CÓMO
Se me repiten
“no sé” y “qué quiero”
como una letanía,
como un soliloquio,
martilleándome,
clavándome la pregunta en la conciencia
y reprochándome mi ignorancia.
“No sé”. Y estoy seguro de que no sé.
“No sé qué quiero”. Y estoy seguro de que no lo sé.
Las dudas me apuñalan,
el vacío me martiriza,
mi mente tiene fiebre,
mis dudas tienen frío,
mi alma está desconcertada
y mi voz tiembla.
Tiembla su silencio.
La vida sigue su ritmo y mi vida va tras ella.
No para.
Cuando la desatiendo no se sienta a esperarme.
“No sé”. Pero ya no sé ni qué es lo que no sé.
“¿Qué quiero?”. No lo sé.
“Huir de mí”. Tal vez esta sea una buena respuesta.
“Nacer de nuevo”. Descartada por imposible.
“Morir”.
“Tú no quieres morir
-dice desde su mudez la cordura-
lo que quieres es vivir de otro modo”.
“No sé”, me respondo.
Diálogo tan infinito como vacuo.
¿Cómo se rompe el círculo?
¿Cómo se escapa del laberinto?
¿Cómo se sale del maleficio?
¿Cómo acallo mi verborrea?
¿Cómo me enriquezco con el silencio?
¿Cómo me amo?
¿Cómo me acepto?
¿Cómo abrazo mis temores?
¿Cómo hago mi Camino?
¿Cómo puedo seguir a pesar de todo?
¿Cómo convivo conmigo?
“Ámate”
me dice un Gran Escalofrío
que no es mío.
Francisco de Sales
(Más poesías en
www.buscandome.es)
