DIOS ES UN IRRESPONSABLE
En mi opinión, y aunque el título sea muy provocador, muy agresivo, o muy aparatoso, en gran medida lo escribo porque lo siento así. Lógicamente, requiere matizarlo y así lo haré.
Aclaro primero –para quien no lo haya leído en algún otro artículo mío, porque lo repito a menudo- que creo que cuando Dios, o El Creador, o quien sea, nos entregan la vida nos entregan al mismo tiempo la responsabilidad sobre ella.
Repito mucho y muy a menudo el asunto de la RESPONSABILIDAD, porque es algo a lo que no se le presta la atención que se merece y es mucho más importante de lo que aparenta.
La responsabilidad sobre la vida es la obligación personal que cada uno adquiere para hacer de ella algo de lo que se pueda sentir satisfecho, conforme, en paz. Con la sensación del deber cumplido, y de haberlo hecho bien.
La parte de la irresponsabilidad que corresponde al título se refiere a que entrega la vida pero no entrega un manual de instrucciones, unas normas básicas o completas de funcionamiento de cada una de las mil cosas con las que nos vamos a encontrar a lo largo de la vida, SIN ESTAR PREPARADOS, y que afrontaremos de la manera que consideremos adecuada y del modo que seamos capaces, o que -en un acto de irresponsabilidad- evitaremos, aplazaremos, negaremos, olvidaremos, menospreciaremos…
Me parece peor que poner una nave espacial en manos de un orangután.
Algunas personas son del todo irresponsables, casi ineptas, muy inútiles. Pero a pesar de ello, tienen una vida y pueden decidir sobre ella y pueden adoptar las medidas que crean necesarias.
Es en esas personas donde veo más claramente la incompetencia y la torpeza para manejar su vida, y a la vista de ellas es cuando se me acumulan las preguntas que tratan de indagar sobre la razón de que estemos en el mundo sin saber por qué estamos en el mundo, para qué estamos en el mundo, por qué tenemos una vida, qué sentido tiene todo esto…
Algunas personas sí llegan a ser más o menos conscientes de su vida y hasta tratan de darle un sentido. Otras personas pasan por la vida sin darse cuenta de ello, dejan que los días se conviertan en un despilfarro innecesario de desatenciones, no son felices, hacen sufrir a los otros, desatienden sus obligaciones como seres humanos, y malgastan o derrochan la preciosísima y valiosísima vida.
Tienen en su poder un tesoro invalorable, la magia, los cinco sentidos, las personas, el mundo, la vida… y sus vidas no son vidas, sino vacíos.
Muchas personas no valoran lo que es tener la vida, no la aprecian, no la magnifican como debiesen hacerlo, no dan las gracias a quien corresponda por este regalo, no la llenan de todo lo que disponemos para llenarla: amor, emociones, sentimientos, placeres, satisfacciones, energía, sustancia, belleza, abrazos, magia…
No sé si realmente creo que Dios es un irresponsable que entrega irresponsablemente la vida a una serie de irresponsables, o el título es sólo un cebo para que leas este artículo, porque en realidad, la verdad es que lo que pretendo es que después de la lectura te observes, y que compruebes si estás entres los irresponsables.
Y si estás… ya sabes lo que tienes que hacer: dejar de estarlo.
Te dejo con tus reflexiones…