Les observo de pie junto a las formales puertas de sus universidades,
veo a mi padre pasear bajo el arco de arenisca ocre,
con los azulejos rojos destelleando tras su cabeza como placas de sangre,
veo a mi madre con unos libros en la cadera
permaneciendo junto al pilar formado por diminutos ladrillos
y la puerta de hierro forjado todavía abierta tras ella
con sus afiladas puntas expuestas al aire de Mayo,
están a punto de graduarse, a punto de casarse,
son unos crios, son tontos, ellos saben que son inocentes,
y que nunca harían daño a nadie.
Quiero acercarme a ellos y decirles, "parar, no lo hagais,
ella es la mujer incorrecta,
y el el hombre incorrecto, vais a hacer cosas
que nunca imaginarias que fueseis capaces,
vais a hacer daño a unos niños,
y conocereis el sufrimiento en la manera que no habíais escuchado,
vais a querer morir. Me dan ganas de hacercarme a ellos
en aquella soleada tarde de Mayo y decírselo,
su bonita cara hambrienta se volvió hacia mí, (de ella)
su miserable y virginal hermoso cuerpo, (de ella)
su arrogante atractivo se volvió hacia mí, (el de él)
Su miserable y virginal hermoso cuerpo, (el de él)
pero no se lo digo. Quiero vivir.
Los levanto como a dos muñecos de papel
y los golpeo entre si por las caderas
como si quisiera sacar chispas de dos esquirlas de pedernal,
les digo
"haced lo que vais a hacer y yo contaré lo que pasó"
(Sharon Olds)
