La Verdad es subjetiva, siempre se puede recontextualizar desde un nivel de integridad mayor.
Solo existe la Verdad, la falsedad es un convencionalismo humano. A lo que nos referimos cuando decimos falso, es a una verdad con un nivel de integridad muy bajo.
Lo mismo que la muerte o el vacio no sólo no existen, sino que de existir, existen sólo como meras proyecciones ilusorias del ego, sólo existe la vida; toda materia o energía ni desaparece ni se destruye, se transforma.
Un nivel de integridad más alto o más bajo que otro no implica que sea mejor ni peor, sólo implica un punto determinado en el camino de la evolución.
Si no se debe juzgar es por un principio básico: La energía sutil que representa hoy tu conciencia, puesto que la energía ni se destruye ni se transforma, ha debido estar presente en todos los estados evolutivos del planeta, o incluso el universo, y así participar con él transcurriendo por todos los estados de consciencia previos al que permaneces.
De lo que se deduce es que en terminos energéticos que van más allá del tiempo y de los límites de lo que se considera una vida humana, la maldad que no toleras ni aceptas ahora, es la misma maldad que tu cometías en algún punto de tu existencia.
Esto no significa que hay que dejar que la maldad campe a sus anchas, si puedes evitar una maldad, es tu deber hacerlo, como la madre amorosa que enseña a su hijo quien se acaba de pelear por primera vez, los principios de la no violencia.
Aquí escribo algunos principios básicos que se reconocen en la Verdad.
La Verdad apunta hacia el amor.
En la Verdad se reconoce al resto de la existencia como parte de sí misma, y por eso trata con el mismo amor a lo que se percibe como "el resto de las cosas".
La Verdad no necesita de reconocimientos, ni aduladores, porque se sostiene por sí misma.
La Verdad no se compra con dinero o está relacionada con algo externo a ella misma.
La Verdad apunta hacia la evolución de toda forma de vida.
La Verdad es eterna.
La Verdad apunta en línea recta hacia Dios.
Aunque la Verdad y la falsedad se deben ver como partes de lo mísmo en niveles distintos de integridad, entre todas las infinitas partes intermedias que se podrían clasificar en este conjunto, hay una parte intermedia por encima de la cual se sostiene la vida como la conocemos, y por debajo de la cual la vida tal y como la conocemos deja de sostenerse.
La misión es intentar que todas las acciones que realizamos calibren en la parte o por encima de la parte intermedia de integridad en la que se sostiene la vida.
A la mente le cuesta un gran trabajo reconocer la Verdad de la falsedad (sigue recordando que la falsedad es sólo un convencionalismo), por ello, reconoce que no sabes nada humildemente, y pide que se te revele la Verdad.
