CÓMO SEPARARSE SIN HACERSE DAÑO
Hay que ser justos.
Cuando formamos una pareja, una ilusión compartida nos hace realizar proyectos de futuro con la persona querida e imaginamos nuestro futuro como una unidad mayor al individuo en la que desarrollarnos y crecer. Sin embargo, en ocasiones la disparidad de caracteres o la falta de habilidades en la pareja, llevan al deterioro de la misma, provocando que lo que debería ser un entorno favorable para la realización personal, se convierta en una dificultad para lograr la misma.
A menudo, una reflexión seria de la situación y una voluntad de cambio y esfuerzo por ambas partes de la pareja, logra revertir esta situación y la pareja sale fortalecida de la crisis. En otras ocasiones, el deterioro es ya irreversible y la pareja plantea la opción de una separación.
Para no agravar más el dolor y el daño, existen una serie de indicaciones que pueden ayudaros a encarar este difícil momento de un modo sano y constructivo, tanto para vosotros como para vuestros hijos.
ECONOMÍA Y BIENES
Haced un esfuerzo exquisito por ser justos con el otro. Ya sea el hombre o la mujer quien se encuentre en una situación de inferioridad económica o académica, es frecuente que esto sea consecuencia de haber dedicado parte de su tiempo y esfuerzo a atender a las necesidades de los hijos o la casa: llevarlos y traerlos del colegio, llevarlos al médico, ayudarles con los deberes, bañarlos, matricularlos, comprarles ropa y demás necesidades, comprar y almacenar la comida, organizar la casa, etc…
Esto ha de considerarse una CONTRIBUCIÓN a la familia y la pareja, y no puede pasarse por alto. A menudo, un miembro de la pareja se desarrolla profesional y académicamente gracias a que el otro sacrifica esas mismas facetas y se ocupa de lo anteriormente citado. A la hora de separarse, el beneficiado es justo que compense al otro por esta situación.
Los acuerdos económicos, amén de justos, deben ser debidamente registrados y firmados. La buena voluntad del comienzo puede quedar ensombrecida si en el futuro aparece una nueva pareja para uno u otro cónyuge que no está de acuerdo con lo pactado. Para evitar esto, es conveniente fijar cantidades, plazos, etc… y no darse demasiada prisa por cerrar el pacto, sino pensarlo y legalizarlo bien. Si un miembro de la pareja no declara todo lo que ingresa, esto no es razón para no aportar parte de esos ingresos al acuerdo. A menudo vemos casos muy tristes en los que uno se ve perjudicado por este motivo. Después de años de convivencia, es intolerable que algo de esto llegue a suceder. Aspectos a tener en cuenta:
a. Propiedades ( pisos, tierras, garajes, vehículos, negocios)
b. Dinero ingresado en cuentas
c. Ingresos actuales de cada uno
d. Hipotecase.
Custodia: quién, dónde, plazos.
HIJOS
Es posible que dejéis de ser una pareja, pero no dejáis de ser padres. Por lo tanto, es importante que aprendáis a mantener una comunicación periódica y cordial entre vosotros sobre temas que afecten a vuestros hijos. El bienestar de vuestros hijos está por encima de cualquier otra cosa. A vuestros hijos les puede ayudar que les transmitáis los dos con calma lo que ocurre. Veros en una actitud calmada, cariñosa, y ver que contestáis a todas sus preguntas y que está todo previsto, les ayudará a reducir la incertidumbre y el estrés del cambio. Es importante que diseñéis un momento y una reunión con ellos para transmitirles vuestra decisión, y que lo hagáis sin reproches el uno al otro. Una vez separados, realizad un esfuerzo exquisito por hablar a vuestros hijos bien de vuestra ex-pareja. Recordad que los niños tienen derecho a tener infancia y que es vuestro deber procurársela. No los inmiscuyáis en problemas de adultos que debéis resolver vosotros mismos.
Los hijos han de sentir y creer que sus padres, ambos, les quieren y que se esfuerzan por darles lo mejor. Favoreced una visión positiva del otro cónyuge ante vuestros hijos. Por lo tanto, hablad del otro con respeto, haciendo hincapié en que quiere a sus hijos. Recordad que poner trabas a vuestro cónyuge para que vea a vuestros hijos, además de ilegal es cruel para vuestros hijos, así que favoreced que haya tiempo para relacionarse con el otro.
EMOCIONES Y RESPETO
A partir del momento en que uno u otro, o los dos, deciden separarse, hay actitudes y comportamientos que no tienen sentido:
SI ERES EL QUE DESEA SEPARARSE: No eches nada en cara, no es justo hacer que el otro se sienta culpable para eludir nuestra propia responsabilidad. (Por ejemplo: frases del tipo “si me hubieras hecho más caso, esto no hubiera pasado”, o “si no hubieras sido tan celoso, yo aún te querría”… no tienen ningún sentido. EVITALAS.)
SI ERES EL OTRO: No te embarques en un mar de preguntas sobre el por qué. Acepta la situación si el otro ha decidido acabar con la relación. No le fuerces. Si alguien ya no quiere estar con nosotros, sea cuales sean sus motivos, lo mejor es aceptarlo. Sed afectuosos y respetuosos con el otro.
Evitad el sarcasmo, los reproches, la frialdad o la agresividad.
(María José Miguel Quilis)