MAÑANA ME QUEJARÉ DE HOY
Ya se fue ayer.
En realidad, empezó llamándose hoy,
pero ahora me veo obligado a cambiarle de nombre.
Es una lástima que se fuera
porque amaneció con buen pie
y buenos propósitos.
Lástima que no llegara a concretarlos.
Dejó pinceladas, más que realidades,
y una emoción apenas emotiva;
tal vez me añadió un miedo nuevo
y se llevó otro.
Es lo que hacen casi todos los días:
que se van sin completarse,
y entre dientes se van mascullando,
y maldiciendo en silencio.
Se ha llevado algunos instantes,
casi inapreciables,
que no podré volver a repetir
y lo que es más triste,
y cierto,
es que no puedo volver a ayer,
reparar los errores,
para insuflarle vida o más calor.
Se quedará medio vacío ya para siempre,
medio huérfano,
con una amargura inevitable que ayer no vi
y hoy se me hace evidente.
Muy evidente.
Ahora mismo,
en este mismo instante,
estoy fabricando lo que será un ayer
y creo que tampoco lo estoy viviendo
con MAYÚSCULAS y en negrita,
y mucho me temo
que mañana tendré un nuevo motivo
para quejarme de ayer.
Francisco de Sales
(Más poesías en
www.franciscodesales.es)