La reflexión que vas a leer a continuación no es solamente un conjunto de palabras correctamente ordenado, sino la esencia de una reflexión o de una experiencia.
Si la aprendes de memoria, estará bien; pero solamente surte su efecto si la lees con el corazón, y si la dejas que se repita dentro de ti para que la comprendas y la integres.
Déjala que peregrine dentro de ti… que se expanda… que te llene… que te hable más allá de lo condensado…
NO TE AMARGUES CON TU PROPIO FRACASO NI SE LO CARGUES A OTRO. ACÉPTATE AHORA O SEGUIRÁS JUSTIFICÁNDOTE COMO UN NIÑO. RECUERDA QUE CUALQUIER MOMENTO ES BUENO PARA COMENZAR Y QUE NINGUNO ES TAN TERRIBLE PARA CLAUDICAR.