¿QUÉ CREES QUE PUEDES LOGRAR?
Implícita o explícitamente todos tenemos nuestras propias ideas de lo que creemos que es posible para nosotros alcanzar. Desde cosas tan importantes como las parejas que tenemos o los trabajos que realizamos hasta la forma como nos vestimos o la comida que consumimos reflejan nuestras aspiraciones, nuestras ideas de lo que podemos o no lograr. El problema es que muchas veces podemos lograr mucho mas, pero atados a una determinada idea, las mas de las veces, inconsciente, ¡Ni siquiera lo intentamos!!! Nos quedamos sin siquiera tratar de probarnos a nosotros mismos cuánto mejor puede ser una relación de pareja cuando ponemos todo de nuestra parte para tenerla. Nos conformamos con realizar un trabajo que tal vez llene nuestras necesidades básicas, pero que está muy por debajo de nuestras capacidades y nos ofrece muy pocas oportunidades de desarrollo. Nos quedamos cortos en nuestras aspiraciones. Pedimos poco de la vida y como consecuencia, eso es lo que recibimos de vuelta.
Pero, ¿Por qué pedimos poco? ¿Realmente no deseamos más? ¿No queremos lo mejor? Las mas de las veces sí, lo que pasa es que tenemos miedo de intentarlo y no poderlo lograr. Este es un miedo común. Sin embargo, si pedimos, si buscamos y luchamos por conseguir algo que realmente deseamos y por la razón que sea no lo conseguimos en esta ocasión ¿Qué habremos perdido? No teníamos lo que buscábamos, por eso precisamente lo estábamos buscando. ¿Qué perdimos entonces realmente? Tal vez no mucho. Por el contrario, cuando decidimos arriesgarnos y lanzarnos sobre algo que realmente ha sido muy anhelado: conseguir una relación donde verdaderamente nos sintamos plenos, empezar un negocio propio, lograr un ascenso en el trabajo, o alguna otra cosa más, si por la razón que sea no logramos lo que queríamos en esa ocasión, habremos ganado muchísimas cosas útiles para la próxima vez que intentemos lograrlo. Habremos ganado aprendizaje sobre lo que hay qué hacer o no para conseguirlo. Habremos ganado aprendizaje sobre cómo hay que hacerlo, sobre nuestras propias capacidades para lograrlo y, algo, aun mas importante, habremos ganado en seguridad en nosotros mismos al reconocer que fuimos capaces de lanzarnos tras un sueño y que, si en este intento lo alcanzamos, ¡Fabuloso!!! Y que si no es así, no pasa nada, no es el fin del mundo. Solo tendremos que volver a intentarlo. Como la de cualquier persona de éxito, nuestra vida estará llena de altibajos. Con proyectos que funcionan y otros que no.
Si revisamos la biografía de algunas de las personas más exitosas en el área que se dedicaron: Steve Jobs, Thomas Alva Edison, Marie Curie, entre muchísimos otros, encontraremos que sus vidas también están matizadas de claroscuros y los caminos hacia los éxitos que los hicieron famosos, construidos también con numerosos fracasos, numerosas subidas y bajadas. De hecho, me atrevería a afirmar por la perseverancia que demostraron que, los intentos fallidos que alguna vez tuvieron, los miraron como parte esperable de su proceso de encontrar la manera correcta.
El proceso que seguimos hacia lograr los resultados que deseamos en cualquier área de nuestra vida puede equipararse a lo que hacemos cuando estamos buscando alguna determinada ubicación en una localidad donde no conocemos bien las calles y las direcciones. A lo mejor tenemos la colonia, la calle y el numero que buscamos (lo que queremos lograr), pero como no conocemos bien los rumbos, es esperable que buscando por ejemplo, la calle 66 norte tal vez nos metamos en la 68 o en vez de ir al norte equivocadamente vayamos hacia el sur. Podemos equivocarnos y meternos en calles erradas y no por eso pensar que “somos unos tontos”, que “no servimos para esto”, que “mejor nos quedamos en la 68 porque está muy difícil encontrar la 66” y demás ideas de este tipo. Tal vez mirándolas en esta metáfora, parezca totalmente absurdo pensar así. Sin embargo, muchas veces eso es exactamente lo que hacemos cuando nos conformamos y dejamos que el miedo limite nuestras vidas. Así que, ¡Hay que estar dispuesto a equivocarse! ¡Hay que estar abierto a cometer errores! Es parte del proceso de lograr lo que realmente queremos.
NO PODREMOS SABER HASTA DÓNDE PODEMOS LLEGAR, HASTA QUE REALMENTE LO INTENTEMOS.