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 LOS 7 DERECHOS NATURALES DEL NIÑO, ¿LOS RESPETAS?



Julio 14, 2016, 07:30:03 am
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LOS 7 DERECHOS NATURALES DEL NIÑO, ¿LOS RESPETAS?
« en: Julio 14, 2016, 07:30:03 am »
LOS 7 DERECHOS NATURALES DEL NIÑO, ¿LOS RESPETAS?



En los primeros 7 años de vida del niño se desarrollan 7 derechos naturales, que son básicos y fundamentales para su desarrollo posterior como adultos.

Si quieres invertir en la felicidad de tus hijos, por favor comprueba si sabes cuáles son.


Como psicóloga (o terapeuta familiar, que me gusta más) y maestra he visto padres de todo tipo y color en mi consulta y en el colegio. Pero si hay una cosa que he observado y que tenemos todos en común, son nuestras buenas intenciones respecto a nuestros hijos.

¡Ay! Si sólo las buenas intenciones bastasen… Lo cierto es que muchas veces nos preocupamos hasta la angustia por cosas complejas, que en realidad están muy alejadas de las necesidades reales de los niños, y luegofallamos en lo más básico.

El primer septenio de vida viene a ser la base a partir de la cual se constituirá el adulto futuro. Son unos años tan importantes en el desarrollo de un individuo, que dejan una huella imborrable.

De hecho, las carencias de cualquier tipo durante estos primeros años de vida van a repercutir enormemente en el desarrollo posterior de la persona.

Veamos cuáles son esos derechos básicos y sus consecuencias si no son bien satisfechos:

Durante el primer año de vida el niño tiene derecho a TENER. Y es preciso y necesario que tenga, por tanto hay que darle lo que pide, es decir: mamá, teta, brazos,…
En realidad lo que más necesita tener es contacto físico y emocional permanente con su mamá, y para esto ayuda mucho la crianza en brazos.

Si este derecho se reprime, de adulto va a necesitar todo el tiempo acumular cosas (a veces desesperadamente), que le servirán para crear una felicidad falsa, en un intento de llenar esa carencia primaria, ese vacío, que por otra parte, nunca ya podrá llenar.

Pero, ¿cuántos podemos decir que hemos sido criados en brazos?  Y en cambio, ¿cuántos compradores/as compulsivos vagamos por el mundo?

Y a veces ni siquiera sabemos para qué compramos eso que compramos, o lo dejamos colgado en el armario con la etiqueta puesta ad eternum.

Ni que decir tiene que las  adicciones, todas, tienen esta necesidad no cubierta como trasfondo.

El segundo año de vida el niño tiene derecho a SENTIR. Necesita explorar, descubrir, experimentar por sí mismo. Está desarrollando lo sensorial.



Por eso es muy importante dejarlo hacer, dejarlo sentir, que toque, que se lleve las cosas a la boca, que explore a su aire, sin sobreprotegerlo. Se trata de convertirnos en una mamá/papá observador.

Si lo sobreprotegemos, reprimiendo su derecho natural a sentir, de adulto puede tener serios problemas de contacto en lo que se refiere a su sexualidad. Estará reprimido sexualmente, no habrá disfrute, llegando incluso a desarrollar trastornos sexuales.

El tercer año, el niño tiene derecho a HACER. Empieza a separarse emocionalmente de su mamá y a descubrir que es una persona independiente que puede hacer cosas. Casi siempre quiere imitar lo que hacemos los adultos. Quiere hacer las cosas solo, ayudar a mamá, cortar con el cuchillo,…



Es muy importante dejarle hacer. No importa si quiere llevar el plato de sopa hasta la mesa y seguro se le caerá,  déjalo que lo haga, confía en él y díselo. Dile: “Toma, sé que lo llevarás con cuidado. Adelante, confío en que vas a poder hacerlo”.

Si no le brindamos esta confianza, no podrá desarrollar su potencialidad, sus pulsiones, ese don que todos traemos al mundo y que si lo explotamos, nos dará la auténtica satisfacción o felicidad en nuestra vida.

En cambio, será un adulto lleno de miedos y límites, que probablemente se dedicará a otra cosa y no se atreverá a desarrollar lo que realmente siente ganas de hacer.

¡Ay! Cuántos casos de éstos hay por el mundo, gente que no nos atrevemos a hacer lo que en una parte profunda de nosotros mismos sentimos que queremos hacer. Ésta es probablemente la mayor represión de la sociedad de nuestro tiempo.

A mí me ha costado años darme cuenta, abrir los ojos y ver que sólo hacía lo que se esperaba de mí, lo que tocaba hacer, pero poco a poco, que no es fácil, ya voy redirigiéndome…

Aquí te presento un cuadro resumen de lo expuesto hasta ahora y la semana que viene seguimos con los derechos fundamentales de los 4 a los 7 años,


Vmos a repasar los derechos naturales del niño de los 4 a los 7 años.Como ya sabes el primer septenio deja una impronta tan fuerte para el resto de nuestras vidas, que es muy necesario dedicarle una atención especial por parte de nosotros, los padres, adultos maduros emocionalmente y responsables (en teoría).


El cuarto año, el niño tiene derecho a AMAR y a SER AMADO. Es lo que podríamos definir como el derecho natural a dar y recibir.

Ya empieza a hacer las primeras amistades, a comprender los primeros vínculos reales. Ya puede ver al otro, y no sólo a él mismo, como hasta ahora. Está superando esa fase egocéntrica tan característica de los primeros tres años y comienza a interactuar con el otro de verdad, entiende que en las relaciones hay un dar y un recibir.



En este momento necesita sentir muy especialmente (aunque en realidad esto debería ser una constante hasta la edad adulta) que recibe el amor incondicional por parte de sus padres.

Un niño no debe sentir nunca el rechazo de sus padres (o al menos de uno de los dos). Necesita saber que haga lo que haga, o diga lo que diga, su padre y su madre le quieren, SIEMPRE. Y le respetan.

Por eso si cuando tiene una rabieta, o hace algo mal hecho, o lo que sea que pueda hacer un niño de cuatro años que nos moleste, le gritamos enfadados diciendo cosas como: eres malo, ya no te quiero, si no haces esto mamá no te querrá, no se quedará contigo, y un largo etcétera de barbaridades (he oído cosas mucho peores que me ponen los pelos de punta pero no las escribiré), la vivencia interna del niño es de desamparo, de abandono, de soledad emocional, no se siente comprendido, ni mucho menos querido.

Y por otra parte, cuántas mamás y papás hay que estamos agobiados con el día a día y no dedicamos a nuestros hijos quince minutos de presencia plena, de decir, estoy contigo al 100%, de verdad (sin tener la cabeza en otro sitio), y juego contigo, te abrazo, te mimo… Pues estos quince minutos (como mínimo), son la nutrición emocional que un niño necesita desesperadamente, así de sencillo.

Si no, ¿qué pasará de adulto? Como te puedes imaginar habrá problemas de vinculación. De repente se nos hará difícil tener una pareja estable, tendremos problemas para  vincular con nuestros hijos, con nosotros mismos incluso, etc, etc, etc… Y luego encima nos preguntaremos: ¿Por qué no soy capaz de construir una relación? ¿Por qué nunca me quedo satisfecho/a con esta persona si él/ella me quiere? ¿Por qué necesito más? ¿Por qué soy infiel?... En fin solo hay que echar un vistazo al mundo que nos rodea y sabrás bien de lo que te hablo…

En el quinto año el niño tiene derecho a HABLAR y a COMUNICARSE.
La voz, lo que expresamos, nace en el cuello, y precisamente por eso decimos que el cuello es el puente entre el cuerpo y la mente.



En esta fase de su desarrollo el niño es pura expresión. Necesita decir las cosas. Si está enfadado necesita gritar. Hay una necesidad muy grande de expresar lo que siente en cada momento.

¿Qué pasará si reprimimos esta parte? Si le decimos continuamente que se calle, que no se queje, que obedezca, que no llore, que no grite, que no se enfade,… Lo que hacemos entonces es obligarle a renunciar a su potencial, a su vitalidad, a suenergía, a su forma de ver las cosas.

Y es increíble pero muchos niños lo hacen, renuncian a esto, y ¿sabes por qué? Porque su necesidad de amor y aceptación por parte de sus padres (y de todos de los que depende emocionalmente) es tan grande, que prefieren su propia muerte psicológica y emocional. Suena fuerte, pero es real.

Entonces de adultos ¿qué pasará? No podemos expresar lo que sentimos, nos cuesta hablar de nosotros mismos, de nuestros sentimientos, de lo que queremos, incluso nos cuesta transmitir nuestras ideas. No sé por qué esta es una modalidad muy masculina, o será que me he encontrado en el camino a muchos hombres con esta “tara”. 

En el sexto año el niño tiene derecho natural a VER. Esto es a saber la verdad.



Debe ver el mundo tal cual es. Necesita saber todo lo que pasa, no hay que mentirle. Que vea todo cómo es, su complejidad y su belleza.

Solo así se desarrollará una conciencia y una intuición muy poderosa cuando sea adulto.

Si no, les encerramos en una burbuja de ilusión irreal, cargada además de desvitalización.Y cuando quieran salir el shock puede ser demasiado grande.



El séptimo año el niño tiene derecho a CONOCER. Es pura curiosidad y necesita explorar todas sus pulsiones naturales. Éste es un año mágico por varias cosas, pero entre ellas empieza a vislumbrarse cuál  es su don,  su potencialidad, lo que probablemente de adulto va a ser la fuente de su felicidad.

Los padres debemos estar muy atentos y conectados, puesto que las actividades que accione ahora, luego serán lo que le llene.

Si no, de adulto, solo habrá desconexión o como dice Leonardo Taub "inconsciencia pura".





 

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