HOY DESPIERTO MI NIÑO INTERIOR
Es tiempo de despertar al niño que llevamos dentro, que yace dormido en nuestro interior.
Empecemos a partir de hoy a restablecer una relación con nuestro niño desde el amor y la comprensión y podremos sanar nuestra dañada autoestima.
Es la mejor manera de realizar cambios positivos en nuestra vida. Establecer relaciones sanas, cuidar nuestro cuerpo, trabajar en algo que nos gusta, ser prósperos, amar incondicionalmente y llegar a sentirnos plenos y felices.
Cuando cambiamos desde el AMOR todo nos sale bien.
Nos damos cuenta que el instante mágico de aquel día pasó y que nada hicimos. Entonces la vida esconde su magia y su arte.
Tenemos que escuchar al niño que fuimos un día y que todavía existe dentro de nosotros. Ese que creía sin miedo, se lanzaba sin temores y disfrutaba.
Ese niño entiende de momentos mágicos, dulces y alegres. Podemos reprimir su llanto, pero no podemos callar su voz.
Ese niño que fuimos un día continúa presente en nuestro interior.
Si no nacemos de nuevo, si no volvemos a mirar la vida con la inocencia y el entusiasmo de la infancia, es como si todo pierde sentido.
Prestemos atención a lo que nos dice el niño que tenemos guardado. No nos avergoncemos por causa de él. No dejemos que sufra miedo, porque está solo y casi nunca se le escucha.
Permitamos que tome un poco las riendas de nuestra vida. Ese niño sabe que un día es diferente a otro.
Hagamos que se vuelva a sentir amado. Permitamos que se sienta bien, aunque eso signifique obrar de una manera a la que no estamos acostumbrados, aunque parezca estupidez a los ojos de los demás.
Lo que nos hicieron en el pasado no lo podemos controlar. Lo que sí podemos hacer es tomar nuestro poder aquí y ahora y dejar de tratar a nuestro niño como nos trataron a nosotros.
Entonces no teníamos elección, ahora sí. El momento de poder es siempre el presente, y es muy triste y doloroso si continuamos criticándonos y maltratándonos.
Así no hay forma de crecer, de amar, de ser los seres maravillosos que somos y DEJAR BRILLAR NUESTRA LUZ.
AFIRMACIONES PARA DESPERTAR AL NIÑO INTERIOR
Hoy me dedicaré a ser Feliz.
Hoy disfrutaré de Mi Niño Interior.
Hoy afirmo que eres una prolongación de Dios dentro de mi y disfrutare de lo que me regala Dios.
Hoy te dejo salir de tu encierro y recobro toda una vida de alegría, esperanza y amor.
Hoy abro las puertas de la sabiduría y el conocimiento que permanecen abiertas para mí.
PERMITO QUE MI NIÑO INTERIOR VUELVA A SENTIRSE AMADO
Volver a establecer una relación con nuestro niño desde el amor y la comprensión es la mejor forma de sanar nuestra dañada autoestima.
Es la única manera de realizar cambios positivos en nuestra vida: establecer relaciones sanas, cuidar nuestro cuerpo, trabajar en algo que nos gusta, ser prósperos, amar incondicionalmente y llegar a sentirnos plenos y feliz.
Cuando cambiamos desde el AMOR todo nos sale bien.
Percibimos que el instante mágico de aquel día pasó y que nada hicimos. Entonces la vida esconde su magia y su arte.
Tenemos que escuchar al niño que fuimos un día y que todavía existe dentro de nosotros. Ese niño entiende de momentos mágicos. Podemos reprimir su llanto, pero no podemos acallar su voz.
Ese niño que fuimos un día continúa presente.
Bienaventurados los pequeños, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Si no nacemos de nuevo, si no volvemos a mirar la vida con la inocencia y el entusiasmo de la infancia, no tiene sentido seguir viviendo.
Existen muchas maneras de suicidarse. Los que tratan de matar el cuerpo ofenden la ley de Dios. Los que tratan de matar el alma
también ofenden la ley de Dios, aunque su crimen sea menos visible a los ojos del hombre.
Prestemos atención a lo que nos dice el niño que tenemos guardado en el pecho. No nos avergoncemos por causa de él. No dejemos que sufra miedo, porque está solo y casi nunca se le escucha.
Permitamos que tome un poco las riendas de nuestra existencia. Ese niño sabe que un día es diferente a otro.
Hagamos que se vuelva a sentir amado. Hagamos que se sienta bien, aunque eso signifique obrar de una manera a la que no estamos acostumbrados, aunque parezca estupidez a los ojos de los demás.
Recuerda que la sabiduría de los hombres es locura ante Dios. Si escuchamos al niño que tenemos en el alma, nuestros ojos volverán a brillar.
(de
http://www.prosperidaduniversal.com/173.html)