CUÍDATE
En mi opinión, esta palabra que usamos más como una versión alternativa de “adiós” que como lo que realmente es y significa, la decimos en demasiadas ocasiones sin afectividad, sin ser conscientes de su sentido real.
Cuando decimos CUÍDATE conscientemente, estamos haciendo uso del imperativo que está implícito en la palabra –es una orden: cuídate-, pero también incluye un amoroso deseo, y la ternura y el amor resumidos en esa palabra –cuídate, porque quiero que estés bien-.
Es necesario e imprescindible cuidarse.
Hay que conseguir que la mayoría de las cosas no sean más importantes que nuestra propia estabilidad personal y emocional, hay que evitar que las cosas ajenas a nosotros –las que provocan otros y no dependen de nosotros- nos afecten y nos perjudiquen; es conveniente lograr una estabilidad que no se vea alterada y descompuesta por el efecto de una palabra ajena o de un hecho ajeno de los que no somos responsables.
Hay asuntos graves que requieren nuestra atención, y eso es inevitable, pero no requieren nuestra preocupación. Esos asuntos necesitan, precisamente, lo contrario, o sea claridad para comprenderlos, calma para afrontarlos, y luz y paciencia para resolverlos.
No hay que olvidar que lo que en realidad busca el Ser Humano –aunque lo llame de otro modo- es la paz. Paz interna, sobre todo. Y paz con el resto del mundo, preferiblemente. Pero, sobre todo, Paz Personal. Ausencia de conflictos desconcertantes y frustrantes.
Y para eso, para evitar todo lo que nos pueda dañar inútilmente, conviene cuidarse.
Cuidar el cuerpo y el alma, cuidar los pensamientos y cuidar que no haya enemigos boicoteadores dentro de uno mismo; cuidar el trato que uno tiene hacia sí y cuidar el ambiente donde uno se encuentra; cuidar las relaciones para que no sean tóxicas y cuidar que se vayan cumpliendo los deseos; cuidar que nadie ataque nuestra dignidad, que no recibamos menosprecios, que las palabras injuriosas ajenas no nos dañen, que sepamos comprender y perdonar con facilidad; cuidar que no nos dejen dolorosas huellas los hechos que nos toca vivir y no son de nuestro agrado; cuidar que no magnifiquemos lo desagradable y cuidar que las cosas buenas que nos suceden queden patentes y se multipliquen; cuidar que la Autoestima –que es el concepto que uno tiene de sí mismo- esté equilibrada y no se sienta afectada y alterada por las circunstancias de la vida; cuidar el trato con los otros –para no herir innecesariamente-, y los sentimientos, y las emociones; cuidar a los seres queridos, con atención y con el trato, que las mejores y más amorosas palabras de amor broten en su presencia.
VIVIR requiere atención y cuidado.
Hacer las cosas bien requiere atención y cuidado.
Amar requiere atención y cuidado.
El extra en la VIDA viene dado por el cuidado que ponemos en lo que hacemos, decimos, pensamos, sentimos…
Ahora soy yo quien te dice… ¡cuídate!
Te dejo con tus reflexiones…