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 ¿QUÉ ES DEPENDENCIA EMOCIONAL? - 2ª parte



Julio 03, 2016, 07:28:28 am
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¿QUÉ ES DEPENDENCIA EMOCIONAL? - 2ª parte
« en: Julio 03, 2016, 07:28:28 am »

Características de la pareja
El perfil de la pareja a la que se vincula el dependiente emocional, y con la cual forma estas relaciones marcadas por el desequilibrio, son las siguientes:
1.   Autoestima elevada: Son personas con un autoconcepto positivo, en ocasiones por encima de lo normal. Se sobrevaloran a sí mismos, y menosprecian al dependiente. Son egocéntricos, soberbios y arrogantes.
2.   Rol dominante: Adoptan en la relación de pareja una posición superior, reforzándola a través de comportamientos explotadores, hostiles y despectivos hacia el dependiente. Se muestran fríos, distantes, y con escaso interés hacia la pareja. Aprovechan su estatus superior para descargar sus frustraciones sobre el dependiente, pudiendo incluso recurrir a la violencia física o verbal como humillaciones, menosprecios y otros comportamientos denigrantes.
3.   Muestran poco afecto por su pareja pudiendo ser manipuladores, mentirosos y posesivos. Exigen exclusividad y fidelidad por parte de su pareja, pero para ellos mismos desde su posición dominante no se aplican las mismas normas, siendo frecuentes los devaneos amorosos con terceros. Son conocedores del intenso miedo a la ruptura de su pareja, lo cual pueden utilizarlo como una baza a su favor.
4.   Es frecuente que padezcan el trastorno narcisista de la personalidad: caracterizado por una exageración patológica de la autoestima e infravaloración de los demás. En el que se utiliza a las personas para alimentar su propio ego.
5.   Habilidades sociales: Tienen un cierto encanto interpersonal, son ingeniosas y tienen sentido del humor.
Este tipo de personas son consideradas interesantes e idealizables por el dependiente emocional. Mientras que las que no son así pueden resultarles aburridas, con las cuales suelen mantener relaciones de transición, hasta que encuentran a alguien interesante.
No obstante, no siempre tienen porque darse estas características en la pareja. Puede ocurrir que el dependiente emocional con su forma de relacionarse, sus comportamientos y actitudes, evoque y facilite en el otro la aparición de comportamientos dominantes, hostilidad y pocas muestras de afecto, entre otras características. Pudiendo comportarse esa persona de modo completamente diferente con otras parejas sin dependencia emocional, ya que estas no suscitarían en él dichas respuestas.
Fases de la relación
1-. Inicio de la relación : Cuando conocen a alguien que les interesa sienten una alegría, ilusión y entusiasmo desmedido. Fantasean y se crean expectativas de un futuro al lado del otro. Esto ocurre pudiendo haber tenido incluso sólo un par de citas. Aun así, rápidamente muestran su interés por el otro y sus deseos de conocerle.
2-. Fase de sumisión : Idealizan a la pareja y se someten a ella, como forma de preservar la relación y evitar así la temida ruptura. El marcado desequilibrio comienza aquí a hacerse patente, adoptando la pareja una posición superior y el dependiente una posición inferior.
3-. Deterioro de la relación : El desequilibrio se acentúa enormemente entre ambos miembros de la pareja. El maltrato psíquico y/o físico produce en el dependiente un gran malestar y sufrimiento. Como consecuencia de esto, sus sentimientos de inferioridad e infravaloración se ven reforzados, por lo que al mismo tiempo que baja su autoestima aumenta su necesidad extrema de afecto hacia el otro. Situación que acompañada de un terrible miedo a la soledad, hace que su relación se convierta en un círculo vicioso del cual les resulta muy difícil salir.
4-. Ruptura : En caso de producirse la ruptura, lo más frecuente es que la iniciativa la tome la pareja del dependiente. El dependiente tratará de reanudar la relación, a pesar de lo tormentosa y destructiva que le resultase. Producida la ruptura el dependiente emocional padece el síndrome de abstinencia, siendo este el momento en el cual suelen acudir a terapia.
5-. Concatenación de relaciones : Son relaciones intrascendentes, sin mucha importancia para el dependiente, que sirven para paliar su soledad. Pueden concatenar este tipo de relaciones hasta encontrar a alguien que se ajuste a su perfil de pareja (fría, hostil, distante). A su vez, pueden ser fruto de un intento del dependiente por suplir la pérdida de su anterior pareja, de la cual no se acordaran en cuanto tengan a otra persona en mente.
6-. Reinicio del ciclo : En cuanto el dependiente encuentre a una persona que se ajuste al perfil que busca, el ciclo se iniciará de nuevo. Y con ello, los comportamientos de sumisión e idealización que no se observan en las relaciones de transición.
Síndrome de Abstinencia
Este término se emplea por las similitudes entre lo que experimenta el dependiente emocional tras romperse su relación de pareja, y lo que se vivencia en las adicciones tras cesar el consumo del tóxico (drogas, tabaco, alcohol, etc.).
Lo normal sería que el fin de una relación perjudicial fuese como una bendición, pero para el dependiente emocional se convierte en un auténtico suplicio. Siendo los siguientes síntomas algunos de los más frecuentes:

- Pensamientos obsesivos en torno al antiguo compañero. Recordando los momentos buenos de la relación y relegando al olvido los momentos tormentosos.
- Pese al dolor, sufrimiento y humillaciones que soportasen en la relación, sienten una fuerte y compulsiva necesidad de tener contacto con la ex-pareja.
- Angustia, desesperación, ansiedad.
- Constantes ganas de llorar, tristeza e incluso depresión.
- Múltiples intentos de retomar la relación, aunque estos supongan atentar contra su propia dignidad. Siendo lo más importante llenar el vacío y apaciguar la soledad que la ruptura les ha producido.
- Dificultad para conciliar el sueño.
Si la ex-pareja se pone en contacto con el dependiente emocional, y le genera expectativas de reconciliación, aunque sean mínimas, todos estos síntomas desaparecerán automáticamente.
El dependiente emocional experimenta el síndrome de abstinencia, independientemente del miembro de la pareja que propiciase la ruptura, lo que variará, eso sí, será la intensidad. Si este periodo se gestiona de forma adecuada, los síntomas remite con el paso del tiempo.
En cuanto a la duración, puede ser de meses o incluso años depende de la persona y de la relación. En este sentido, cabe señalar que tanto como para superar el síndrome de abstinencia, como para que no se produzcan recaídas, es fundamental evitar cualquier tipo de contacto con la ex-pareja. Esto implica, que se ha de intentar no quedar personalmente, así como evitar las llamadas telefónicas, correos, mensajes, etc. Lo cual le resulta bastante difícil debido a sus deseos irresistibles de volver al lado de la ex-pareja.
A causa del malestar que conlleva el síndrome de abstinencia, la persona puede optar por:
•   Querer retomar la relación: se puede observar como en estas relaciones son frecuentes las constantes rupturas y posteriores reconciliaciones.
•   Encontrar una nueva persona: que llene el vacío que ha dejado la ex-pareja, la cual pasará al más absoluto olvido.
A corto plazo, el intenso malestar desaparece, pero de estas dos formas el problema no se supera, con lo que ello conlleva: vivir el amor no como algo placentero, sino desde el sufrimiento.
Para concluir
Es importante hacer una breve matización: no debemos patologizar toda dependencia, atribuyéndola connotaciones negativas, ya que se trata de un componente normal, saludable e incluso necesario en la vida de pareja.
Algunos autores, para distinguir entre dependencia saludable y dependencia emocional, hacen alusión a una cuestión de grado, en este caso por exceso. Pero al tratarse de una cuestión intangible los límites son de difícil acotación.
Por último no hay que olvidar que la dependencia emocional constituye un problema, que impide a la persona abandonar una relación dañina y seguir con su vida. Lo que subyace a su "te quiero" es en realidad un "te necesito". La persona pierde el control de la situación, y cual adicto con su droga, piensa que si se lo propone puede dejar a su pareja. Pero a la hora de la verdad, permanecen pasivos e impotentes, resultándoles casi imposible. Todo esto tiene que pasar por un proceso de duelo en el que la persona tiene que reconocer que es dependiente emocional de su pareja y acudir a un profesional para tratar esta dependencia ya que obviamente no es bueno. Este es un problema psicológico ya que buscan en la pareja algo que les falta en su vida, algo que tal vez no encuentran en ellos mismos, pero no lo encuentran no por que no lo tengan sino que no se conocen a ellos mismos realmente. En la práctica clínica se pone de manifiesto que esta problemática es más prevaleciente entre el sexo femenino.



 

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