilde de que las cosas no suceden siempre del modo que uno desearía.


SUPERARLAS

Vencer sus obstáculos o dificultades. Demostrar que uno es superior a ellas y está por encima, sobreviviéndolas. Hay que sobreponerse a todo. Es Ley de Vida. La vida sigue y uno sigue. Estancarse en la propia compasión, en el victimismo, regodeándose en cuánto sufrió uno para conseguir de ese modo que los otros le presten atención y sientan lástima, es  vergonzoso y un poco rastrero. Valor  y pasos firmes hacia adelante. No todo es pasado: tenemos el presente y todos los presentes que están por llegar.


DESDRAMATIZARLAS

No es conveniente darles una importancia por encima de la que tienen. Aunque parezcan un drama insuperable o el fin del mundo, no son tanto. Es un yo pequeño, o un humano con apegos, quien las sobrevalora, quien les da un valor superior al real. Es mejor quitarles las aristas, descontarles dolor, y preservarse poniéndose a salvo antes que seguir inmersos en la fatalidad de lo que pasó y ya es imposible de cambiar.


DESAPEGARSE DE ELLAS

Ser capaces de verlas con objetividad, desde una cierta distancia, sin implicarse personalmente con ellas –sin tomárselas como algo personal, aunque lo sean-, sin sentirlas como una agresión hacia el Ser que Es Uno Mismo –aunque haya sido una agresión real- porque conviene ser comprensivo y entender que los ataques contra uno son debidos a la enajenación de la otra persona y uno no tiene que ver con el estado de la otra persona ni es responsable de sus actos.


APRENDER

Insisto en lo que ya sabemos: toda experiencia aporta una enseñanza. Así es como aprendemos ya que nunca y a ninguno nos prepararon para afrontar bien todas las cosas que nos suceden en la vida. A veces son lecciones muy duras y que salen emocionalmente muy caras, pero es lo que hay. Siempre hay que buscar y encontrar lo positivo.


NO OLVIDARLAS

Porque nos sirven aunque sean como recordatorio de lo que no se desea que vuelva a suceder, de lo que no se va a tolerar en la próxima ocasión, de lo que uno quiere o no quiere, de cuáles son los principios básicos por los que regirse, de dónde está la dignidad de cada uno.

RESUMIENDO

No hay que olvidarlo todo. Basta con lograr que no sigan haciendo daño. Superarlas, dejando a un lado lo que nos puede afectar negativamente. Lo que duele no es exactamente lo que pasó, sino el hecho de no aceptarlo.


Te dejo con tus reflexiones…

 

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