Buscandome

Bienvenido(a), Visitante. Por favor, ingresa o regístrate.

Ingresar con nombre de usuario, contraseña y duración de la sesión

 


Traductor Google

 100 FRASES DE ORTEGA Y GASSET DE FILOSOFÍA SOBRE LA VIDA



Octubre 18, 2018, 06:25:26 am
Leído 1057 veces

Desconectado OM

  • Hero Member
  • *****

  • 1654
    Mensajes

  • Karma: 0

100 FRASES DE ORTEGA Y GASSET DE FILOSOFÍA SOBRE LA VIDA
« en: Octubre 18, 2018, 06:25:26 am »
100 FRASES DE ORTEGA Y GASSET DE FILOSOFÍA SOBRE LA VIDA



José Ortega y Gasset (1883 – 1955) fue un famoso filósofo y ensayista español nacido en Madrid. Es conocido por sus análisis de la historia y la cultura moderna, especialmente por su penetrante examen del fenómeno de masas en su libro La rebelión de las masas. Ejerció una gran influencia en la filosofía española del siglo XX tanto por la temática de sus obras filosóficas, como por su estilo literario ágil pero elegante y muy cuidado.
Para Ortega y Gasset la filosofía tiene el deber fundamental de rebatir las creencias de las personas para promover nuevas ideas y de este modo explicar la realidad. Expuso un tipo filosofía que ha sido llamada “ratiovitalismo” o “razón vital“, en la que buscaba hacer justicia a las dimensiones intelectual y pasional del hombre como manifestaciones de la realidad fundamental de la vida humana. Según su perspectiva, el hombre está relacionado con el mundo en términos de las “preocupaciones” que se le van presentando. El ser humano individual es definitivamente libre en su yo interior y su vida y destino, son lo que él hace de ellos dentro de lo “recibido” de su herencia, medio ambiente, sociedad y cultura. Así, el hombre no es que tenga una historia; él es su propia historia, ya que la historia es únicamente la manifestación de la libertad humana.
Abandonó España al estallar la Guerra Civil y pasó sus años de exilio en Buenos Aires, Argentina, hasta regresar a Europa en 1942. Posteriormente se instaló en Portugal a mediados de 1945 y poco a poco comenzó a hacer pequeñas visitas a España. En 1948 regresó a Madrid, donde fundó el “Instituto de Humanidades” donde impartió lecciones dentro y fuera de España hasta su muerte en 1955.
Citas célebres de Ortega y Gasset
Camina lento, no te apresures, que a donde tienes que llegar es a ti mismo.
La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es la suma de lo que hemos sido, sino lo que anhelamos ser.
El esfuerzo es solo esfuerzo cuando comienza a doler.
Dime a qué le prestas atención y te diré quién eres.
Ser un artista significa dejar de tomar en serio a esa persona tan seria que somos cuando no somos artistas.
Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo de ella no me salvo yo.
La voluntad de ser uno mismo es heroísmo.
El rencor es el derramamiento de un sentimiento de inferioridad.
Vivir es un proceso constante de decidir lo que vamos a hacer.
El cínico, un parásito de la civilización, vive negándolo, por la sencilla razón de que está convencido de que no fallará.
El pasado no nos dirá lo que debemos hacer, pero sí lo que deberíamos evitar.
El hombre se adapta a todo, a lo mejor y a lo peor.
Quien hace una pregunta teme parecer un ignorante durante cinco minutos. Quien no pregunta se mantiene ignorante toda la vida.
Toda vida es lucha por ser sí misma.
La persona para quien las cosas pequeñas no existen, lo bueno no es grandioso.
Distinguimos al hombre excelente del hombre común al decir que el primero es el que se hace grandes exigencias, y el segundo que no se exige a sí mismo.
La metáfora es probablemente el poder más fértil que posee el hombre.
Lo bueno es, como la naturaleza, un inmenso paisaje en el que el hombre avanza a través de siglos de exploración.
El amor es ese desencadenante espléndido de la vitalidad humana, la actividad suprema que la naturaleza ofrece a cualquiera para salir de sí mismo hacia otra persona.
Odiar a alguien es irritarse por su mera existencia.
Pensar es el deseo de ganar realidad por medio de ideas.
No hay duda; incluso un rechazo puede ser la sombra de una caricia.
La división más radical que se puede hacer de la humanidad es la que la divide en dos clases de criaturas: las que se hacen grandes demandas, acumulando dificultades y deberes; y aquellos que no demandan nada especial de ellos mismos.
El pensamiento no es un regalo para el hombre, sino una adquisición laboriosa, precaria y volátil.
La revolución no es el alzamiento contra el orden preexistente, sino el establecimiento de un nuevo orden contradictorio al tradicional.
La voluntad del héroe no es la de sus antepasados ni la de su sociedad, sino la suya. Esto es ser uno mismo, esto es el heroísmo.
El hombre es un emigrante importante en una peregrinación del ser, y en consecuencia no tiene sentido establecer límites a lo que él es capaz de ser.
Excelencia significa cuando un hombre o una mujer se pregunta a sí mismo más que otros.
Hay personas que arreglan sus vidas de modo que se alimentan solo con guarniciones.
La verdadera varita mágica es la mente del niño.
La lucha con el pasado no es una lucha mano a mano. El futuro lo supera tragándolo. Si deja algo afuera, se pierde.
Uno es esclavo de lo que dice, pero dueño de lo que calla.
Bajo la especie de sindicalismo y fascismo, aparece por primera vez en Europa un tipo de hombre que no quiere dar razones o tener razón, sino que simplemente se muestra decidido a imponer sus opiniones.
Ser libre significa carecer de identidad constitutiva.
La civilización no es más que el esfuerzo por reducir el uso de la fuerza hasta el último recurso.
Una existencia ‘desempleada’ es la peor negación de la vida, es la muerte misma.
Lo que hace grande a una nación no es principalmente sus grandes hombres, sino la estatura de sus innumerables mediocres.
No podemos dejar de vivir hasta que estemos listos.
El punto de vista individual es el único punto de vista desde el cual se puede ver el mundo en su verdad.
El hombre no solo debe hacerse a sí mismo: lo más importante que tiene que hacer es determinar lo que va a ser.
El poeta comienza donde termina el hombre. La suerte del hombre es vivir su vida humana, la del poeta para inventar lo que no existe.
Vivimos en un momento en que el hombre se cree fabulosamente capaz de crear, pero no sabe qué crear.
El cazador es el hombre siempre alerta. Pero esto en sí mismo, la vida en completo estado de alerta, es la actitud en la que el animal existe en la jungla.
Vivir es sentirse perdido.
Cada vida es, más o menos, una ruina entre cuyos restos tenemos que descubrir qué debería haber sido esa persona.
El hombre que descubre una nueva verdad científica ha tenido que aplastar antes a los átomos de casi todo lo que había aprendido, y llega a la nueva verdad con las manos manchadas de sangre por la masacre de miles de trivialidades.
El mundo es la suma total de nuestras posibilidades vitales.
Las masas piensan que es fácil huir de la realidad, cuando es lo más difícil del mundo.
El tipo de ser humano que preferimos revela los contornos de nuestro corazón.
La elección de un punto de vista es el acto inicial de una cultura.
El odio es un sentimiento que conduce a la extinción de los valores.
Al hablar, al pensar, nos comprometemos a aclarar las cosas, y eso nos obliga a exacerbarlas, dislocarlas, esquematizarlas. Cada concepto es en sí mismo una exageración.
Biografía: un sistema en el que se unifican las contradicciones de la vida humana.
La vitalidad humana es tan exuberante que en el desierto más triste todavía encuentra un pretexto para resplandecer y temblar.
Todo lo que se nos da son posibilidades de hacernos a nosotros mismos de una forma u otra.
La ley nace de la desesperación de la naturaleza humana.
El bienestar de las democracias, independientemente de su tipo y estado, depende de un pequeño detalle técnico: el derecho al voto. Todo lo demás es secundario.
La tragedia en el teatro nos abre los ojos para que podamos descubrir y apreciar lo heroico en la realidad.
Vivir no es más ni menos que hacer una cosa en lugar de otra.
El hombre no tiene naturaleza, sólo tiene historia.
Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables, son las más sospechosas. Ellas constituyen nuestro límite, nuestros confines, nuestra prisión.
Los hombres juegan en la tragedia porque no creen en la realidad de la tragedia que se está escenificando en el mundo civilizado.
La poesía es la adolescencia fermentada, y así preservada.
Quien desea enseñarnos una verdad no debe decírnosla, sino simplemente sugerirla con un gesto breve, un gesto que comience una trayectoria ideal en el aire a lo largo del cual nos deslizamos hasta que nos encontremos a los pies de la nueva verdad.
Como el amor es el acto más delicado y total de un alma, reflejará el estado y la naturaleza del alma.
El orden no es una presión que se impone a la sociedad desde afuera, sino un equilibrio que se establece desde adentro.
El corazón del hombre no tolera la ausencia de lo excelente y supremo.
La tendencia hacia el arte puro no traiciona la arrogancia, como suele pensarse, sino la modestia.
Todo esfuerzo intelectual nos separa de lo cotidiano y nos conduce por caminos ocultos y difíciles a lugares apartados donde nos encontramos en medio de pensamientos desacostumbrados.
El mundo cobra sentido, no en cuanto existe en sí mismo, sino en cuanto existe conmigo.
La vida es una operación que se realiza en una dirección hacia adelante. Uno vive hacia el futuro, porque vivir consiste inexorablemente en hacer, en cada vida individual que se hace a sí misma.
Sorprenderse, preguntarse, es comenzar a entender. Este es el deporte, el lujo, especial para el hombre intelectual.
Quien no ha sentido el peligro de que nuestro tiempo palpite bajo su mano, realmente no ha penetrado en los signos vitales del destino, simplemente ha pinchado la superficie.
El triunfo no puede evitar ser cruel.
El reconocimiento de un error es por sí mismo una nueva verdad y como una luz que dentro de éste se enciende.
Con la moralidad corregimos los errores de nuestros instintos, y con amor corregimos los errores de nuestra moral.
No es obligatorio para una generación tener grandes hombres.
La preocupación por lo que debería ser es estimable solo cuando hay respeto por lo que se ha agotado.
No vivimos para pensar, sino, por el contrario, pensamos para que podamos sobrevivir.
En estos años estamos presenciando el gigantesco espectáculo de innumerables vidas humanas vagando perdidas en sus propios laberintos, a través de no tener nada a lo que entregarse.
Necesitamos estudiar toda la historia, no volver a caer en ella, sino ver si podemos escapar de ella.
La historia es la ciencia de las personas.
Nos enamoramos cuando nuestra imaginación proyecta una perfección inexistente sobre otra persona. Un día, la fantasía se evapora y con ella, el amor muere.
La vida nos dispara a bocajarro.
Una edad no puede comprenderse completamente si no se comprenden todas las demás. La canción de la historia solo se puede cantar como un todo.
Hay tantas realidades como puntos de vista. El punto de vista crea el panorama.
La masa cree que tiene el derecho de imponer y dar fuerza de ley a las ideas nacidas de un café.
El hombre es un fugitivo de la naturaleza.
La vida significa tener algo definido que hacer, una misión que cumplir, y en la medida en que evitemos configurar nuestra vida a algo, la dejamos vacía. La vida humana, por su propia naturaleza, tiene que estar dedicada a algo.
El enamoramiento es un estado de miseria mental en que la vida de nuestra conciencia se estrecha, empobrece y paraliza.
La estupefacción, cuando persiste, se convierte en estupidez.
La poesía se ha convertido en el álgebra superior de las metáforas.
Solo queda un camino para salvar un clásico; dejar de reverenciarlo y usarlo para nuestra propia salvación.
No niego que pueda haber otras causas bien fundamentadas para el odio que varias clases sienten hacia los políticos, pero la principal me parece que los políticos son símbolos del hecho de que cada clase debe tener en cuenta a todas las demás clases.
Soy libre por compulsión, quiera o no quiera.
Tanto si es un original o un plagio, el hombre es el novelista de sí mismo.
Este es el peligro más grave que amenaza hoy la civilización: la intervención del Estado; la absorción de todo esfuerzo social espontáneo por parte del Estado, es decir, de la acción histórica espontánea, que a largo plazo sostiene, nutre e impulsa los destinos humanos.
Hay, sobre todo, momentos en los que la realidad humana, siempre móvil, acelera y estalla a velocidades vertiginosas. Nuestro tiempo es tal, porque está hecho de descenso y caída.
La forma más contradictoria para la vida humana que puede aparecer entre la especie humana es el “hombre auto-saturado”.
Rige inexorable la paradoja de que, siendo la sociedad una suma de individuos, lo que de ella emana no depende de éstos, sino que, al revés, los tiraniza.


 

TinyPortal 1.6.5 © 2005-2020