CÓMO CRITICAR CORRECTAMENTE
Eventualmente, nos encontraremos en una situación en la que tengamos que dar nuestra opinión a alguien sobre algo.
Y también habrá momentos en los que simplemente no estemos de acuerdo con expuesto y deberemos, de una manera u otra, indicar los fallos, desventajas o lados negativos. En otras palabras, criticar.
Muchas personas fallan sin embargo en el hecho de que no saben comunicar de manera correcta sus críticas y esto termina generando conflictos. Ciertamente no debería ser así, sobre todo cuando lo que intentamos es comunicar a la otra persona, posibles puntos de vista que le permitan mejorar.
La crítica debería ser realizada bajo una actitud compasiva. Y es obvio que lo ideal en el momento en que uno intente criticar el trabajo de otro, es que primero contemos nosotros mismos con la autoridad suficiente (conocimientos, habilidades o talentos) como para estar en posición de lanzar puntos de vista, sin que estos carezcan de sentido.
El objetivo de una crítica constructiva no debe ser la burla ni el desprecio, sino más bien la inspiración y la motivación a mejorar. Cuando criticamos a la otra persona, esta debe quedar con una idea en su mente, que le permita saber que puede hacer mejor las cosas, esforzarse más, o simplemente tomar caminos diferentes.
En todo caso, el objetivo final es el de generar una gran empatía.
Cuando hablamos de “Críticas Constructivas”, la palabra “Constructivas” ineludiblemente se refiere a la creación o consolidación de algo.
¿Qué buscamos construir a partir de una buena crítica?
Lo que finalmente en realidad se busca, es obtener mejores resultados. Si vas a criticar a alguien por lo que hace, o por lo que es, ten en cuenta que tu objetivo deberá ser el que esa persona mejore.
Si criticas a alguien sin contar con un objetivo de mejoramiento ajeno, en realidad no estarás criticando sino humillando o despreciando a otros. Y como sabrás si me sigues desde hace algún tiempo, confío en que la Ley de la Atracción se encargará de que justamente tú obtengas lo mismo en algún momento de tu vida.
Por eso si quieres que todo en tu vida marche bien, haz tú las cosas bien.
Encárgate de criticar correctamente a los demás, de manera que estos puedan darse cuenta que tiene mucho para mejorar y que de hecho, pueden aprender de ti. No seas un peso para ellos. No te conviertas en el lastre con el que deben cargar cada vez que se enfrentan a mostrar lo que tienen por miedo al rechazo.
Conviértete en un amenizador de todo el proceso de la crítica y reúne opiniones e ideas en torno al concepto a tratar. Que lo que se logre sea una comunicación bidireccional y no una charla magistral. No vas a imponer ideas en la mente de nadie, simplemente compartirás tu punto de vista.
Una buena manera de criticar es dar ejemplos positivos. Si manejamos un lenguaje positivo, la otra persona subconscientemente sabrá que no contamos con ideas destructivas para ella, y que lo que pretendemos es ayudar.
Intenta brindar tu confianza y dejar que todo fluya de manera tal que puedas ponerte en el lugar de la otra persona, y comprender por qué ha hecho las cosas, de la manera en que las hizo.
Comprensión, parece ser la palabra clave en cuestiones de críticas. No cualquiera viene y nos critica el trabajo dejándonos una enseñanza y un punto de partida para el mejoramiento. Casi todo el mundo se enfoca en ver lo negativo, en señalarnos y en rechazarnos –de cierta forma– por ello.
Si logras cambiar tu actitud y hacer que ésta sea diferente a la de todo el mundo, la gente empezará a notar que eres alguien simplemente diferente. Empezarán a confiar en ti.
La confianza por parte de los demás, es algo indispensable en este mundo hoy en día. Para las buenas relaciones, para los negocios y para el apoyo mismo de la raza humana, es necesario que otros confíen en uno.
En principio existirá cierta tensión de ambas partes al momento de lanzar la crítica, pero no se debe dejar de tener en cuenta el hecho de que se pretende ayudar a mejorar y a crecer.
Los padres pueden hacerlo con sus hijos, pueden dejar de criticar indiscriminadamente, y ponerse en su situación, comprender y tratar de comunicar un punto de vista de manera que este sea visto como mejor y más viable, y por supuesto, encaminado finalmente (mediante la confianza) a lograr un cambio substancial que en últimas, sea de beneficio de ellos.
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