¿CREA NUESTRA SOMBRA NUESTRO DESTINO?
Hemos visto cómo nuestros estados inconscientes influyen sobre la forma y la actitud con la que vemos y tratamos a los demás.
Estos estados inconscientes cambian y afectan constantemente lo que nos sucede. Carl Jung dice que cuando no tomamos consciencia de nuestra situación interior ésta ocurre fuera, en forma de “destino”. A nivel más obvio, este mecanismo puede funcionar así:
- La falta de contacto con nuestros sentimientos puede afectar a los demás, de forma que actúen muy emotivamente con nosotros.
- Una persona que no puede (porque reprime) su enfado, puede provocarlo en los demás.
- Una persona que actúa como su fuera muy superior (complejo e incomprensión) puede provocar en los demás el deseo de “bajarla de su posición un escalón o dos”.
Esta conducta inconsciente actúa como un “gancho” en el cual los demás cuelgan sus propias proyecciones.
“No me gustas, Dr. Fell. No puedo explicar por qué, pero una cosa sé muy bien: no me gustas Dr. Fell”.
Esta vieja rima señala una verdad fundamental: respondemos continuamente ante la sombra de las personas. Los ‘ganchos’ que se entrelazan mutuamente pueden unir a la gente en el amor o en el conflicto. La tarea consiste en ser consciente de esto y liberarse de los elementos entremezclados de la relación.
Los pensamientos preceden y crean las circunstancias en nuestras vidas. Uno piensa: “Voy a encender la luz”, antes de hacerlo. Asimismo, los pensamientos inconscientes están en acción, tomando forma. Nosotros no sabemos que están funcionando, ¡pero lo están! Nosotros creamos los modelos (los hemos ido creando con el pasar del tiempo y las influencias sociales) pero no se crean por sí solos. Nuestra ‘sombra’ crea nuestro ‘destino’, así que sí se lo permitimos, estos modelos nos pueden controlar.
Cuando existen problemas sin resolver pueden ocurrir situaciones nuevas que tienen elementos similares a los del pasado. Cuando respondemos a una situación del presente con el poder, la sabiduría y las habilidades que hemos desarrollado al enfrentarnos a situaciones pasadas, crecemos; cuando respondemos a las situaciones nuevas de una forma mejor de lo que hemos hecho en el pasado, modificamos los modelos.
Las circunstancias que más resistimos son a veces las que más atraemos. Es como si el miedo o el disgusto que sentimos provocara el suceso. Cuando nos enfrentamos a ciertas circunstancias como por ejemplo, una desgracia, un fracaso financiero o la ruptura de una relación, crecemos, porque destruimos creencias que nos limitan. Por ejemplo, “tengo éxito porque gano mucho dinero”, o “nunca podré valerme por mí mismo”.
Cuando existen circunstancias en tu vida que no deseas o modelos que se repiten, debes analizar las proyecciones inconscientes. La situación que se observa afuera te está mostrando algo de ti mismo. Aunque es verdad que los seres humanos pueden verse involucrados en una serie de circunstancias fuera de su control, además de los dilemas personales de sus propias vidas, generalmente te resultará útil suponer que eres como un imán que atrae todo lo que necesita para su propio desarrollo, y con el pensamiento y los conflictos internos pendientes de resolver los que atraen diversas situaciones. El pensamiento inconsciente está fuera de tu control, de modo que cuanto más consciente seas de tus procesos internos (a través de la auto-observación, el auto-análisis, la meditación...), más capaz serás de dirigir tus pensamientos para atraer lo que deseas conscientemente.
Fuente: Libro "Tú ganas, yo gano" de Helena Cornelius y Shoshana Faire. Ediciones Gaia. Resumen por Shakty.
