¿TE SIENTES CULPABLE?
(No busques la aprobación ajena, sino la tuya propia)
Quien no siente la culpabilidad en absoluto puede ser un psicópata; quien la padece demasiado puede ver afectada toda su vida emocional.
La culpabilidad es una experiencia dolorosa que deriva de la sensación, más o menos consciente, de haber transgredido las normas personales, culturales, éticas o sociales.
Wayne Dyer, el autor de Tus zonas erróneas, opina que la culpabilidad no es sólo una de las formas más comunes de angustia en nuestra cultura, sino también una de las emociones más inútiles, porque nos hace despilfarrar el presente al paralizarnos en un comportamiento pasado.
La culpa no resuelta se halla en la raíz de numerosos conflictos psicológicos, y puede llegar a amargarnos la existencia.
¿TIENES UNA FORMA DE PENSAR EQUIVOCADA?
Administramos mal los sentimientos de culpa cuando mantenemos un sistema de pensamiento polarizado (pensamos que las cosas son negras o blancas, buenas o malas, y no admitimos el término medio); cuando pensamos en negativo (tan sólo tenemos en cuenta los detalles negativos y además los magnificamos, sin atender a los aspectos positivos); cuando somos demasiados rígidos (nos basamos en un sistema de normas estricto donde el deber prevalece en todas nuestras acciones); cuando eludimos responsabilidades (pasamos a responsabilizarnos de las vidas de los demás) y cuando somos demasiado perfeccionistas.
¡QUÉ DESASOSIEGO!
La culpabilidad se manifiesta a través de señales físicas (presión en el pecho, dolor de estómago, de cabeza, de espalda), emocionales (nerviosismo, desasosiego, agresividad, irascibilidad) y mentales (pensamientos inútiles, auto-acusaciones y auto-reproches).
Quienes se auto-inculpan de los fracasos, ya sean propios o ajenos, sufren en las relaciones sociales, porque perciben a los demás como superiores y son incapaces de defender sus derechos.
LA EDUCACIÓN Y EL CATOLICISMO
Las mujeres se sienten más culpables que los hombres, y los países tradicionalmente religiosos generan mayor cantidad de ciudadanos con remordimientos.
La religión católica basa el sacramento de la confesión, precisamente, en ese sentimiento de culpa del que hablamos, en la idea de encontrarse de forma permanente en falta (por acción u omisión) con la divinidad.
¿COMETISTE UN ERROR?
RESPÓNDETE A ESTAS PREGUNTAS: ¿He violado alguna norma?, ¿Soy responsable?, ¿Podría haberlo evitado?, ¿Es muy grave?, ¿Necesito reparar algún perjuicio o pedir perdón?, ¿Debo cambiar mi conducta de ahora en adelante?
PIDE PERDÓN YREPARA EL DAÑO SI ES IMPRESCINDIBLE, pero no te obsesiones por obtener la absolución de otra persona. Cuando ella no quiere perdonarte, el problema ya no es tuyo, sino suyo.
TRATA DE OLVIDAR LO SUCEDIDO LO ANTES POSIBLE; después de reflexionar, ser perdonado o haber reparado los daños, no vuelvas a pensar en lo ocurrido. Así evitará quedarte estancado en el pasado.
TEN PRESENTE QUE NADIE ES PERFECTO, y aprende de tus errores para, eso sí, tratar de no repetirlos. Es más fuerte el que se cae y después se levanta que el que nunca se ha caído.
RECUERDA:
El pasado es algo que jamás puede modificarse.
Acepta los comportamientos que tú hayas elegido libremente aunque puedan disgustar a otros.
Reconsidera tu sistema de valores, y verás que no es necesario que te culpabilices de todas las cosas que ahora te hacen sentirte culpable.
(De la Revista PSICOLOGÍA PRÁCTICA)