CUANDO MIRO HACIA ATRÁS
Cuando miro hacia atrás
no veo mis huellas,
no encuentro el pasado,
no hay holas ni adioses;
hay un latido plano,
tormentas enfrascadas en lo suyo,
calendarios sin hojas,
días sin latidos,
versos en papel quemado,
besos en otras bocas,
noches a la deriva,
muchas palabras acalladas,
abrazos con telarañas,
caricias en el trastero,
pero no me encuentro a mí,
si acaso uno que me imita,
una sombra deslavada,
un vacío sin nada que ofrecer,
una vida sin vivir o malvivida,
una legión de reproches,
mi boca seria,
mi corazón destrozado,
y el perdón en cuarentena.
Cuando miro hacia adelante
quisiera ver lo que no veo.
Aún persisto en la tristeza.
Aún no abro la puerta a la luz,
no he perdonado a la esperanza por abandonarme
y mi fe sigue dudando.
Cuando miro hacia adelante
pongo empeño pero arrastro el lastre
de un pasado sin sanar
y un presente desconfiado y esquivo.
La libertad no me gobierna del todo.
Sigo aferrado a mis cadenas
como si realmente las necesitara.
Me sonrío frente al espejo
pero lo que me devuelve es una mueca seria.
Quisiera,
pero no puedo,
quitarme esta carga,
este infierno,
esta rueda de molino en el cuello,
esta frialdad en el corazón,
este corazón de hielo.
Francisco de Sales
(Más poesías en
www.franciscodesales.es)