ME DOY PERMISO
Me doy permiso para no andar corriendo por la vida sin vivirla…
Me doy permiso para hacer las cosas a mi propio ritmo…
Yo hago lo mío y los demás deben hacer lo suyo…
Decido darme la posibilidad de cancelar compromisos que con frecuencia he ido aceptando y acumulando por presiones y que luego no puedo cumplir porque son excesivos…
Me doy permiso para no ver la vida tal como me dijeron en la infancia, como carencias, miedos y pecados...
No creo que Dios quiera verme sufriendo y abrumado de privaciones. Veo al Dios del Cosmos, el gran Dios de las estrellas, los planetas, los océanos y los árboles, como un proceso de expansión y de abundancia.
Me doy permiso para no desaprovechar oportunidades y para disfrutar de todo lo que ya tengo, lo que soy y lo que llegaré a ser a pesar de los mensajes que me inculcaron en la infancia.
Me doy permiso para rechazar la idea de que el mundo es un valle de lágrimas y privaciones.
Mi vida amorosa, mis relaciones afectivas y de amistad, y mis relaciones laborales, no van a estar condicionadas por la miseria y la escasez.
Me doy permiso para que me encuentren quienes van a saber amarme y ser nobles y leales amigos…
Me doy permiso para desarrollar mis capacidades creativas. Me permito empezar a escribir...
Que se alejen de mi los desanimadores y creadores de problemas estériles (empezando por mis antiguos hábitos) no dedico ya más mi energía a justificarme sino a crear.
Me doy permiso para no complicarme la vida innecesariamente.
Me doy permiso para no estar explicando todo lo que hago, aunque les parezca extraño a los demás…
Me permito callar y disfrutarlo…
Me permito hacer lo que me apetezca…
Me doy permiso para equivocarme no sólo una vez sino todas cuantas veces suceda.
Me doy permiso para no involucrarme en embrollos emocionales, amorosos, laborales, o de cualquier otro tipo. Hay muchas situaciones y personas que los conllevan necesariamente, decido no entrar en sus juegos agotadores.
Decido no continuar jugando el juego de víctimas y verdugos. Ni quiero ser el verdugo de nadie ni voy a ser víctima.
No participo más en esos juegos de poder destructivos, no me sitúo en ninguna de las dos posiciones.
Me doy permiso para no estar esperando alabanzas, manifestaciones de ternura o la valoración de los otros.
Soy yo quien me valoro, me acepto, y me aprecio…
Al final me doy permiso. Para no ser perfecta. Equivocarme y hacer lo que me da la gana sin cuestionarme. Me doy permiso para vivir.
Autor desconocido