LOS BENEFICIOS DE LA COMUNICACIÓN NO VIOLENTA
por Marta Guerri
Seguramente hayas tenido, en alguna ocasión, una discusión o una negociación que ha pasado de ser tranquila y cordial o amigable a ser más bien violenta y tensa. Hoy, te contamos cuáles son los beneficios de la comunicación no violenta y por qué deberías evitar ese otro tipo de comunicación más violenta.
¿Qué es la comunicación no violenta?
La mejor forma de entender qué es la comunicación no violenta es… Explicando qué es la comunicación violenta. Así que vamos a empezar por ahí y, después, pasaremos a hablar de qué es la comunicación no violenta (es decir, la alternativa).
La comunicación violenta es la que practicamos la mayoría de nosotros, porque es para la que nos han educado. Es un tipo de conversación en el que buscamos, esencialmente, llevar la razón. Rara vez escuchamos y, si lo hacemos, es para rebatir o criticar el otro punto de vista.
Se trata, en definitiva, de una comunicación agresiva. Y, como puedes suponer, este tipo de comunicación dificulta las relaciones y, en no pocas ocasiones, llega a generar sufrimiento.
La comunicación no violenta aparece por oposición a ese tipo de comunicación agresiva. Fue el psicólogo Marshall Rosenberg quien planteó este nuevo sistema de comunicación que trata de ser más asertivo y coherente con los valores personales.
Así, la comunicación no violenta surge como la oportunidad de reinventar la forma que tenemos de comunicarnos en nuestras conversaciones. Como puedes suponer, es todo lo opuesto a lo que hemos mencionado anteriormente.
¿En qué consiste la comunicación no violenta o CNV?
La comunicación no violenta consiste en hablar y escuchar desde el corazón, con el objetivo de conectar con nosotros mismos, pero también con los demás. De esta forma, se deja aflorar la compasión, por lo que desaparece la agresividad de las conversaciones.
Para poder llevar a cabo la comunicación no violenta, hay que tener en cuenta estos cuatro componentes:
Observar sin juzgar
En primer lugar, es importante olvidarse de los juicios de valor y el poner etiquetas. La idea básica es que nuestras palabras sean ventanas en lugar de puertas cerradas que bloquean las conversaciones. ¡Ojo! Esto no significa que no se puedan emitir juicios. Simplemente, hay que ser capaz de separar lo que es algo objetivo de lo que es un juicio subjetivo.
Identificar y expresar sentimientos y emociones
Expresar nuestros sentimientos desde la responsabilidad, permite mejorar la comunicación y las relaciones con los demás, porque les permitimos conocernos. A muchas personas les da miedo hacerlo, porque implica destapar vulnerabilidades, pero es algo imprescindible en este tipo de comunicación.
Reconocer y comprender cuáles son las necesidades insatisfechas que hay tras los sentimientos
Este punto es importante para liberar de culpa a los demás y hacernos cargo de nosotros mismos. Teniendo en cuenta que somos nosotros los que generamos nuestras emociones, ser conscientes de su origen y trabajar sobre ello es la mejor forma de no cargar en otros nuestras frustraciones (lo que generaría fricción).
Utilizar un lenguaje positivo
Para evitar los malentendidos, lo mejor es utilizar un lenguaje positivo que facilite las conversaciones y evite generar tensiones innecesarias.
Chacales y jirafas
Rosenberg utilizaba la metáfora de dos animales para poder explicar adecuadamente su CNV. Según el psicólogo, podemos adoptar una actitud u otra en las relaciones que mantenemos con las demás personas.
Los chacales son las personas más predominantes en la sociedad, y se caracterizan por intentar dominar a los demás, ser exigentes y competitivos y funcionar en base a castigos y recompensas. En sus conversaciones, utilizan la crítica, el sarcasmo y la acusación.
En cambio, las jirafas tratan de ser objetivas y tienen presente los sentimientos y necesidades de las demás personas (además de las propias). Por supuesto, son los que practican una comunicación compasiva.
Los beneficios de la comunicación no violenta
Por último, mencionemos algunos de los beneficios de la comunicación no violenta:
1. Permite crear relaciones personales basadas en la compasión y el respeto y, por tanto, mejora la cooperación.
2. Ayuda resolver conflictos.
3. Permite sanar experiencias pasadas.
4. Ayuda a saber decir que no y a aceptar las negativas que nos dan los demás.
5. Contribuye a afrontar sentimientos de culpa, de miedo o de vergüenza.
6. Potencia las habilidades de escucha y de comprensión.
7. Liberar pensamientos que podrían llevarnos a discusiones, ira o depresión.
8. Identificar necesidades propias y ajenas y saber gestionarlas.
9.
Así que, como ves, merece mucho la pena poner en práctica este tipo de comunicación.
La comunicación no violenta es la mejor forma de comunicarse, tiene beneficios para la salud y permite conseguir mejores resultados en lo que se está intentando conseguir con la discusión. Así que… ¿Por qué no intentarlo?