NO ES LO MISMO MI VIDA QUE LAS CIRCUNSTANCIAS DE MI VIDA
En mi opinión, cometemos un error de peso cuando queremos creer que ambas cosas son lo mismo y que la diferencia es sólo un juego de palabras.
“¿Qué es la vida sino la suma de las circunstancias?”, puede pensar uno. Las circunstancias son lo que acontece en la vida. Es algo ajeno a “la vida” y es algo externo, eventual o un poco duradero, pero es “lo que pasa” en la vida. La vida es el soporte de todo lo que nos pasa, pero lo que nos pasa es ajeno al que somos, aunque lo ajeno afecta de algún modo a nuestra vida.
Y, además, ya es sabido que lo importante no es lo que pasa en la vida sino lo que uno decide hacer con eso que pasa. Uno lo puede aceptar y asumir, quedándose tranquilo, o puede obstinarse en pelear contra ello y sufrir innecesariamente.
Yo lo entiendo así: por una parte está LA VIDA, por otra parte estoy yo –o sea, la noción que tengo de “yo”- y en eso incluyo también “MI VIDA”, y por otra parte está LO QUE ACONTECE EN MI VIDA –que de algún modo me afecta o me puede afectar a mí-. Yo lo veo como tres cosas distintas.
LA VIDA es una acción global –de todo el mundo y para todo el mundo- que cada uno vive desde su individualidad aportando algo.
Después, está MI VIDA, y eso es la personalización de lo que ha hecho la Creación por y para todos. Es MI parcela dentro de LA VIDA. Es la parte que me corresponde y que, por supuesto, no se limita a mi presencia física, a la respiración, a las actividades laborales, a lo cotidiano, sino que conlleva una parte más espiritual y una parte de responsabilidad en cuanto a la colaboración que todos tenemos que hacer por el bien del resto de la Humanidad y a favor también de la Tierra como lugar en el que nos desarrollamos.
Por otra parte están LAS CIRCUNSTANCIAS QUE ACONTECEN EN MI VIDA, lo que le pasa a mi cuerpo externo y las vivencias y experiencias personales, lo que me viene a través de los otros y lo exterior, pero esto se refiere a momentos puntuales que suceden al margen de mí, aunque me afecten, y que me afectarán lo que yo permita: mucho, poco o nada.
LA VIDA es casi infinita. MI VIDA se mantiene desde el primero hasta el último día de mi existencia. Conviene que MI VIDA quede inmaculada, inafectada, al margen de lo que viva y lo que le pase al personaje que estoy representando. Son dos cosas distintas: el YO INTERNO y el YO EXTERNO. Ambos ocupan el mismo cuerpo, uno de una forma mental o espiritual y el otro de forma física. El externo es el que debe soportar todos los altibajos, los conflictos, los enfrentamientos, mientras que el interno debe llevar una vida paralela pero distinta. Y a ese es al que debemos preservar dejándole al margen de todos los conflictos y complicaciones. Lo suyo es otra cosa. Lo suyo es el Mejoramiento Personal, la atención a las cosas trascendentales, la observación y vigilancia del externo para que no le afecte y le haga alejarse mucho del auténtico camino.
El externo padece las zancadillas y las volteretas, siente que la vida juega con él sin respetarle, que no siempre colabora a favor; toma decisiones y padece sus efectos, afronta las circunstancias y los sucesos, y nos es necesario para movernos por LA VIDA. Pero no hay que olvidar que uno realmente es el interno, el que es capaz de darse cuenta de todo lo que le pasa al externo. El que reflexiona. El que se puede mantener ecuánime a pesar de todo lo que le pase al otro.
Así que… está LA VIDA, que sería el conjunto globalizado que incluye el mundo y lo que acontece en el mundo. Está MI VIDA, que es mi parte de ese gran pastel y es donde está el auténtico yo que soy. Y están LAS CIRCUNSTANCIAS DE MI VIDA, que son pasajeras, que son un campo de experimentación y aprendizaje, que no siempre dependen de mí, que hay que afrontar y resolver… procurando que no lleguen hasta adentro y que no afecten al Uno Mismo que realmente somos.
Aprendamos para que cuando pase algo desagradable le pase al yo externo y no afecte al interno, para que las preocupaciones las viva el personaje y no el ser interno, para que podamos dejar las circunstancias aparcadas fuera de nosotros, nos podamos recoger y desarrollarnos en el interior, mientras que LAS CIRCUNSTANCIAS QUE PASAN se queden fuera porque no forman parte de nosotros.
Es un asunto que conviene comprender bien para evitar mucho sufrimiento perjudicial e innecesario.
Te dejo con tus reflexiones…