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 TEORÍA DE LA AUTO-DISCREPANCIA: EL YO IDEAL, EL YO REAL Y EL YO RESPONSABLE.



Febrero 08, 2020, 06:33:45 am
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TEORÍA DE LA AUTO-DISCREPANCIA: EL YO IDEAL, EL YO REAL Y EL YO RESPONSABLE.
Sonia Budner

¿Por qué las personas reaccionan de manera diferente ante los mismos contratiempos? Ante hechos, como la ruptura de un matrimonio o la pérdida de un empleo, algunas personas sufren depresión mientras otras desarrollan ansiedad. Este es el acontecimiento que intenta explicar la teoría de la auto-discrepancia formulada por E. Tory Higgins.
La teoría proporciona una plataforma para comprender cómo los diferentes tipos de discrepancias entre las representaciones del yo se relacionan con diferentes tipos de vulnerabilidades emocionales.
Algunas personas conciben sus metas o estándares como esperanzas o aspiraciones (guías ideales). Otros individuos visualizan sus metas como deberes u obligaciones (auto-exigencias). De acuerdo con la teoría de la auto-discrepancia, esta diferencia entre ideales y deberes tiene la respuesta al misterio de por qué las personas tienen diferentes reacciones emocionales ante los mismos eventos negativos.
Esta teoría propone que las vulnerabilidades emocionales de las personas dependen del tipo de auto-guía que motive sus vidas: desánimo y depresión cuando dominan los ideales. Agitación y ansiedad, cuando dominan las exigencias.
La teoría de auto-discrepancia sostiene que existen otros Yo probables (cómo podemos llegar a ser), que son inevitablemente comparados con el Yo actual. Así, se puede producir una comparativa entre el Yo real y actual con los Yo futuros.

Higgins distingue tres tipos de Yo: el Yo ideal, el Yo ideal y el Yo responsable. Cuando existen discrepancias las personas sufren emocionalmente. Si el yo real es discrepante de un ideal, las personas se sienten tristes, decepcionadas, desanimadas y deprimidas. Mientras que si es el yo real discrepa con un deber, las personas se sienten preocupadas, nerviosas y tensas; en definitiva, ansiosas.

EL AUTOCONCEPTO Y LA AUTOESTIMA

El conocimiento que los individuos poseen sobre sí mismos se desarrolla a lo largo de toda la vida. El autoconcepto se elabora a partir de esquemas de intereses personales, gustos, sentimientos, valores, roles, pertenencia a clases o grupos o clases, decisiones y creencias.
El conocimiento de nosotros mismos, nuestra identidad, es fundamental para nuestro bienestar social. La construcción de un autoconcepto positivo o negativo influirá en el desarrollo de la autoestima. Reflejamos nuestro nivel de autoestima en muchas expresiones, incluidas aquellas que dirigimos a los demás.
Por otro lado, además del conocimiento que tenemos de nosotros mismos, también imaginamos cómo nos gustaría ser. Cómo querríamos ser en el futuro. Y es ahí donde entran en juego los tres tipos de Yo.

LOS DIFERENTES YO

La teoría sugiere que los individuos están motivados para alcanzar una meta en la que el autoconcepto coincida con las autoguías. Para ello, E. Tory Higgins diferencia tres tipos del Yo.

•   El Yo real. Cómo creemos que somos realmente. Es una percepción personal, una auto percepción y no lo que somos en realidad. Una representación de características que pensamos poseer, una visión de la realidad que puede ser cierta o no.
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•   El Yo ideal. Este es el Yo que nos gustaría ser. En este Yo se cuela el Yo que queremos ser para nosotros, pero también el Yo que queremos ser para los demás. Así, en él se recopilan el conjunto de aspiraciones y expectativas que tenemos sobre nosotros mismos.
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•   El Yo responsable. Esta dimensión responde al Yo que debería ser. Los atributos que alguien (uno mismo o los demás) creen que se deben poseer. Es decir, una representación del sentido que tiene alguien de su deber, obligaciones o responsabilidades.
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El Yo ideal y el Yo responsable nos marcan objetivos y metas. El primero de ellos se refiere a los deseos y el segundo responde más a un plano moral o ético.

TEORÍA DE LA AUTO-DISCREPANCIA DE HIGGINS

Las discrepancias entre los diferentes Yo son, en realidad, crisis de identidad. Se crean dos tipos de situaciones negativas: la ausencia de resultados positivos, que se asocian con emociones relacionadas con el abatimiento, y la presencia de resultados negativos, que se asocian con emociones relacionadas con la agitación.
La discrepancia entre el Yo real y el Yo ideal se caracteriza por emociones relacionadas con la desesperación, como la decepción y la insatisfacción y se asocian con la depresión y una baja autoestima. Se caracterizan por la anticipación de resultados poco positivos. Puede darse también sobre esa parte del yo ideal en el que se recogen las expectativas que los demás tienen sobre nosotros y que hacemos nuestras. En este caso se añade la emoción de la vergüenza y la pérdida de prestigio.
Cuando la discrepancia se da entre el Yo real y Yo responsable, es decir, con lo que consideramos nuestro deber y nuestras obligaciones, las emociones que se producen están asociadas a la agitación. Se generan expectativas de castigo, la persona se vuelve vulnerable al miedo, se sentirá amenazada y se producirá autocrítica.

APLICACIONES EN PSICOLOGÍA

La teoría de la autodiscrepancia tiene varias aplicaciones en el abordaje de problemas psicológicos y de otros campos. Comprender qué emociones se están despertando e identificar su origen o los factores que las mantienen es importante para restablecer la salud psicológica, la confianza y la orientación hacia el futuro.
Así, esta teoría es muy utilizada en la intervención sobre problemas como la ansiedad, la depresión o los trastornos de alimentación. También en ámbitos de la educación, donde se aplica frente a la procrastinación, en la ayuda a los estudiantes a elegir sus carreras profesionales o el desarrollo de la confianza en los deportistas.


 

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