DE VEZ EN CUANDO HAY QUE DECIR ¡BASTA YA!
En mi opinión, soportamos inútil e innecesariamente muchas cosas que resolveríamos pronto si alcanzásemos la consciencia rotunda de lo perjudiciales que nos resultan y dijésemos con firmeza ¡BASTA YA!
Hay demasiadas cosas –pequeñas o grandes- que nos las tragamos –y nos atragantamos- por no decirlas, por no decepcionar, por cumplir las expectativas que los otros tienen, por ser demasiado buenos o tontos, y que nos dejan una sensación de frustración, de rabia contra uno mismo, de decepción; son un golpe contra la autoestima que se añade a otras sensaciones de desilusión.
Y, además, alimentan y engordan ese pensamiento -que no hemos dejado fructificar- de que en algún momento hay que plantarse, hay que poner la propia dignidad y el honor por delante, hay que echarle valor y dejar de callarse, hay que atreverse y decir ¡BASTA YA!
Es evidente que la convivencia y la vida nos “obligan” a aceptar ciertas cosas sin oponernos, y que hay otras que no dependen de nosotros a las que no nos podemos oponer ni aunque lo deseemos. Hay que aceptarlo así.
Pero hay muchas otras cosas que SÍ dependen de nosotros y en esas es en las que nos tenemos que centrar, para admitir sin tapujos ni autoengaños que la salida o la solución depende exclusivamente de nosotros.
Y no sólo tenemos que enarbolar ese hartazgo frente a los otros, frente a las cosas desagradables que pretenden imponernos, sino que…¡Hasta a nosotros mismos tenemos que decirnos BASTA YA!
Basta de conformismos en los que lo único que hacemos es agachar la cabeza y dejar que nos apaleen, basta de aplazamientos innecesarios ante situaciones que tenemos que afrontar, basta de sumisión, basta de decir SÍ cuando queremos decir NO -y sin sentimiento de culpabilidad-, basta de hipocresía, basta de sonrisas falsas, basta de morderse la lengua y callar mientras hierve la sangre y ese silencio se convierte en un veneno, basta de llorar por no atreverse, basta de un agotamiento psicológico contraproducente, basta ya de compromisos que no apetecen, basta de falsedades…
Todos tenemos cosas que necesitan el grito de rebelión de !BASTA YA!
así que dilo ahora mismo… !BASTA YA!
Y conviene que hagas ahora lo que has decidido en un momento de ecuanimidad y con una gran dosis de Amor Propio, anteponiendo la evitación del sufrimiento por cualquier malestar que te vaya a resultar perjudicial, mirando por tu bienestar propio, luchando por conseguir una vida satisfactoria despoblada de intranquilidades e insatisfacciones.
Tenemos a la vista algunas de esas cosas irritantes porque realmente nos molestan y somos muy conscientes de ellas, pero si uno se revisa, profundizando, con sinceridad, encontrará aún más cosas amordazadas y escondidas: son esas cosas que preferimos no ver porque nos causan vergüenza por seguir tolerándolas.
Es un buen momento para poner a la vista propia todas aquellas cosas que requieren un ¡BASTA YA!... y empezar a permitir que la felicidad ocupe el sitio que ahora invade la infelicidad.
Te dejo con tus reflexiones…