RE – NACER
En mi opinión, RE-NACER, volver a nacer, es una estupenda posibilidad que está a nuestro alcance –al alcance de nuestra decisión- en cada instante.
Es una posibilidad en la que pensamos poco. A veces, eso sí, pensamos que sería bueno cambiar, pero rara vez pasa de ser un buen deseo pendiente de realizar, o se realiza a medias y sin vocación. Además, generalmente no se efectúan cambios sino que se ponen parches para ir tirando. Y, por otra parte, no hay que “cambiar” el modo de ser por otro modo de ser, sino que hay que Ser realmente Uno Mismo.
Esta decisión de RE – NACER ha de ser por propia voluntad. No debe ser de otro modo. No le corresponde al destino ni se puede dejar al azar de las circunstancias. Y tampoco es un acto de una sola vez en la vida, sino que se debería convertir en un hecho continuo y cotidiano.
Ya sabemos que ahora no somos el bebé aquel que nació hace tiempo del vientre de nuestra madre, y que aún si quererlo y sin darse cuenta uno ha ido creciendo y le han sucedido muchas cosas; que uno ha tomado muchas decisiones en la vida y otras, como no las tomaba uno, parece que las tomó la propia vida.
Ya sabemos, todos, que en este momento no somos lo que hubiéramos querido ser. Bueno, esto lo saben quienes algún día se propusieron conocerse y se observaron, porque, en general, las personas no hacen un propósito serio para organizar la vida y marcase un camino y seguirlo, sino que van afrontando “lo que va llegando” en vez de decidir firmemente y cumplir lo que desea para sí y para su vida.
El primer paso es, lógicamente, saber quién es uno cuando se elimina el personaje que está representando, quién es él de verdad, el auténtico, en su esencia. No el que las circunstancias obligaron a construir, no el que actúa inconscientemente, ni el que está condicionado por sus miedos, sus inseguridades, sus dudas y su propio desconocimiento de sí mismo. No el que cree que es, sino el que Es. El que trasciende. El que contiene en sí la Divinidad, lo Numinoso, la Inmortalidad, la Sabiduría, la conciencia del Todo… metido a presión en este cuerpo que habita.
Ese es el que hay que descubrir: el que se ES, y no el que se está siendo.
Por eso la propuesta sensata y enriquecedora es RE – NACER. Deshacerse del personaje, desmontarlo, hacerle darse cuenta de mentira y su inexistencia como autenticidad, diluirle, hacerle desaparecer… asesinarle si hace falta.
Y entonces, desde cero, desde la pureza emocional, desde la virginidad de quien es inmaculado porque es divino en su esencia, RE – NACER. Volver a nacer para Ser el Uno Mismo que uno Es de verdad aunque esté desatendido, desconocido, y quede oculto por el personaje ruidoso, desconcertado y deambulador, con el que nos movemos sin saber a dónde ir, o imponiéndonos una dirección hacia fuera que debiera ser invertida y orientada hacia adentro.
Hoy, con toda la consciencia y los conocimientos que ya hemos adquirido, o adquiriéndolos, tenemos la fantástica y maravillosa opción de RE – NACER. Nacer de nuevo y bien. Esta vez mandando nosotros desde el primer momento del nuevo parto, y dirigiendo nuestra vida, y a nosotros mismos, en la dirección y con el sentido deseados.
Somos –y de esto no hay ninguna duda- lo que nuestros padres y educadores hicieron de nosotros, ya que entonces no nos pudimos hacer a nosotros mismos. Ahora sí. Ahora tenemos la posibilidad de RE – NACER puros, sin condicionamientos, desarrollando nuestras cualidades y naturaleza, sea la que sea, y corrigiendo las cosas que consideremos oportuno corregir, desarrollando o fomentando las que nos parezcan interesantes, fortaleciendo las que consideremos que lo necesitan, reconociendo lo poco o mucho que seamos y aceptándolo; partiendo de un cero absoluto en el que no quepan reproches anteriores ni prevenciones temerosas, acogiendo con todo el amor al ese recién nacido que se presenta en la vida con curiosidad, ganas de VIVIR, y una sonrisa.
A mí me EMOCIONA, sinceramente, todavía hoy -después de haber visto a cientos de personas ponerse camino a su propio parto-, porque sé cuál va a ser el resultado cuando una persona tiene una vida dura, desestructurada, ingrata, o que le provoca insatisfacciones, y toma la decisión de RE – NACER.
Me EMOCIONA ver cuando una persona tiene la valentía, la gallardía, la honorabilidad, y la honestidad de hacer de su vida y de sí mismo una bandera de dignidad, y un motivo de satisfacción propia.
Dejar de ser, para empezar a Ser.
“¡Me he quedado sin nada a lo que agarrarme!”, pió el pajarito cuando se rompió la rama a la que estaba aferrado, y entonces, al no tener algo a lo que agarrarse no le quedó más remedio que… volar.
RE – NACER es romper conscientemente las ramas y quedarse sin algo en lo que apoyarse para… volar.
RE – NACER es un acto de dignidad. El mejor. La máxima y más noble aspiración que uno puede anhelar. El auténtico Camino. El verdadero Destino.
Me gustaría, de todo corazón, que lo leído fuera un repulsivo para quien se niega RE – NACER cuando sabe que lo necesita y lo piensa, para quien deja la posibilidad de ser él mismo en el cajón de las utopías, para quien necesita solamente un empujón, que le puede venir de mirarse al espejo de su corazón, y con determinación en sus conciencia decida, por fin y para su bien, hacerlo ya.
Te dejo con tus reflexiones…