HAZTE LA VIDA MÁS FÁCIL
¿Tiendes a ponerte las cosas difíciles, a tirar piedras delante de ti? En este artículo te hacemos saber cómo ir hacia delante sin levantar obstáculos en tu camino.
Deja de sabotearte
Los especialistas dicen que el auto-sabotaje es un acto involuntario e inconsciente, fruto de la baja autoestima y de la inseguridad. Lo causan el miedo, las dudas y la incertidumbre ante lo nuevo y desconocido, pero es un círculo vicioso, porque causa lo mismo que lo ha provocado. A veces es una pequeña zancadilla que te pones a ti mismo, pero el problema aparece cuando el obstáculo que te impones, es demasiado difícil de superar. La pregunta es: ¿Por qué te saboteas? Para evadir responsabilidades o por miedo a las consecuencias, incluso aunque estas sean positivas. Un éxito puede significar más trabajo, más esfuerzo, o una mayor responsabilidad. Quizá sabes lo que no quieres, pero no tienes muy claro lo que quieres. ¿Avanzas a tientas, sin una meta concreta? Para dejar de sabotearte, primero averigua lo que deseas y concrétalo en tu mente, para hacer conscientes los motivos del sabotaje.
¿Te cuesta alcanzar las metas?
Decides ir al gimnasio, viajar más, o sacarte el carnet de conducir. O es posible que estés apuntando más alto. Quizá pretendes cambiar de trabajo, presentarte a un examen importante, o llevar una vida más sana a partir de ahora. Tienes deseos, pero sientes que no tienes la fuerza o el valor suficiente para intentarlos. Cosas tan simples como levantarte a una hora determinada o dejar de comer algo que te sienta mal, se convierten en actitudes realmente importantes, que dejan entrever la postura que estás tomando en tu vida. Y si no puedes con algo pequeño, ¿cómo vas a poder enfrentarte a cosas más grandes? Según Víctor Espejo, coach personal y experto en motivación, todos deberíamos hacernos dos preguntas: ¿Por qué fallamos en controlarnos? y ¿Por qué seguimos haciendo lo que no es bueno para nosotros? Asegura además, que las respuestas resumirían todos los problemas que tenemos. Es como si el sentido y la razón, fuesen en direcciones opuestas, dando lugar al auto sabotaje.
¿Crees que te asusta el cambio?
Seguramente hasta ahora has pensado que si no conseguías hacer lo que te proponías, era porque tenías miedo al cambio. Muchas personas piensan que les asusta cambiar, sin embargo, se casan, tienen hijos, encuentran empleo, viajan, se mudan de casa o de ciudad, etc., y estos son grandes cambios. El hecho de que desees llevar a cabo un proyecto o alcanzar una meta, es un claro signo de que tu predisposición al cambio existe dentro de ti. Si no fuera así, te conformarías con el pasar de los días, sin desear nada nuevo. Pero no puedes pretender que haya un nuevo resultado en tu vida, sin que sea necesario que tú cambies también. Hay una frase que dice: “Si quieres cosas nuevas, haz cosas nuevas”. La solución está en dejar de echar la culpa a factores externos y de ahora en adelante, aceptar la responsabilidad en ti mismo. Otra frase: “Si no estás creciendo, estás muriendo”. El cambio es ley de vida y no es por el miedo al cambio, por lo que te saboteas a ti mismo.
Une tus dos mentes
Si te pido que no pienses en un “elefante morado”, ¿qué es lo que ocurre? Basta que nos digan que no pensemos en algo, para que lo hagamos rápidamente. Víctor Espejo asegura que esto sucede por lo que él llama, las dos mentes: consciente e inconsciente, que veces funcionan de forma separada, sin contar la una con la otra, por lo que es necesario unir a las dos en una causa común, para que trabajen en equipo y caminen en la misma dirección hasta alcanzar tus objetivos. Para ello, afirma que es importante motivarlas, según sus características, porque realmente el consciente es diferente del inconsciente y cada uno tiene unas cualidades que hay que potenciar y algunos inconvenientes que es necesario compensar. Veámos cómo puedes lograr que tus dos mentes trabajen conjuntamente.
¿Cómo dominarte?
Buda decía que su mente era como un elefante al que debía domar. Platón pensaba en la mente como en una carreta de la que tiraban dos caballos: uno tenía un gran control personal y el otro era salvaje e indomable. Siglos después, Froid dijo que el ser humano tiene un gran deseo de placer instantáneo, por ello es fácil dejarse vencer por la pereza o la desgana, de vez en cuando. Cuando el pensamiento te juega malas pasadas, es tu mente la que te domina y debería ser al revés. Es por la creencia de que tú eres tu mente, cuando realmente no es así. Tú eres una persona, que a su vez, es un sistema que vive y experimenta según: la mente consciente, el inconsciente, y el cuerpo, a través de los sentidos. Si consigues atrapar los pensamientos que te hacen tambalearte en el camino a tus objetivos, y observar tus pensamientos, es fácil que elijas prestar atención sólo a los momentos en los que tu mente está de tu parte y desea trabajar contigo.
Llegar a un acuerdo
Si contestas a estas preguntas con sinceridad y tomándote el tiempo necesario para averiguar si has actuado alguna vez así, comprenderás que para llegar a un acuerdo entre tu voluntad y el deseo de placer instantáneo, la mejor manera es conocerte a ti mismo y aceptarte. ¿Aceptas el reto?
1. ¿Sientes pereza, te faltan ganas de trabajar o de dar los pasos necesarios para alcanzar tus objetivos, cuando piensas en ellos?
2. ¿Crees que la suerte puede influir en los resultados?
3. ¿Piensas a veces que tus circunstancias no son las más adecuadas para conseguir tus metas?
4. ¿Crees que te falta apoyo por parte de los demás?
5. ¿En alguna ocasión te has sentido capaz de conseguirlo todo?
6. ¿Sueles desear encontrar una gratificación instantánea?
7. ¿Te distraes, te cansas o te aburres, cuando tienes que trabajar o mantener una actitud a largo plazo?
8. ¿Te paralizas ante el pensamiento de que las cosas cambien?
9. ¿Sueles planear tus pasos antes de actuar?
10. ¿Sigues tus planes o los cambias fácilmente según las circunstancias?
11. ¿Si tienes que cambiar tus planes, te asustas y te lamentas, o los cambias sin más?
12. ¿Crees que eliges conscientemente lo que es mejor para ti?
13. ¿Te quejas habitualmente de que tus circunstancias son adversas?
14. ¿Te sientes frustrado de intentar las cosas sin conseguirlas?
15. ¿Postergas tus acciones (procastinación) o actúas rápidamente cuando sabes lo que quieres conseguir?
16. ¿Sientes que pierdes el control de tus acciones, cuando te sientes frustrado o cansado de no conseguir tus metas?
17. ¿Te sientes cansado y agotado a veces, sin ganas de perseverar?
18. ¿Podrías decir de ti que eres una persona con fuerza de voluntad?
19. ¿El tiempo influye en tu actitud, trabajas mejor bajo la presión de la prisa?
20. ¿Eres de los que haces una lista de metas para después no empezar por ninguna?
¿Eres un auto saboteador?
Tras responder a estas preguntas, seguramente tienes una idea un poco más clara de cómo eres y de cómo has estado actuando hasta ahora. Lo más probable es que hayas descubierto que tu actitud está siendo la típica de un auto saboteador y te gustaría poder cambiar esto. El paso más importante que te va a llevar a cambiar tu forma de actuar, es dejar de pensar en contra de ti mismo. Cuanto más te lamentas de no hacer lo que te propones, cuantas más metas te impones, y cuanto más frustrado te sientes después al no conseguir ninguna de ellas, más te saboteas. Si sólo eres capaz de darte cuenta de esto, ya habrás dado el mayor paso hacia el cambio en este sentido, pues la mayoría de las personas que se auto sabotean, ni siquiera son conscientes de que lo hacen. Reconocerlo es el segundo paso. Veámos por qué.
¿Intentas o haces?
Si te digo que intentes coger un lápiz de la mesa, seguramente lo cogerás en tu mano con facilidad y rapidez, pero fíjate que te he dicho que “intentes cogerlo”, no he dicho que lo cojas. Esta breve historia nos cuenta que no es lo mismo intentar una cosa que hacerla. Algunas veces pensamos que sí lo es y esta confusión nos lleva a errar el golpe continuamente. Tener bien claro dónde está la diferencia entre tus intentos y tus acciones, es importante. Hay intentos que nos llevan al logro de los objetivos, pero hay otros que nunca dejan de ser intentos, porque a veces nos enganchamos en ellos y es como si no pudiéramos avanzar. Si esto te ocurre, lo mejor es que busques otro camino, en lugar de permitir que un intento se convierta en un fracaso perpetuo. El fracaso forma parte del éxito, pero el intento continuado puede llevarte a entrar en un círculo vicioso del que te será complicado salir, a menos que te des cuenta de esta sutil diferencia. Sabiendo esto, la pregunta que debes hacerte es: ¿Lo intento con la suficiente intención de lograrlo, o simplemente lo intento para acallar mi conciencia, al saber que lo estoy intentando? En la respuesta se esconde la solución.
¿Quieres llegar a un acuerdo?
¿Qué pasa cuando tu voluntad y decisión, están de acuerdo con tu actitud y tus ganas de actuar? ¿Lo has sentido alguna vez? Es cuando los cambios son fáciles y eres capaz de lograr grandes cosas, cuando destacan tus habilidades y cuando tus metas aparecen claras en tu mente. Si no sabes adónde vas, te encontrarás desorientado, saltando obstáculos inútilmente, cuando quizá te bastaría con rodearlos. ¿Sientes que pones un esfuerzo exagerado en todo lo que haces, pero a pesar de eso, no obtienes resultados? Bertold Bretch decía que el hombre nuevo es el hombre viejo, situado en condiciones nuevas. Esas condiciones que necesitas para caminar de acuerdo a tus metas, sin rendirte, surgen precisamente cuando decides trabajar en equipo con tu voluntad y tu actitud, y conociendo tus debilidades, compensas las desventajas poniéndote el camino lo más fácil posible. El error está en lamentarte de cómo eres, si en lugar de culparte y juzgarte, te aceptas y caminas a pesar de todo, verás que cada parte de ti, tiene sus propias ventajas y tú eres lo suficientemente capaz de cubrir tus necesidades para solventar las incomodidades que puedan surgirte.
Satisface cada parte de ti
Si te ocupas de satisfacer cada parte de ti mismo, conseguirás mucho más que si pierdes el tiempo preocupándote de cómo eres. Regresando a lo que dice Víctor Espejo, una parte de ti tiene mayor energía, pasión y motivación, por eso parece que siempre esté dispuesta; y la otra, te da respuestas a largo plazo y la paciencia que necesitas, de ahí que sientas que necesitas descansar y aburrirte de vez en cuando. Si dejas de lado a alguna de las dos partes, puedes tener pasión sin dirección o dirección sin motivación, lo cual no te llevará a conseguir tus metas. Te proponemos entonces un ejercicio que te ayudará a satisfacer todas tus necesidades y a aceptar que a veces eres voluntarioso y otras veces, no lo eres tanto, y sabrás que esto no tiene nada de malo, sino todo lo contrario. Para ello, volvemos a hacer uso de esta gran herramienta que es la escritura.
Por lo tanto, escribe:
. Tres momentos en los que has tenido motivación sin dirección.
. Tres momentos en los que has tenido dirección y planeación, sin energía o motivación.
. ¿Qué puedo obtener y qué lección puedo aprender, de las dos posibilidades anteriores?
Comparte tus respuestas y tus conclusiones con tu entorno, amigos y familiares. Te ayudará a hacerlo consciente.
¿Cubres tus necesidades?
Si quieres hacer una dieta, es absurdo que llenes la nevera de helados y chocolate, ¿No es más lógico que la llenes de verdura y comida sana? Ponerte la vida más fácil, significa allanar el camino y para ello, necesitas cubrir las áreas que están echándote en falta desde hace tiempo, para que exista armonía y equilibrio en ti: amarte, cuidarte y darte cariño a ti mismo; recompensarte por tu esfuerzo y trabajo, pero acuérdate de cambiar de premio para que no llegue a aburrrirte; date tiempo para descansar, jugar y entretenerte con experiencias nuevas; evita las tentaciones, no pongas delante de ti aquello que hace que tu mente se rinda o se disperse, necesitas toda la ayuda que puedas proporcionarte a ti mismo; siéntete libre de ser cómo eres en cada momento; cambia de entorno para encontrar nuevas motivaciones; sé tolerante ante tu frustración, pues también puede motivarte; practica todas estas habilidades, persevera en ellas y desarróllalas. Ponerte las cosas fáciles es la mejor manera de acabar con el autosabotaje, pues si se prestas atención, te cierras a la posibilidad de resolverlo. Recuerda que no existen culpables y que buscarlos, en un error.
Pautas para facilitarte la vida:
. Renueva tu perspectiva y deja de castigarte por ser natural o normal, acéptate.
. Comienza a ver la vida de una manera en la que te resulte como un juego, cada riesgo, cada idea nueva, cada meta.
. Date a ti mismo las direcciones claras, antes de empezar a caminar, para no dar lugar a confusiones ni pensamientos dispersos.
. Mantente abierto a hacer cosas nuevas, no sigas el mismo camino que has tomado hasta ahora, si no te ha funcionado.
. Haz que cada parte de ti (tus dos mentes) trabajen siempre juntas, con sus diferencias, equilibrándolas. Que las fortalezas de una, cubran las debilidades de la otra, como en los juegos de dobles en el tenis, según aconseja Víctor Espejo, para que se puedan crear nuevas circunstancias y condiciones.
. Valora las capacidades de tus dos mentes, con sus ventajas y sus desventajas, pues ambas tienen un aprendizaje para ti.
. Siéntete feliz de trabajar en equipo contigo mismo, a partir de ahora, sin lamentaciones ni juicios de valor, sino en una unión pacífica que reconoce tu forma de ser y te hace sentirte libre.
. Date el tiempo que necesites para conocerte y aceptarte. La vida se facilita mucho cuando te observas y te reconoces a ti mismo en cada momento.
. Recuerda que estas prácticas son sólo necesarias por algún tiempo, pues pronto tendrás una comunicación interna que te hará fácil acceder a las respuestas (racionales y emocionales) que necesitas a cada paso nuevo que des.
. Siente la ligereza que tienes para actuar, cuando dejas de culpabilizarte.
Mar Cantero Sánchez
Autora del libro “Escribe para ser feliz” Y “La viajera de la felicidad”
www.marcanterosanchez.com
