AMAR ES PERMITIR QUE EL CORAZÓN SE EXPRESE
En mi opinión, amar no requiere ninguna preparación especial ni ciertos conocimientos previos, sino que es algo intuitivo, algo que forma parte de la esencia intrínseca con la que nacemos todas las personas.
Es algo que si se deja fluir tal como es en su naturaleza sabrá expresarse bien, sin necesitar nuestra colaboración, y es algo que sólo deja de actuar con naturalidad y espontaneidad cuando se desvirtúa por una libre decisión personal –a veces porque nos dejamos afectar por ciertas situaciones decepcionantes de la vida-, o también porque las circunstancias personales o el ambiente en el que uno se ha criado no han fomentado la manifestación libre y espontánea del mismo.
No necesitamos que nos enseñen a amar, pero sí es importante que no nos repriman la expresión del amor.
A veces –quizás demasiadas veces-, los niños reciben una educación carente de manifestaciones de amor, o les imponen una coraza irrompible que les impide desenvolverse con claridad en el maravilloso mundo del amor, y eso hace de esos niños unos adultos que reprimirán los abrazos, desterrarán de su vocabulario las palabras amorosas, esconderán los besos y las caricias, y naufragarán trágicamente en la maravilla que es el amor y todas sus manifestaciones.
Amar es permitir que el corazón se exprese.
Sin duda, no soy el primero que ha compuesto esta frase, pero la he sentido dentro de mí con fuerza y dolor, como un grito que me martilleaba, como si alguien me hubiese clavado un puñal y después se hubiese regodeado en retorcerlo para que la herida aumentase.
Yo me sentí –en el fondo- un niño desamado y conozco las consecuencias. (Y si quieres conocer las consecuencias de eso lo puedes leer aquí: EL NIÑO DESAMADO
http://buscandome.es/index.php/topic,13756.msg16190.html#msg16190)
Y eso ha dificultado mi relación con el mundo de los sentimientos nobles y espontáneos.
Las personas que hemos atravesado estas circunstancias tenemos la obligación moral de reconducirnos y llevarnos al origen, allá donde el amor no encontraba cortapisas y se manifestaba cuando quería, y lo hacía naturalmente sin tener que atravesar filtros y superar trabas, obedeciéndose a sí mismo y a sus deseos.
Amar es permitir que el corazón se exprese.
Es no poner impedimentos, no querer fiscalizar su modo natural de ser, abrirse sin miedo, derrocar la dictadura del desamor… es querer por querer, entregarse del todo, dejar que la pasión explote.
Es permitir al corazón que se sienta libre, que se manifieste, que sea él mismo.
Por eso es conveniente descubrir dónde están los impedimentos que uno mismo alimenta y reafirma, saber qué nudo hay que deshacer, que barreras asolar, qué prohibiciones abolir.
Si no amas como se tiene que amar… mírate.
Si no vives el mundo de los sentimientos libremente… mírate.
Si no te llevas bien con tu corazón… mírate.
Si leer todo lo anterior te ha provocado una desazón… mírate.
Te dejo con tus reflexiones…