AMARNOS A NOSOTROS PARA AMAR LOS DEMÁS
Lo más importante en el amor es amarnos a nosotros mismos.
Esto puede parecer una afirmación egoísta o vanidosa, pero no es así. Hay que comprender que aunque amar implica muchas veces sufrir y padecer dolor, amar es el camino a la felicidad.
No amar no es vivir. Amar es la sal que nos mueve y nos empuja a continuar.
No tener la capacidad de amar puede hacer a la persona infeliz, y sin recursos afectivos, que muchas veces puede provocar que la persona se encierre y no desee amar.
La realidad es que si la persona no se ama a sí misma no será capaz de amar.
Amar en primer lugar implica cuidarnos, cuidarnos ya no solo desde un punto de vista de higiene sino también cuidar nuestro interior; trabajar nuestra autoestima es el paso fundamental para conseguir amar y por ello amarnos a nosotros mismos.
Trabajar nuestra autoestima y nuestro sentido del humor son fundamentales.
Existen algunas reglas para mejorar nuestra autoestima. Hay cosas que se pueden hacer en nuestro día a día y que mejoran considerablemente nuestra calidad de vida afectiva.
Por ejemplo, evitar juzgar a los demás, ya que implica una comparación intrínseca; tanto si la persona se considera mejor o peor, la consecuencia directa es una autoestima no salubre; o evitar criticar a los demás, la crítica o insulto nos aleja de la comunicación sana con los demás y tiene unas consecuencias perversas para la persona.
En definitiva no hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan.
En cuanto a trabajar el sentido del humor, tener un pensamiento positivo nos hace vivir mejor y aumenta nuestra calidad de vida.
El humor es un recurso con el que la persona se enfrenta a la tensión y la frustración y un arma infalible para combatir el déficit de autoestima.
El humor nos ayuda a reducir la tensión y nos permite enfrentarnos a situaciones difíciles sin ser abrumados por una emoción negativa, como pueden ser el miedo, el enfado y la tristeza.
Una persona con sentido del humor tiene la habilidad para cambiar su marco de referencia.
Esto nos permite distanciarnos de la amenaza inmediata de una situación de tensión y, por consiguiente, se reducen los sentimientos de ansiedad, de impotencia y de debilidad.
Así se logra preservar el sentido de uno mismo.
Estos hábitos pueden ayudar a la persona a mantener una autoestima saludable.
Amar a alguien nos impulsa a cuidarlo, educarlo, consentirlo, respetarlo, etc. El amarnos a nosotros será igual.
Amar tiene un efecto directo en la salud mental de forma que querer es aprender.
Amar también tiene un efecto directo sobre el cuerpo. Amar es cuidar nuestro cuerpo y apariencia, no por lo que piensen los demás, sino porque nos sentimos bien viéndonos, sintiéndonos, y aceptándonos como somos.
(Loli Sánchez López)
