ES IMPRESCINDIBLE QUE HAGAS UN PACTO CONTIGO
En mi opinión, es IMPRESCINDIBLE un pacto interno por el que uno se comprometa consigo mismo a tratarse del mejor modo posible, a respetarse, a acompañarse con mimo y atención, con un cuidado positivo y exquisito, con un Amor Propio indestructible, con plena dedicación y con total esmero. En realidad, son necesarios muchos y variados pactos internos.
El pacto ha de ser un pacto que no se pueda quebrantar ni incumplir bajo ninguna razón o excusa.
Un pacto cariñoso, fraterno y entrañable, decidido tras una reflexión sincera acerca de lo que está siendo uno en este momento y en los últimos tiempos, acerca del comportamiento que uno tiene para consigo mismo, de los desencuentros y las discordias que no han de seguir estando y, por supuesto, de la inutilidad de persistir y redundar en un tipo de relación que no es el adecuado ni el deseado.
“El enemigo de la vida es la desatención”, se dice.
La desatención, aliada con la rutina, con el desencanto, con la falta de aprecio, con la insensatez, y con otros aditivos similares, compone un cóctel letal del que cada uno es el principal y más directo perjudicado.
A veces, sin pensarlo pensamos que es mala suerte que nos haya tocado ser como somos. Y nos quedamos en una rendición sumisa, resignada, sin contemplar la posibilidad de hacer modificaciones positivas.
Se nos olvida que somos dueños de nuestra vida, que tenemos la responsabilidad y la obligación de hacer de nuestra vida una vida que sea lo más cercana posible a la plenitud o la perfección –o a la aspiración que cada uno tenga- y, además, la responsabilidad y obligación de proveernos de felicidad.
La excesiva exigencia con uno mismo es otro enemigo dificultoso y peligroso del que conviene desembarazarse.
NO ES OBLIGATORIO tener que soportar lo que no queremos soportar. Nos creemos predestinados o condenados a cosas de las que, con mayor o menor dificultad, podemos escapar.
Tenemos a nuestro servicio la maravilla que es poder tomar decisiones, que es escapar de lo que creemos que es el inevitable destino, de eso que sentimos como la conjura de los hados en nuestra contra, o de este presente insatisfactorio al que seguirá un futuro no más placentero.
Tienes el poder de decidir y hacer. ¿Eres consciente de ello?, ¿Sabes usarlo?
Tienes la voluntad. ¿Es tu aliada o no te respeta?
Tienes el conocimiento de lo que te pasa, de lo que quieres y lo que no quieres. ¿Qué estás haciendo con ese conocimiento?
Eres humano, y como tal tienes rabia, frustraciones, desengaños, desilusiones; aborreces algunas de tus actuaciones y hay varias o bastantes cosas tuyas que no te gustan… pero lo único que haces es quejarte y nada más.
A la vista de este panorama, que es tan poco atractivo y deseable, y si es que te ves reflejado en alguna medida… ¿qué vas a hacer?
La mejor decisión, sin duda, es ponerte de tu lado y a tu favor, remar contigo en la misma dirección, pasar de la queja a los hechos que aportan soluciones, salirte de la queja y pasarte al amor propio, y hermanarte contigo en un lazo indisoluble mientras te ofreces una hermosa mirada con la que selles ese pacto.
Hazlo como quieras, pero hazlo.
Te lo debes.
Te lo mereces.
Es un pacto que puede cambiar tu vida.
Te dejo con tus reflexiones…
