Hace un tiempo me hicieron una consulta, y luego de la charla, me quedé reflexionando. Nos quejamos del otro porque no satisface nuestras expectativas, sin detenernos un solo segundo a pensar en que no tiene porqué hacerlo ! Cada cuál es como es, como puede o como quiere. Somos nosotros quienes nos hacemos daño esperando que responda como queremos.
Ya sabemos que nos atraemos por similitud de vibraciones. Entonces, si atraemos a una persona que es desamorada, maltratadora, desganada, fría, etc., simplemente es porque vibramos en la misma sintonía.
Ahora bien, cuando nuestra vibración comienza a aumentar es muy probable que aquellas cosas que al principio nos parecían nimiedades, se conviertan en verdaderos escollos para nuestro desarrollo personal y espiritual.
Qué hacer entonces ? La clave es la aceptación. Aceptar no es resignarse, es comprender que el otro no tiene porqué ser lo que nosotros pretendemos. Y que no siempre vamos a recibir de él lo mismo que damos.
Y acá se plantea la confusión de muchos. No se trata de "aguantar" todo por amor, se trata de respetar al otro, pero principalmente, respetarnos a nosotros mismos !
En lugar de cuestionar al otro porque no nos ama como nosotros pretendemos, sería bueno que nos miremos detenidamente, que nos escuchemos, y que descubramos cuál es el miedo que nos lleva a mendigar amor. Muchas veces es la soledad, otras la vergüenza, otras la costumbre ... es cuestión de escucharse de verdad.
La dignidad y el autorrespeto son aspectos primordiales que debemos cultivar sin descanso.
No suframos más por no recibir el amor del otro; mejor pensemos en cuáles son los motivos que nos llevan a maltratarnos de semejante manera, rogando y mendigando lo que tenemos otorgado por derecho.
El otro no es culpable de nada, es solo el fiel reflejo de nuestra imagen.
L@s quiero !
Yo La Morocha Ale