(Tranquilidad, que no me he equivocado con el título… es que me gusta cómo queda la mezcla de feliz y felicidad)
Lo primero, explicar un asunto por si aún no está claro:
No es lo mismo ser feliz que estar feliz.
Ser feliz, se refiere a contactar con la naturaleza de la felicidad, con la esencia, con lo que es.
Ser feliz perdura incluso cuando uno no está consciente de ello, aunque no lo manifieste exteriormente, aún cuando está durmiendo o pensando en alguna cosa.
Es un estado natural, que puede pasar desapercibido porque no conlleva manifestación exterior.
Estar feliz, se refiere a un momento puntual, circunstancial, del que se puede ser más o menos consciente, pero es un estado temporal, que se produce en un momento determinado por unas circunstancias determinadas, pero tiene un principio y un fin.
Se manifiesta notablemente.
Se podría ver de este otro modo y posiblemente fuera cierto: no se puede “estar feliz”. Se puede estar contento.
La felicidad es, según algunas definiciones, un estado de ánimo que propicia paz interior al mismo tiempo que satisfacción y alegría.
¿Qué se puede hacer para ser feliz?
Lo primero, no negarse la propia felicidad: ser feliz sin análisis, sin trabas, dejando que brote desde el interior.
Puede ser bueno provocar situaciones que asociamos a “estar felices”, por ejemplo, sonreír, reír y sentirse bien; ver películas de humor, contar o escuchar chistes, recordar cosas agradables o situaciones donde uno se encontró bien…
Estaría bien reencontrarse con la felicidad originaria perdida. Estas son algunas sugerencias:
A - Conseguir ser moderadamente feliz en el conjunto de la vida. Hacer un balance en el que meter todas las cosas buenas que has vivido a lo largo de tu vida, las cosas buenas actuales, tus características buenas personales, los logros alcanzados de los que te sientes satisfecho, aquellas buenas acciones que sabes que hiciste, aquellas gratas situaciones que viviste, la gente a la que amas y la gente que te ama… en fin, todas aquellas cosas que por sí mismas son capaces de hacerte sentir orgulloso o satisfecho.
B – Poner todos los medios posibles para estar feliz cada vez más a menudo; eso te puede conducir con más facilidad a darte cuenta de que eres feliz aunque no te estés dando cuenta, quizás por poner el listón muy alto a lo que te han dicho que es ser feliz.
C – Encontrar la felicidad que se halla en lo básico, en lo mínimo, en lo cotidiano. Simplemente al observarlo con otra mirada distinta puedes hallar la maravilla que se esconde en lo cotidiano.
D – Darte cuenta de que ser feliz no es carcajearse continuamente. No requiere de una manifestación exterior, sino de un darse cuenta interior. No es una expresión, sino un estado.
F – Atender conscientemente al deseo de descubrir lo que es ser feliz para ti. Hacer de tu felicidad un asunto preferente. Esto sólo es necesario hasta que te acostumbres a relacionarte con la felicidad de un modo constante. Después te das cuenta de que eres feliz y no necesitas estar pendiente de ello. Si quieres, evalúa de vez en cuando tu grado de felicidad, y decide.
G – Revisar tu autoestima. Estar a gusto con lo que eres, lo que tienes, y lo que haces. Esa es la base sobre la que se puede desarrollar la felicidad. Si no estás a gusto contigo, si no te quieres, si no te respetas, te garantizo que es imposible ser feliz.
H – Te resultará más fácil si no caes en las trampas de la falsa felicidad: si no deseas con dolor lo que no tienes (quizás esté bien si lo deseas y tienes posibilidades de lograrlo, porque eso sirve como acicate), si no te quedas bloqueado por tu envidia por lo que no eres ni serás jamás. Cada persona tiene una vida y es la única que puede vivir.
I - Te costará trabajo contactar con tu felicidad si sigues anclado en la rabia de que tu vida y tus circunstancias no son tan buenas como las de otras personas,
J – Basa tu felicidad en ti, en lo personal, no en circunstancias que sean ajenas, que no dependan de ti. Es una irresponsabilidad basar tu felicidad en lo que los demás hagan o te aporten.
K – Procura cambiar tu mentalidad en los aspectos de tu vida que lo requieran. Por ejemplo, no digas “tengo trabajo”, sino “estoy a gusto en el trabajo”. Eso te hará sentirte mejor y reactivará tu felicidad.
Y cambia la mentalidad, no sólo las palabras.
J – Si no eres feliz en este momento, o si no te consideras y sientes feliz, te tienes que replantear el asunto como un aprendizaje. Aprender a ser feliz. Algo innato –piensa en los bebés y en los niños durante su infancia- pero olvidado o en desuso, requiere contactar con ello de nuevo, y es mejor hacerlo desde el principio.
K - ¿Qué es para ti la felicidad? Esta es una pregunta muy difícil. La tendencia habitual es responderla con los estereotipos: tener salud, dinero, trabajo, amor, posesiones, ausencia de preocupaciones, entregarse a los demás, bla bla bla…
Pero la pregunta es clara: ¿Qué es PARA TI la felicidad?
Dedícale el tiempo que necesites para averiguarlo y responderla honradamente. No te engañes porque te pondrás a andar en el camino equivocado.
PARA TI.
No pienses en otros, no mires a los demás.
¿Qué es la felicidad PARA TI?
H – Encontrarle un sentido a tu vida te ayudará a relacionarte más con tu felicidad
Se dice que la felicidad es la consecuencia de la satisfacción de las necesidades. Si te parece razonable, averigua cuáles son tus necesidades reales –no las superfluas ni las utópicas- y verás que mientras menos necesidades tengas, más fácil te resultará disfrutar de la felicidad.
A medida que añadas “necesidades” a tu vida, más difícil te resultará satisfacer a todas y eso te alejará del sentimiento, o la realidad, de la felicidad.
Mientras menos “necesidades”, menos opciones para la frustración.
Recuerda esa frase que está cargada de sabiduría: “No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita.”
Si tomas como referencia los llamados Maestros, te darás cuenta de que no atesoran, sino que se desprenden. Piensa en Jesús, o en Gandhi, o en los Santos, o en quien tú quieras. Esa es una de las cosas que tienen en común: el desprendimiento de los bienes materiales, la falta de ambición por las cosas que sólo son de la Tierra, y la atención a las cosas que son del alma o de su fe.
La búsqueda de una felicidad que es eterna, que trasciende la vida en la tierra, pero sin renunciar en ningún caso a tratar de ser felices durante el tiempo de vida.
¿Y si he descubierto que no eres feliz, no encuentras motivos ni razones para serlo, y sientes que nunca lo serás?
No todo está perdido.
Es imposible que no esté la felicidad en ti. Puede estar más o menos relegada, o negada, o escondida, pero está, porque no puedes arrancártela o borrarla. Forma parte de tu naturaleza. Eres tú.
Tienes que confiar en que, a pesar de no haber encontrado razones para exteriorizarse, se halla dentro de ti esperando el reencuentro contigo.
Es bueno para ti que hagas un plan realizable de encuentro con tu felicidad y te pongas a la tarea. Nadie lo va a hacer por ti. (Personalmente, considero que cuando Dios le da la vida a una persona, eso lleva implícito el que la persona se responsabilice de hacer con ella una vida plena y feliz)
Es bueno no aplazar, nuevamente, la tarea. Cada día que pases sin hacerlo es un día muerto o infeliz.
No te conformes con haberte hecho la pregunta. Eso no resuelve nada. Si te engañas con eso y crees que ya has hecho algo por tu felicidad, te engañas. Esto es un “tarea”. No se realiza por sí misma, sólo porque te gustaría que así fuera, o por el poder del pensamiento.
Y la feliZidad bien merece cualquier cosa que haya que hacer por conseguirla.