QUERERSE A UNO MISMO: 10 CLAVES PARA LOGRARLO
El modo en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos afecta en forma decisiva todos los aspectos de nuestra experiencia, desde la manera en que funcionamos en el trabajo, en el amor o el sexo, hasta nuestro proceder como padres y las posibilidades que tenemos de progresar en la vida. Nuestras respuestas ante los acontecimientos dependen de quiénes pensamos que somos. Los dramas de nuestra vida son los reflejos de la visión íntima que tenemos de nosotros mismos. Por lo tanto, la autoestima es la clave del éxito o del fracaso.
Nathaniel Branden
Todos queremos sentirnos mejor. Y todos creemos tener más o menos en claro qué cosas deberían cambiar en nuestras vidas para sentirnos plenamente felices. La lista de condiciones será diferente para cada persona, pero siempre incluirá mejorar aspectos de nuestra vida que son muy importantes para todos, como la pareja, la familia, el trabajo o el dinero.
Pero en la vida real, en cambio, el bienestar relacionado con logros nunca nos colma de manera permanente.
Seguimos persiguiendo metas porque no tenemos ni idea de cómo generar las condiciones para sentirnos bien por nosotros mismos. Y como nunca llegamos a alcanzar esa felicidad soñada, creemos que todavía no fuimos lo suficientemente exitosos… y redoblamos los esfuerzos o nos fijamos objetivos más ambiciosos.
Si no descubrimos en nosotros la clave para sentirnos bien, para experimentar plenitud, alegría y paz, cualquier éxito exterior no nos hará sentir mejor, a la larga sólo nos hará cambiar unas preocupaciones por otras.
Es muy importante comprender que existe la posibilidad real y concreta de desarrollar ese estado de bienestar que anhelamos, pero que no lo conseguiremos a través de los logros.
Necesitamos alcanzar y sostener en el tiempo ese estado de serena alegría interior, y conseguir incorporarlo definitivamente como el rasgo central de nuestro carácter. Y una clave que siempre pasamos por alto para lograrlo, tal vez la pieza que faltaba en nuestro rompecabezas, es amarnos a nosotros mismos incondicionalmente.
EL ENORME PODER DE NUESTRA MENTE INCONSCIENTE
Cuando no estamos conformes con nosotros mismos, inconscientemente tendemos a buscar confirmaciones exteriores de nuestro propio valor, a través de los logros que intentamos alcanzar o de la búsqueda de la aprobación de los demás.
Pero estas compensaciones exteriores nunca alcanzan, nunca son suficientes. Porque lo que en realidad necesitamos es nuestro propio aprecio y aceptación.
Además, los juicios negativos que formulemos respecto de nosotros tendrán serias consecuencias en nuestras vidas: íntimamente no nos sentiremos merecedores de las cosas, situaciones o relaciones que anhelamos y, de manera inconsciente, haremos lo que sea necesario para fracasar, para no hacer realidad nuestros propios deseos.
Nuestra mente inconsciente tiene un poder ilimitado sobre nosotros y sobre nuestro destino. Y si tenemos la creencia inconsciente de que no merecemos lo que deseamos, simplemente no podremos hacer realidad esos deseos, por más que nos esforcemos. Este es el proceso que explica esos fracasos reiterados y “misteriosos” que a veces experimentamos en algún aspecto de nuestras vidas.
Por último, suele sucedernos que no estamos conformes con alguna característica de nuestra personalidad, o con nuestro desempeño en el trabajo o en nuestras relaciones, o con algún rasgo de nuestro cuerpo. Y creemos entonces que sólo nos reconciliaremos con nosotros mismos cuando consigamos cambiar, cuando logremos eliminar todos esos “defectos” que tanto nos molestan. Sin embargo es necesario entender que ese no es el camino. Nunca podríamos cambiar todos esos aspectos nuestros que el ego nos dice que son defectuosos, entre otras cosas porque el ego siempre seguirá señalándonos nuevos defectos con el simple recurso de volverse cada vez más exigente.
Todos los éxitos que estamos esperando sí van a suceder. Pero primero tenemos que aprender a aceptarnos tal como somos ahora, tenemos que aprender a amarnos incondicionalmente.
10 CLAVES PARA APRENDER A QUERERSE
1 – Apreciar nuestras cualidades positivas
No basta con saber que tenemos cualidades positivas, es necesario que las repasemos y que las apreciemos de manera regular. ¿Acaso el ego, esa voz interior que nunca deja de “hablarnos”, no nos recuerda una y otra vez cada uno de nuestros defectos, cada uno de los errores que cometemos? Bueno, entonces debemos copiar esa estrategia pero para reemplazar las habituales críticas y reproches por pensamientos positivos acerca de nosotros y de nuestros aciertos. Una buena idea es hacer una lista por escrito de todos esos aspectos positivos por los que merecemos nuestro reconocimiento y repasarla cada día. Incluso si no la llevamos con nosotros seguramente recordaremos muchas de esas cualidades y podremos apreciarlas en esos inevitables momentos de espera mientras hacemos un trámite, cuando viajamos, etc.
2 – Celebrar cada acierto
Es una buena idea recompensarnos a nosotros mismos para cada pequeño logro. No hay peligro aquí de “malcriarnos”. El verdadero amor nunca hace daño. Es al revés, son las interminables críticas de nuestro ego, que nunca se mostrará conforme con quiénes somos o con lo que hacemos, las que nos causan dolor y afectan nuestro estado de ánimo. Cualquier gesto positivo puede ser una adecuada gratificación luego de terminar una tarea o alcanzar alguna meta, por sencilla que sea.
3 – Afirmaciones positivas
Las afirmaciones positivas son frases breves y sencillas que describen una situación tal como queremos que se haga realidad en nuestras vidas.
En todo proceso de creación, el primer paso es la formulación de una idea. Esto es cierto tanto para la creación artística más elaborada como para la fabricación de un objeto cualquiera. Y vale también para llevar a cabo los importantes cambios que necesitamos hacer en nuestro sistema de creencias.
Una afirmación positiva muy simple y muy apropiada para mejorar la autoestima es “Me amo y me acepto tal como soy”.
Para que sean efectivas, las afirmaciones deben repetirse todas las veces que sea necesario hasta que nuestra mente las acepte como ciertas. Podemos repetirlas mentalmente, en voz alta o por escrito.
La idea detrás de esta técnica es que nuestra mente puede ser condicionada a través de la repetición de las afirmaciones. Este mecanismo no debería sorprendernos ya que, por ejemplo, la publicidad funciona de la misma manera: nos repite el mismo mensaje una y otra vez hasta que terminamos aceptándolo de manera inconsciente.
4 – Consultar con un terapeuta
Consultar con un terapeuta es una buena idea, sobre todo cuando el tiempo pasa y seguimos tratando de resolver los mismos problemas de siempre. La mirada de otra persona puede aportarnos una nueva perspectiva acerca de lo que nos pasa, y un profesional dispone de las herramientas adecuadas para ayudarnos a encontrar las soluciones que estamos buscando.
5 – Hacer lo que nos gusta
Siempre es agradable dedicar tiempo a hacer lo que nos gusta, ya sea que se trate de un simple pasatiempo o de nuestra auténtica vocación. En todos los ámbitos (la familia, el trabajo, la sociedad) existen expectativas acerca de lo que tenemos que hacer, todos tenemos responsabilidades que no podemos desatender. Pero también podemos encontrar la manera de respetar nuestros deseos y gustos personales sin desatender esas obligaciones. Y en la medida que vayamos dedicando tiempo y energía a desarrollar nuestra vocación, el Universo nos sorprenderá facilitándonos todos los recursos necesarios para que podamos desarrollar nuestro potencial o encontrar nuestra verdadera misión. Y normalmente esto es cierto cualquiera sea nuestra edad y condición. Este blog, por ejemplo, comenzó como un simple pasatiempo, sin embargo se convirtió en una actividad muy importante tanto para mi desarrollo personal como para mi trabajo como terapeuta.
6 – Meditar
Aunque la meditación no parezca tener una relación directa con la autoestima, la menciono aquí porque su práctica favorece, más que ninguna otra técnica, nuestro proceso de evolución espiritual.
La meditación nos devuelve la conexión con el momento presente y suspende ese incesante diálogo interno que ocupa siempre nuestra atención.
A través de la meditación creamos las condiciones para que puedan producirse cambios naturales y positivos en nuestra mente, al interrumpir transitoriamente la identificación con nuestro ego.
Hay muchísima información disponible en Internet acerca de diferentes técnicas de meditación. Basta con elegir alguna que nos resulte agradable de practicar. En lo personal evito aquellas que me causan cualquier tipo de incomodidad, para que no me representen una carga o esfuerzo, sino que sean un esperado momento de bienestar y relajación.
Para quien no tenga ninguna experiencia tal vez sea una buena idea simplemente sentarse o recostarse, con los ojos cerrados, durante veinte minutos, y respirar lentamente, concentrándose exclusivamente en las sensaciones producidas por el aire, especialmente en la nariz, al inspirar y espirar. La idea es interrumpir la permanente y desgastante corriente de nuestros pensamientos, y conectarnos de manera consciente con el momento presente.
7 – Expresar gratitud
Expresar gratitud de manera consciente ante todo lo bueno que hay en nuestras vidas tiene consecuencias muy beneficiosas para nuestro estado de ánimo y también sobre nuestra autoestima.
Realmente todos tenemos mucho para agradecer. Cuando expongo esta idea frente a un grupo, siempre hay alguien que plantea un caso extremo, generalmente imaginario, de una persona a la que le han pasado cosas tan terribles que no tendría nada para agradecer. No me refiero aquí a esos casos tan dramáticos, sino a lo que nos pasa habitualmente a cualquiera de nosotros.
Si hemos desarrollado el hábito de sentirnos insatisfechos por lo que nos pasa, porque esperamos siempre más de nuestra realidad o de nosotros, este estado de ánimo negativo puede llegar a convertirse en nuestra emoción más frecuente. Y si vivimos disconformes con nuestra vida, finalmente vamos a culparnos a nosotros mismos, vamos a sentirnos responsables de llevar una vida muy por debajo de ese ideal que nos habíamos fijado.
Esta crítica es lo que nos hace mal, lo que afecta la imagen que tenemos de nosotros, lo que daña nuestra autoestima. Pero la realidad de cualquier persona puede ser reinterpretada de manera positiva.
Siempre hay mucho para agradecer, sobre todo cuando aprendemos a elegir la interpretación que más nos conviene acerca de lo que sucede en nuestras vidas.
Este ejercicio consiste, entonces, en agradecer. Podemos hacer una lista por escrito de todas las cosas positivas que hay en nuestra realidad o podemos cerrar los ojos y repasarlas mentalmente, experimentando una profunda y sincera emoción de gratitud.
8 – Los “debería”
Cada uno de nosotros tiene un conjunto de cualidades y limitaciones, está viviendo en un cierto entorno y relacionándose con determinadas personas. Podríamos simplificar todo esto diciendo que así es nuestra realidad en estos momentos.
Lo ideal es que podamos disfrutar de nuestra realidad presente, tal y como es en estos momentos. Pero con frecuencia experimentamos una serie de exageradas expectativas, que se nos presentan en la forma de “deberías”. Son algo así como mandatos que normalmente no revisamos y que nos fijan metas casi siempre inalcanzables.
Probablemente la lista contenga “deberías” parecidos a los siguientes:
– Debería tener más ordenada y limpia mi casa.
– Debería hacer dieta y bajar de peso.
– Debería terminar tal o cual tarea postergada
Este ejercicio comienza con hacer por escrito una lista de todos los “deberías” que podamos identificar. Y el desafío consiste en aprender a querernos ahora, con todos esos “deberías” aún pendientes, sin que hayamos podido resolverlos. Es esa profunda y sanadora emoción de amor, estemos como estemos hoy, la que tanto estamos necesitando.
9 – Ser perseverantes
Como siempre que queremos hacer cambios importantes en nuestras vidas, la perseverancia es muy importante. Un objetivo razonable sería dedicar por lo menos veinte minutos diarios a practicar una o varias de estas actividades. Lógicamente cuanto más tiempo dediquemos a estos ejercicios, más rápidos serán nuestros progresos.
10 – Simplemente amarnos
Normalmente dedicamos mucho tiempo a pensar en lo que nos preocupa. Los problemas suelen captar repetidamente nuestra atención a lo largo del día. En cuanto tenemos un momento libre volvemos mecánicamente a pensar en ellos.
No me refiero aquí al tiempo que podamos dedicar a buscar posibles soluciones (esos pensamientos sí pueden ser muy productivos), sino a la interminable sucesión de esos otros pensamientos que sólo sirven para sostener la preocupación.
Quien sea capaz de observarse con un poco de objetividad podrá comprobar que a lo largo del día casi siempre tenemos alguna preocupación en la mente, muchas veces por problemas insignificantes.
Entonces, si nos parece “natural” dedicar tanta actividad mental improductiva a todo aquello que nos preocupa, con las inevitables consecuencias negativas que esto tiene sobre nuestros estados de ánimo… ¿por qué no podríamos hacer exactamente al revés y tratar de sostener pensamientos positivos a lo largo de todo el día?
Por favor, dejemos a un lado prejuicios y creencias que nunca nos han servido y preguntémonos con toda inocencia: ¿Por qué no podríamos comprometernos a destacar y a agradecer a cada momento lo bueno que hay en nuestras vidas?
La propuesta es tratar de extender las actividades propuestas en algunos de estos ejercicios más allá de unos pocos minutos al día e incorporarlas a nuestros hábitos de pensamiento cotidianos. Podemos empezar por practicar mentalmente una sencilla afirmación positiva como “Me amo y me acepto tal como soy” cada vez que nos acordemos.
En cualquier momento en que estemos inactivos, esperando, viajando, etc., podemos identificar alguna cosa positiva que haya a nuestro alrededor o recordar cualquier aspecto positivo de nuestra vida, y simplemente experimentar gratitud.
Es especialmente positivo expresarnos gratitud a nosotros mismos por cada cosa que nos brindamos. Esto desde ya vale para cosas o situaciones muy evidentes como un viaje de vacaciones o un auto nuevo. Pero es especialmente importante convertirlo en un hábito y aplicarlo también frente a esos gestos más cotidianos que normalmente pasamos por alto, como prepararnos la comida o darnos una ducha caliente.
Cualquier momento del día es bueno para hacer una pausa, aunque sea muy breve, y experimentar amor incondicional por nosotros mismos. Simplemente amarnos y agradecer…
La calidad de nuestra vida mejorará en todos los aspectos, nos sentiremos felices e inspirados, seremos más creativos y nuestras relaciones con los demás reflejarán nuestros progresos internos.
Axel Piskulic