PONGAMOS EN PRÁCTICA LA ASERTIVIDAD
En mi opinión, este es un asunto casi inagotable del que se puede escribir una y otra vez; aunque siempre sea lo mismo, si no se siente y no se aplica desde la primera vez, se le ha de dar vueltas y vueltas hasta encontrar el modo en que uno lo vea ya indiscutiblemente claro; tan claro que sea capaz de atravesar todos las trabas mentales y entre ya, por fin, directamente al corazón.
Recordemos conceptos:
ASERTIVIDAD (del Diccionario de la Real Academia Española): “Cualidad de asertivo”.
ASERTIVO: “Que expresa su opinión de manera firme”.
ASERTIVIDAD (de la Wikipedia): “La asertividad es un modelo de relación interpersonal que consiste en conocer los propios derechos y defenderlos, respetando a los demás; tiene como premisa fundamental que toda persona posee derechos básicos o derechos asertivos. Como estrategia y estilo de comunicación, la asertividad se sitúa en un punto intermedio entre otras dos conductas polares: la pasividad, que consiste en permitir que terceros decidan por nosotros o pasen por alto nuestras ideas, y por otro lado tenemos la agresividad, que se presenta cuando no somos capaces de ser objetivos y respetar las ideas de los demás. Suele definirse como un comportamiento comunicacional en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos. Es también una forma de expresión consciente, congruente, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia. Contar con un criterio propio dentro de la sociedad es indispensable para comunicarnos de una mejor manera”. Lo deja claro.
Entre la pasividad y la agresividad, en ese punto medio equilibrado, se encuentra la asertividad, que es aplicar un modo de conseguir los objetivos propios sin dañar a los demás, respetándose a sí mismo y respetando a los demás, actuando del modo que se desea y diciendo lo que se piensa, en el momento y lugar adecuados, con franqueza y sinceridad. O sea, conseguir lo que uno desea sin molestar al otro pero no quedarse sin hacerlo por no molestar al otro, haciéndole ver que es un derecho que corresponde al que no se está dispuesto a renunciar.
La asertividad aporta autenticidad, por el hecho de respetarse uno mismo y tener permiso para mostrarse naturalmente, sin miedos y sin auto-represiones, manifestándose con seguridad en las propias creencias, en las intenciones y en los deseos, decidiendo de un modo libre, y valorando los intereses propios aunque se tengan en cuenta los de los otros.
Es una delicia que conviene fomentar para seguir disfrutándola.
Todos estamos más o menos hartos de las represiones que nos han tocado padecer, de alguna dictadura más o menos seria que hemos tenido que soportar, de haber tenido que renunciar a nosotros mismos por acatar una “superioridad” que nos ha obligado, de haber tenido que agachar la cabeza y mordernos la lengua para no expresar lo que sentíamos de verdad, o porque no se respetaron nuestros derechos.
La asertividad puede ser una de las fórmulas para salir de esa sumisión y empezar a reclamar nuestros derechos y el respeto que nos merecemos.
No siendo agresivos, pero sin consentir que nos agredan.
Haciendo saber a los otros lo que nos molesta, pero sin ser agresivos. Con diálogo.
No imponiendo ni tratando al otro como no nos gusta que nos traten a nosotros.
Diciendo NO cuando lo deseemos, y SÍ cuando sea de nuestro interés.
Evitando que el modo con el que nos tratan los otros nos provoque hostilidad o decaimiento.
Usando con firmeza nuestra voluntad, respetándola nosotros mismos y haciendo que se respete.
Actuando como en una revolución serena en la que no se desean vencedores ni vencidos, sino el encuentro armónico entre dos personas con dos opiniones distintas, en la que ambos respeten la del otro, pero sobre todo uno respete sus decisiones y se respete a sí mismo.
Todos tenemos derecho a protegernos de las situaciones que nos parezcan injustas, o desmedidas, que nos agredan innecesariamente, y cada uno debe saber qué es lo que le parece razonable y qué intolerable.
La asertividad no siempre es un don natural que se posee desde el nacimiento, sino que, afortunadamente, se puede entrenar y se puede ir practicando en situaciones de pequeña escala para llegar con soltura y firmeza a los momentos en que la agresión del otro es grave y no se desea soportar.
Y a medida que uno es cada vez más asertivo, comenzará a deshacerse de situaciones personales en las que siente angustia, desolación, rabia, ira, infravaloración, depresión, o un ataque directo a su Autoestima y a su estabilidad emocional.
A la vista de tantas ventajas que aporta, y tantos inconvenientes que evita, es evidente que es muy recomendable ser asertivos.
Entrena tu asertividad y aplícala a todas las situaciones de tu vida.
Te dejo con tus reflexiones…
INFORMACIÓN SOBRE CÓMO SER MÁS ASERTIVO:
QUÉ ES LA ASERTIVIDAD Y CÓMO SER MÁS ASERTIVO – 1ª parte
http://buscandome.es/index.php/topic,...
QUÉ ES LA ASERTIVIDAD Y CÓMO SER MÁS ASERTIVO – 2ª parte
http://buscandome.es/index.php/topic,...
CONSEJOS PARA SER ASERTIVO
http://buscandome.es/index.php?topic=...
DESARROLLA TU ASERTIVIDAD (es largo pero muy completo)
http://www.superarladepresion.com/sup...