¿POR QUÉ DEBEMOS PERDONAR A NUESTROS PADRES?
Nuestros padres son tan humanos como nosotros, tienen defectos y virtudes. Aunque hay muchos que son muy amorosos con su descendencia, no todos los hijos tienen la suerte de tener padres que les demuestren cuanto los aman. Incluso hay quienes abusan, verbal, emocional o físicamente de su prole. ¿Han de amar los hijos a sus padres a pesar de haber sido abusados por ellos? Realmente nadie que abuse de alguien merece ser amado, podríamos decir ¿verdad?
Estamos formados por células que, querámoslo o no, provienen de nuestros ancestros. Si guardamos resentimientos en contra de nuestros progenitores, estaremos resentidos también contra cada célula de sus cuerpos y por ende las propias. Aunque la persona no se dé cuenta, se está auto rechazando, por eso es improbable que le vaya bien en la vida. Ese es uno de los motivos del por qué debemos perdonar a nuestros padres.
El sentimiento de odio busca justicia y de alguna forma la venganza es inevitable. Muchas veces nos vengamos inconscientemente a través de palabras o acciones. El resultado siempre es el dolor, la culpa, el castigo. Quizá es por eso que en las sagradas escrituras uno de los mandamientos de Dios sea:
“Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.” Éxodo 20:16
Las personas que han sufrido serios abusos, son las que más necesitan luchar con el rechazo a sí mismas. La batalla se gana sólo cuando perdonamos. PERDONAR NO SIGNIFICA DARLE LA RAZÓN AL QUE TE HIRIÓ, NI TAMPOCO AGUANTAR ABUSOS. PERDONAR SIGNIFICA DEJAR MARCHAR AQUELLO QUE NOS CAUSÓ DOLOR. Aunque nos sea difícil, es necesario hacerlo y mientras más dolorosa haya sido la experiencia, mas ayuda necesitamos buscar.
El primer paso es darnos cuenta de lo que hay en nuestro interior. Hay quienes dicen: “mis padres fueron abusadores conmigo pero yo no los odio”. Puede que esto sea cierto, pero puede que no se den cuenta de que están resentidos, dolidos, enojados, se han sentido impotentes, etc.
Las emociones negativas están guardadas en nuestra mente y en cada célula del cuerpo. Desde que nacemos hemos escuchado que debemos amar a nuestros padres, que el que no quiere a su madre no quiere a nadie, que Dios dice “Honra a tu padre y a tu madre”, etc. Lógicamente muchos no quieren aceptar que guardan un profundo rencor en contra de su padre, por ejemplo y mucho menos que lo detestan. Podemos negar muchos de nuestros sentimientos pero en realidad la mente los esconde. Sin embargo, hay quienes necesitan confesar que odian, porque ha sido muy profundo el daño que han recibido.
Habrá lectores que se identifiquen con algo de lo que digo, pero puede que nieguen el hecho de que aún guardan ese tipo de emociones en contra de mamá o papá. Este sitio no tiene el propósito de juzgar, ni hacer sentir culpable a nadie sino por el contrario, contribuir a la reflexión para sanar nuestro interior. Otros quizá estén esperando que sus progenitores les pidan perdón por haberles causado tanto sufrimiento, pero eso casi nunca sucede.
Todo nuestro ser anhela que se nos trate con amor, misericordia, respeto y dignidad, porque así fue como el Creador nos diseñó: “para que nos amaramos los unos a los otros.”
Si por el contrario lo que encontramos es indiferencia ante el mal trato, silencio o más abuso, es imposible perdonar aunque lo neguemos. Como único esto se logra es cuando pedimos ayuda en nuestro corazón, cuando levantamos una plegaria a nuestro Creador, a la Fuente de nuestra vida. Quizás se pregunte ¿y como si Dios existe, permitió que mis padres abusaran conmigo? …
Por desgracia sufrimos porque nuestros antecesores continuaron una línea de abusos que fue la misma que se cometió con ellos y con los padres de sus padres y así regresivamente. Cuando se escucha la historia de un abusado, se está escuchando parte de la historia del abusador.
Desafortunadamente, la misma historia se repite con nosotros y nuestros propios hijos. El resquemor consciente o inconsciente tiene sus consecuencias que se verán reflejadas en la descendencia que también repetirá una historia de resentimientos, hasta que se rompa esta cadena de maldición de familia. Ese es precisamente nuestro reto: el de acabar de una vez y por todas con esa influencia tenebrosa sobre nuestra vida y la de nuestros descendientes. Esta es la causa principal del por qué debemos perdonar a nuestros padres.
Como dije anteriormente, eso se logra pidiendo ayuda, meditando en aquello que nos causa sufrimiento y suplicando al Creador para que podamos deshacernos de esa pesada carga, estando abiertos a escuchar la voz de la sabiduría con un deseo sincero de cambiar para mejorar nuestra vida.
Hay casos en que es muy difícil perdonar especialmente cuando las agresiones recibidas por nuestros padres que nos causan mucho dolor y sufrimiento continúan golpeándonos. Tenga en cuenta de que el hecho que usted perdone no significa que se vaya a reconciliar con su padre. En muchas ocasiones la distancia es la mejor manera de ayudarle a que usted le perdone. Si usted se encuentra en una relación enfermiza con alguno de sus padres y aunque intente perdonarle no lo logra porque su interacción con ellos es cada vez más problemática, por ser abusiva y manipuladora, le recomiendo que lea dos nuevos artículos basados en información tomada de varias publicaciones y algunos libros de psicología y de experiencias reales: “La Personalidad Narcisista” y “Usted Merece Sanarse.” Quizás le proporcione un conocimiento que usted necesita para poder tomar las decisiones correctas con respecto a sus padres.
A continuación he incluido una oración dedicada específicamente a tratar esa área de nuestra vida como es el resentimiento hacia uno de nuestros progenitores o hacia ambos. Si el lector quisiera, pudiera repetirla diariamente, como le sea más fácil, en voz alta o en silencio, con el corazón abierto, para así comenzar a dar los primeros pasos hacia la liberación.
Puede que un día sienta un impulso de buscar ayuda en una iglesia o un centro donde haya grupos de apoyo para víctimas de abusos, por ejemplo. Es posible que comience a llorar amargamente, y tal vez a medida que repita esta oración llore aún más. Eso es bueno, en ese llanto se va limpiando el alma. Llegará un día que llorará sintiendo una compasión muy profunda por aquellos a los que guardaba tanto rencor, porque internamente un nuevo sentimiento nos hace entender de que realmente ellos fueron tan víctimas como nosotros. Ese es el lenguaje de Dios. Ese día los habremos perdonado. Y sabremos por qué debemos perdonar a nuestros padres: para ser verdaderamente libres.
ORACIÓN DE PERDÓN:
“Dios” ( ó Padre, Creador, Fuente Divina, Eterno, etc)
Aunque no te conozca y por tanto no pueda concebirte como un padre, cuando los mios no fueron amorosos conmigo, vengo a Ti con el corazón destrozado pidiendo tu auxilio. He escuchado que nos creaste para que nos amáramos los unos a los otros, pero conmigo no ha sido así. Mis padres me han causado dolor y sufrimiento. Me han dicho también que ellos actuaron así conmigo porque con ellos abusaron de igual manera, o quizás peor.
Es posible que cuando fueron niños se sintieron tan atemorizados como yo, solos, aguantando el llanto para que no los vieran como débiles y no tener que soportar encima del abuso, la burla. Quien sabe si abandonados, duramente criticados, abochornados, discriminados, golpeados, no sé. Mas Tú eres un Dios de amor. Por eso te pido que me dés el valor de compadecerme de ellos para sacarme del corazón tanto dolor que no me deja vivir.
Libérame de esta carga de resentimientos que he llevado guardada por tanto tiempo y permíteme sentir tu amor y tu benevolencia en mi corazón y en mi vida, para que yo pueda perdonarlos a ellos y a mí mismo/a. Ayúdame a borrar de mi corazón y de mi mente todo rastro de orgullo, soberbia, todo deseo de venganza consciente o inconsciente. Deseo cambiar mi mente y mi patrón de conducta negativa.
Quiero sentir tu paz. Hazme una nueva criatura, como Tu querías que yo fuera desde el principio, pero me tocó otra experiencia que Tú vas a utilizar para mi beneficio a partir de ahora, para que con tu amor, yo pueda perdonar y ser libre. Padre, gracias por tu misericordia.”