CÓMO HACERTE RESPETAR
Es curioso cómo se comunica la gente y como se comportan con los demás, dependiendo si la persona es algún amigo, conocido, familiar o desconocido, la interacción puede variar y pasar de ser algo agradable y cálido a ser pesado y molesto para el receptor.
¿Nunca te ha sucedido que una persona o un grupo de personas automáticamente comienzan a atacarte verbalmente a través de bromas de manera indirecta, insultos o burlas sobre tu persona?
Luego cuando esto se vuelve recurrente comienzas a cuestionarte a ti mismo
¿Porque me tratan así? ¿Qué hay de malo conmigo mismo? ¿Qué les da derecho a burlarse de mí?
Ellos no tienen motivo o razón alguna para actuar de esa manera, pero aún así eligen comportarse mal contigo y faltarte el respeto, tratando de humillarte a través de un comentario que puede o no ser cierto sobre ti, suelen utilizar herramientas para ridiculizarte como tu timidez, alguna característica física, o las cosas de las cuales te sientes avergonzado.
Esto es algo completamente normal, que todos sufrimos de vez en cuando, este tipo de comportamientos lo realizan todos los seres humanos con el fin de probar y determinar el valor que tienes como persona, es decir, si eres alguien que verdaderamente vale la pena tener como amigo o si eres una basura más del montón para burlarse y aprovecharse de la situación.
¿Alguna vez te sucedió que sin conocer a alguien ya tenias formulada una mala opinión sobre el o directamente no te agradaba su forma de ser?
Determinamos esto porque en nuestro cerebro de manera inconsciente, constantemente emite prejuicios antes, durante o después de conocer a alguien, es por eso, que la crítica y la des validación ya forma parte de nuestra naturaleza como seres humanos.
Todos en algún momento criticamos o infravaloramos a alguien, lo que debemos saber es como utilizar las críticas o juicios que emitimos sobre los demás. Podemos hacerlo de manera negativa buscando ridiculizarlo, para desanimarlo emocionalmente o de manera positiva para propulsarlo a mejorar y superarse cada vez más.
Todo dependerá desde la perspectiva con la cual vivas tu vida, si eres alguien que necesita aprobación de los demás o si realmente generas tu propia aprobación a través de tus acciones y pensamientos
Fuimos educados por nuestros padres con la típica frase de:
“No debes hacer a los demás lo que no te gustaría que te hagan a ti”
O
“Debes respetar a los adultos ya que son mayores y tienen más experiencias que tú en la vida”.
Pero… ¿Que tan cierto es esto?
Se podría decir que es saludable seguir a rajatabla estas frases cuando somos niños y aún no tenemos la suficiente madurez para comprender como funciona el mundo, pero llegado el momento en el que alcanzamos la etapa de la adolescencia, comenzamos a asentar más los pies en la tierra y descubrimos que no todo es color de rosas tal como nos plantearon nuestros queridos familiares.
Crecimos con esas ideas que no instauraron como un mandamiento a seguir y la reproducimos hasta que nos chocamos con la cruel realidad de que el ser humano muchas veces puede ser el animal más bello y amoroso o la bestia más cruel y despiadada.
Cuando somos adolescentes automáticamente nos estrellamos de manera directa con la realidad, logramos entender que las frases mencionadas anteriormente no tienen ningún valor al momento de relacionarse con el otro, ya que, simplemente es una fantasía sacada de un cuento de Disney y no encajan para nada en la vida real.
Esto fácilmente lo podemos comprobar cuando vamos a la secundaria, es tu primer día de clases, no conoces a absolutamente nadie y te sientes nervioso o un poco ansioso hasta que logras entablar conversación con otro compañero, generalmente los primeros días que transcurren la otra persona se esfuerza en parecer simpático a simple vista para caer bien a los demás.
Pero a medida que transcurre el tiempo, podemos observar como su verdadera naturaleza sale a flote, entonces aunque sean amigos, notarás que el otro poco a poco te criticará o sacará a la luz los defectos o debilidades sobre ti, puede ser que te lo diga en la cara o peor que te critique a tus espaldas.
Generalmente tenemos el mal hábito de tratar de evitar los confrontamientos, discusiones o peleas, ya que lo relacionamos con faltarle el respeto al prójimo o no queremos que el otro tenga una imagen errónea de nuestra persona, debido a que nos afecta demasiado el “Que dirán” y las opiniones del resto.
Esto provoca que dejemos pasar las provocaciones, críticas o insultos de los demás solo por tratar de aparentar ser una buena persona o por intentar caerle bien a alguien.
Este tipo de actitud se incrementa cuando no tenemos autoestima(Amor Propio) y entonces cada vez perdemos más la confianza en nosotros mismos y nos dejamos pisotear por cualquier persona que se crucé en nuestro camino, así sin darnos cuenta empezamos a crear una personalidad insegura y miedosa, que siempre está a la defensiva o esperando ser atacado para victimizarse o reaccionar de manera violenta ante algún comentario.
Las consecuencias empeoran cuando cada vez que decidimos mirar hacia otro lado o reaccionar de manera sumisa ante un ataque verbal de otra persona, porque le estamos dando más espacio y comodidad para que sus insultos se expandan mas, logrando así atraer a más público e inclusive lograr que ellos se pongan de su lado tratando de bajarte el ánimo.
Es así como día a día nacen víctimas de bullyng o maltrato psicológico, este es un problema que hoy en día está instaurado en nuestra sociedad, se suele presentar en adolescentes o niños normalmente, pero en realidad es algo que puede afectar a cualquiera sin importar la edad o el ámbito en donde se encuentre.
El ser humano actualmente disfruta de poder humillar a otros, de menospreciarlo o de hacerlo sufrir hasta que se quiebre emocionalmente rompiendo en un llanto.
Cuando la situación se sale de las manos de la víctima, la violencia verbal evoluciona y se abre camino hacia la violencia física, lo que logra cada vez que la paciencia del mismo vaya disminuyendo hasta que un día explota y saca lo peor de sí mismo.
No es casualidad que cada vez aumenten los casos de asesinatos u homicidios, todo está relacionado en esta vida, por lo tanto la gran mayoría de las veces los asesinos suelen ser personas que en el pasado fueron muy perturbadas psicológicamente por sus amigos o familiares, suena supersticioso pero dependiendo las palabras que uses y la manera en que te comunicas, activas diferentes sentimientos en los demás, por eso debes elegir con cuidado que palabras utilizas en tu vida cotidiana.
Lo cierto es que, aunque nos cueste admitirlo, los seres humanos somos muy egoístas y pocas veces medimos las consecuencias de nuestras acciones, porque nosotros no somos conscientes que el otro es una persona común y corriente al igual que tu, con sentimientos, emociones y metas por realizar en la vida.
Es ahí cuando entra en juego el cómo hacerte respetar, es algo que marca un antes y un después en tu vida y en la manera en que te relacionas con los demás, prácticamente el respeto es la línea imaginaria que tú mismo trazas y con la cual dejas establecido un límite.
Pero hay que aprender a diferenciar el respeto de la violencia, son 2 cosas totalmente diferentes que muchos suelen confundirlas muy seguido, no porque alguien te este tratando mal o desprestigiando significa que para que te respete debas pegarle o responderle con el doble de maltrato para someterlo.
Actuar de manera violenta ante un insulto o provocación equivale a reaccionar como un animal salvaje sin pensamientos y además la violencia solo genera más violencia, cuando te encuentres en una situación así debes optar por actuar con asertividad.
La asertividad es la capacidad de hacerte respetar de manera sutil y sin violencia, es decir, si algo te molesta o te parece mal no te lo guardas para ti mismo, sino que lo comunicas y expresas al mundo, sin tener miedo de que los demás acepten o rechacen tu forma de pensar.
Por ejemplo, si vas a comer a un bar y ordenas una coca light, esperas y entonces te traen una sprite, que piensas que deberías hacer, ¿quejarte de manera respetuosa haciendo valer tus derechos como cliente? o ¿quedarte callado y aceptar que no tienes la valentía para reclamar algo que te pertenece?
Comúnmente, las personas suelen dejar de lado la asertividad, para adoptar una actitud más pasiva y calmada, debido a que miedo reclamar o provocar que otros se enojen si ellos se expresan libremente sin ataduras sociales.
Así que, si realmente, quieres aprender a hacerte respetar deberás trabajar demasiado esta habilidad, debes saber que en el camino que emprendas tu cambio y mejora personal, serás juzgado de otra manera por la sociedad, algunos trataran de hundirte y hacerte sentir mal mientras que una pequeña porción te mirara como alguien digno de admiración y te convertirás en su modelo a seguir por las capacidades y habilidades sociales que demuestres.
Autor desconocido