MEDITACIÓN PARA RESOLVER TUS MIEDOS INFANTILES
En las meditaciones, el niño o la niña con los que contactamos son la representación del inconsciente. Se visualiza a uno de ellos porque parece que es un modo más sencillo de hacer el contacto que con algo tan indefinible como es el inconsciente.
Para contactar con los miedos infantiles, o con los más ocultos o profundos, es recomendable esta meditación.
Cada persona se relajará en el modo que mejor le vaya. Antes de comenzar es interesante tener la seguridad de que no se va a ser interrumpido, así que habrá que tomar las precauciones necesarias para poder hacerlo tranquilamente. La penumbra ayuda a muchas personas, así como una música de fondo, y es muy conveniente tener una buena postura porque la meditación se pude alargar y conviene que las molestias físicas no incomoden durante ese tiempo. Cuando sientas que estás preparado –no te precipites- comienza.
Visualízate en algún momento de tu vida, entre los 5 y los 7 años, más o menos, en que sintieras miedo.
Observa tranquilamente. No tengas miedo a tu miedo de entonces. Déjale manifestarse.
Observa… ¿Dónde está tu niño/a?, ¿en qué postura?, ¿te identificas con él/ella?
Ahora permítete notar tu sentimiento de miedo. Vive la emoción.
Todavía no te acerques al niño/a. Deja que el miedo se diluya llegando hasta su final.
Agáchate o siéntate en el suelo, a su lado. Ponte a su altura. Háblale sin criticarle, sin juzgarle, sin reñirle. Sonríe para mostrarle confianza.
Pregúntale: ¿por qué tienes miedo?, ¿qué me quieres decir?
Escúchale sin prisa y sin interrumpirle.
Cuando termine abrázale y dile –preferiblemente a media voz- “estoy aquí, ya pasó todo, ahora eres mayor y yo estoy aquí para cuidarte”
Dile todo lo que quieras, demuéstrale protección y amor.
No tengas prisa por terminar el encuentro.
Si no lo consigues en la primera ocasión no te preocupes ni te desesperes. Vuelve a intentarlo en otro momento.