CUIDADO CON LAS CONSULTAS DE CHARLATANES
(Cuidado con los “pseudo-adivinos”)
Cuando me he puesto a pensar en el título de este artículo, dudaba entre "Échese Vd. mismo el tarot con garbanzos", "Léase las manos con las manos en los bolsillos", o "Se ofrece gurú personal que le dice lo que usted quiera escuchar".
Al final lo he dejado en un prudente "Cuidado con las consultas de charlatanes" para referirme a eso que quizás usted habrá hecho en alguna ocasión: ir a que le echen las cartas, le interpreten su carta natal, le lean las manos, o que una vidente escondida tras trapos, pulseras y amuletos, le hable de su futuro y de sus anteriores reencarnaciones, o quizás ir donde algún pseudo-terapeuta más o menos disfrazado con títulos que quieren decir algo pero no pueden decir nada.
Por supuesto que TAMBIÉN hay seres humanos realmente interesados en ayudar a quien acude a su consulta; personas AUTÉNTICAMENTE PROFESIONALES y VERDADERAMENTE HONRADAS. Y también hay verdad, mucha verdad, y un gran servicio.
Quien tiene la capacidad verdadera y honrada de poder interpretar para otras personas -ayudándolas con ello- lo que les es desconocido e indescifrable, como las líneas de su mano o su carta natal, está haciendo un impagable favor y una hermosa función.
Pero como también existe lo opuesto, vamos a intentar distinguirlos.
Mi primera sugerencia es que cuando vaya a alguna de estas consultas se informe previamente de dónde va, que tenga buenas referencias por parte de alguien que sea de su total confianza y que haya estado ya con ese astrólogo, tarotista, o quirólogo, y, además, que se deje usted llevar por la intuición que le produzca la persona cuando esté frente a ella.
Si no le satisface, si ve que no le gusta cómo le dice las cosas, o nota muchas vaguedades e imprecisiones; si tiene dudas o no tiene claro lo que le están diciendo, pregunte y pregunte; si capta mentiras o le aseguran algo que usted sabe que no es cierto, no tenga reparos en levantarse y marcharse sin pagar: no le van a hacer un mal de ojo por eso.
Hay algunas pautas para reconocer que la persona que está frente a usted no es todo lo profesional que debiera ser:
- Tenga cuidado si le hacen alguna pregunta aparentemente "inocente", como por ejemplo "Tienes ojos de Leo… ¿eres Leo?, si usted le contesta y le dice “sí” o le dice “soy Tauro”, ya le está dando una información básica pero suficiente para que pueda hablarle de usted como si lo estuviera adivinando.
- No confíe en las generalidades: "vas a recibir noticias…”, “hay cosas que vas a saber pronto…”, “en algunos asuntos estás confusa…”, “dentro de "X" años habrá un cambio importante en tu vida…”, “hay un chico-/chica que piensa en ti/te desea…”, “ puedes tener problemas en/con el trabajo…”, “hay cosas que te gustaría que cambiaran…”, “has pasado un momento malo…”
Al cien por cien de las personas nos encajan estas vaguedades, y se aprovechan de que colaboraremos y trataremos de encajar en nuestra vida todo lo que nos vayan diciendo.
Si le dicen “alguien te envidia…”, ya buscará en su mente alguien a quien adjudicarle ese papel de envidioso/envidiosa.
No se auto-engañe, no colabore en el engaño.
- Tenga precaución si le hablan de que alguien le ha echado un mal de ojo y eso tiene la culpa de sus desgracias. Si usted sabe que es una persona honrada, que no hace mal a nadie, que su alma o su espíritu son puros, que respeta su fe y sus creencias, que su Dios le protege, no le puede afectar negativamente un mal de ojo.
- Salga corriendo si le pintan un panorama muy negro y al mismo tiempo le ofrecen la solución –mediante rezos, velas, ritos, limpiezas o ceremoniales- a cambio de una importante cantidad de dinero.
- Confíe más en quien se ofrece, desinteresadamente, a hacer una oración por usted, o le recomienda cosas que le parezcan lógicas.
- Si después de la consulta, ya más en frío, se da cuenta de que no le convence nada de lo que le han dicho o mandado hacer, recuerde que no tiene por qué creerlo o hacerlo. En ese caso, olvídese rápidamente de toda la sesión.
- Y en el caso de que lo que le hayan dicho lo haya sentido en el corazón, y lo sienta profundamente, de que le parezca razonable o sensato, que crea que le va a ser útil, hágalo, y agradezca que la quirología, la astrología, el tarot, o el medio que haya utilizado, le hayan podido desvelar algo que es de usted para usted.
Personalmente confío en la quirología, en la astrología y en el tarot, pero no confío en todas las personas que utilizan esos medios.
He comprobado que hay excelentes y honradas personas que saben hacerlo y lo hacen bien, pero también hay mucho estafador, mucho ególatra, y mucho frustrado que trasmite sus frustraciones.
También he comprobado que el 99,99% de las personas que acuden es porque tienen algún problema. Le recomiendo que afronte estos problemas para solucionarlos y no confíe tanto en que alguien le diga que se van a solucionar solos más adelante.