TENDRÉ QUE RENACER
Me he dejado gobernar
por una rutinaria tristeza.
Me he rendido sin reparos.
Lo reconozco.
Perdón, lo siento.
Aquella risa mía de sesión continua,
aquella alegría incansable
y aquella felicidad diaria,
han dejado su valioso espacio
a una frialdad reiterativa,
a una pena insalvable,
y a un apenado sentimiento
que no puede escapar de sí mismo.
Harto del panorama desalentador,
sólo me queda renacer.
Renacer de mis cenizas.
Renacer a mi propia vida.
Renacer.
Y VIVIR.
Francisco de Sales
(Más poesías y prosa en
www.franciscodesales.es)